Steven Wilson – 4½ [CLSK Review]

4 ½ puede sonar extraño para un álbum del trabajólico Steven Wilson, pero en el sentido más claro y esencial del estilo artístico del británico, es un tránsito entre lo logrado en The Raven That Refuse to Sing (2013) y Hand. Cannot. Erase. (2015). Una partición que se ubica en medio de los dos ambientes musicales generados en dichas placas y, por sobre todo, forma un resumen de algunos temas que quedaron fuera de los discos y que no podían morir en el espacio del estudio, siendo rescatados desde las catacumbas y puestos a disposición de los fanáticos que, como se darán cuenta cuando escuchen este EP de 6 pistas, es una tremenda demostración de que Wilson no está para hacer reciclados, sino para preparar el paladar frente a lo que vendrá el 2017.

Partamos con “My Books Of Regrets”. La nostalgia de Wilson comienza a cuadrar el progresivo de un sonido constante y esa melodía de Raven que se mueve entre el Moog y la batería de Blundell, furiosa y certera, pero que pasa en cambios dramáticos a darle presencia a Kilminster y su guitarra, con su mejor pasar en los versos, acompañando a la voz de Steven. Si bien ni el coro ni las liricas convencen, es un tema que presiona a seguir escuchando el disco, cambiar el ánimo y enfrentar más pausadamente a un desconocido “Year of The Plague”, un tema extraño, acústico y triste, que sin decir una sola palabra, nos lleva por ese ambiente que Hand. Cannot. Erase. creó entre canciones.

Luego de ese pasaje, “Happiness III” retoma la guitarra de Wilson y esa voz decaída, pero vuelve a la vida en el pasar del coro, pidiendo disculpas, jugando con el ritmo y volviendo a los sintetizadores, liberando la tensión de su acostumbrada penumbra en un tema sumamente radial y distinto, un tema que sobresalta y que marcará este EP como una rareza de su trabajo en solitario y que tal vez establece las bases de lo que conoceremos en el futuro.

“Sunday Rain Sets In” es un tema sin letras que y sin exceso de adornos, se abre paso en la oscuridad de lo mostrado en Raven y termina por explorar cuando se funde con “Vermillioncore”, un corte crimsoniano lleno de pena, rabia y alucinaciones que, nuevamente sin lirica alguna recorre etapas y ritmos tan distintos como aquellos presentes en los últimos álbumes del británico y en los riffs más consolidados de Porcupine Tree. Mención aparte para el gran Chad Wackerman y Nick Beggs que se lucen.

Para cerrar, “Don’t Hate Me” del grandioso disco de Porcupine Tree, Stupid Dream (1999), con la increíble voz de Ninet Tayeb, la misma que acompañó a Wilson en “Routine” y “Ancestral” en su reciente placa. Este tema es una verdadera joya, y expresa quizás un viejo anhelo de Steven de reimpulsar el sonido de sus canciones en una etapa más madura musicalmente, y con todo el desenfado que exhibe como solista, es decir, cortes de los cuales se enorgullece. En resumen, es una pieza que puede ser escuchada por mucho, mucho tiempo y donde es posible seguir encontrando detalles, más allá de las comparaciones obvias con la banda que lideró.

Este EP se hace corto, pero es un EP y nos quedamos con ganas de más. Igualmente, no se espera menos de Steven Wilson frente a sus últimas entregas de larga duración, pero si bien los temas sin letra y los guiños a Porcupine Tree pueden sonar a algo fácil y reflejo, en realidad si contienen la esencia de lo que han sido estos años de creación, lo que finalmente cierra un ciclo y nos deja en la incógnita sobre lo próximo que formará parte de su carrera.