King Crimson – ‘In the Court of the Crimson King’ (1969) [CLSK Retrovisor]

Faltan pocos días para una importante fecha y tenemos que dedicarle unas palabras a ‘In The Court Of The Crimson King’. Pero antes un poco de contexto: Si uno es afín a los documentales musicales se dará cuenta de que en muchos casos se habla que la industria otorga etiquetas a las propuestas musicales de determinadas bandas, y cuando no se le puede dar esa buscada identidad, es cuando son atacadas, criticadas y consideradas como algo prescindible, desechable o poco interesante.

Desde mediados de los años 60, y mediante la erupción del movimiento sicodélico, la búsqueda de nuevos horizontes sonoros fueron clave para iniciar el que yo llamo “El Gran Cisma del Rock and Roll”, el cual es fielmente reflejado en el álbum ‘Revolver’ (1966) de The Beatles en donde se hace enfoque a las diversas ramas que estaba tomando el Rock en aquella época.

The Moody Blues con ‘Days of Future Passed’ (1967), Procol Harum con su álbum homónimo, The Beatles con ‘Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band’ mostraban que el Rock estaba dando un giro experimental, el cual Frank Zappa llevó al extremo y que no consiguió establecerlo como algo permanente, quedándose muy ligado a los movimientos Avant-Garde de la época.

La plena definición de aquel cisma del cual hablamos se daría a finales de los 60s, con el álbum que cimentaría el camino a cientos de bandas que escuchamos hoy por hoy, y que serviría como modelo a seguir de cómo incorporar distintas propuestas artísticas y musicales al mundo del Rock. El 10 de octubre de 1969 se publicó ‘In the Court of the Crimson King’, de la naciente agrupación británica King Crimson.

Luego de la desmembración de Giles, Giles & Fripp, Michael Giles y Robert Fripp con un puñado de otros músicos que incluía a un tal Greg Lake, conformarían King Crimson. El nombre derivado de poemas de Peter Sinfield, sería también la “iluminación” para el álbum debut que incluiría 5 temas los cuales poseen gigantescos nombres debido a un mal entendido relacionados a los pagos que recibiría la banda por la venta de discos en EEUU.

El álbum comienza con “21st Century Schizoid Man”, piedra angular del género progresivo: incorpora el Jazz desde una perspectiva completamente distinta a lo que contemporáneamente realizaba el Jazz Fusión. En este caso, el Rock adoptaba la antigua corriente Bebop con un resultado majestuso, y que por supuesto no encajaba con ningún subgénero que se conociera hasta el momento. La virtud añadida que tiene esta producción es que es el fiel reflejo de lo que denominamos “Generación Espontánea”, ya que si bien hasta la época, existían algunos atisbos dentro de la música más experimental y de vanguardia, nada llegó a ser tan concreto como lo fue en particular el primer tema de ‘In the Court of the Crimson King’.

“I Talk to the Wind” en cambio, posee una atmósfera mucho más sombría y pacífica que su antecesora, con una predominante flauta de Ian McDonald que enfatiza el carácter melódico de la composición. Si bien este tema es el de menor duración de todo el álbum, con 6 minutos y fracción, no sería el cual la banda escogiera como single promocional.

“Epitaph” por su parte es mucho más oscura que la anterior, pero a diferencia, la oscuridad está contenida netamente dentro de las letras de Peter Sinfield describiendo un escenario post-apocalíptico. McDonald incluye el Mellotron como instrumento líder y Greg Lake contribuye con una interpretación que lleva la melancolía al punto más elevado de todo el álbum. “Yes, I fear tomorrow I’ll be crying” dice la línea principal, la cual es el símbolo de una canción completamente triste, pero a la vez encantadora.

“Moonchild” es quizás el tema más controversial de la producción, la cual es apuntada por muchos críticos como la culpable de que ‘In the Court of the Crimson King’ no sea uno de los mejores álbumes de la historia del Rock. ¿Por qué?, por si bien sigue la misma línea de “I Talk to the Wind” en su comienzo, es el tema más largo de los 5 con 12 minutos, y sus últimos 10 son una improvisación que a veces pareciera Jazz minimalista, en otras veces notas y percusión al azar sin ningún sentido en particular. Lo cierto es que llámese genialidad o locura, el tema divaga dentro de su misma estructura. ¿Podría haber durado 2 minutos?, sí. Pero claramente nadie hablaría de “Moonchild” sin aquella misteriosa improvisación.

La cúspide del álbum se hace notar en “The Court of the Crimson King”, el cual fue en definitiva el corte promocional del álbum. Junto con “21st Century Schizoid Man” son los temas más característicos del álbum y dan un cierre redondo a este puntapié de lo que se conoce hoy como Rock Progresivo. Con un comienzo en donde nuevamente predomina el Mellotron, se caracteriza por las armonías vocales aplicadas en los términos de estribillos, con una de las melodías más reconocibles por los seguidores del movimiento. Si bien no sigue el camino pavimentado por el tema de apertura del álbum, se marca una plena diferencia con sus tres anteriores. Con una sección media exquisita ejecutada en flauta, se llega a la sección final que incluye un coda haciendo una revisión instrumental del tema. Un corte mucho más dinámico y que sin duda alguna se ha convertido a la larga en uno de los himnos de una generación y un estilo musical.

‘In the Court of the Crimson King’ es en definitiva el álbum más esencial en la historia del Rock Progresivo; vendría a ser el paralelo al álbum homónimo de Black Sabbath para el Metal. Son 50 años que desde luego no han pasado en vano, formó el carácter de una forma de hacer música y que sirvió de ejemplo a cientos de bandas que pusieron sus ojos en ese entonces quinteto, que convencidos de no seguir estándares impuestos, son actualmente el mayor símbolo y objeto de admiración de miles de seguidores y en unos días podremos tenerlos por primera vez en Chile.