Symphony X volvía a nuestro país luego de 3 años. Esta vez no tenían que presentar ningún disco nuevo, pero alguna muestra nos iban a dar de “Iconoclast”, placa que aún no sale a oídos del mundo. Aún así, eso no fue impedimento para que miles de fanáticos llegaran al Caupolicán para presenciar uno de los shows más potentes que he visto.
La cancha del Teatro Caupolicán se fue llenando de a poco. Por mi parte llegué alrededor de las 19:30 hrs. y, a esa hora, estaba prácticamente vacía, pero una vez comenzado el concierto los espacios libres desaparecieron. Por otro lado, en la galería penaban las almas: no sé si fue porque no se vendieron muchas entradas, o este fue el planteamiento original de este show. Yo me quedo con esta segunda idea.
El concierto estaba fijado para las 21:00 hrs, pero las luces se apagaron unos 15 minutos antes. Todo indicaba que el show estaba por partir, pero sólo se veían roadies y sonidistas corriendo de un lado a otro. Hasta que Michael Romeo sube al escenario, desatando la locura del público. Pero no, el concierto aún no comenzaba, la guitarra tenía algunos problemas y Romeo se vio obligado a subir, arreglarla y probarla.
Después de unos minutos webeando reparando el problema comienza a sonar “Oculus Ex Inferni”, lo que provoca (como por 5a vez en 30 minutos) que el público comience a saltar y gritar. Inmediatamente le sigue “Of Sins And Shadows”, manteniendo prendidísimo la concurrencia. Es ahí cuando Russell Allen saluda a los asistentes para dar inicio a “Domination”, seguida inmediatamente por “Serpent’s Kiss”.
Termina el tema y no hay mucho espacio libre antes de que empiece “The End of Innocence”, primer single de “Iconoclast”, su futuro nuevo disco. A pesar de ser lanzada hace poco, la canción tuvo una buena recepción en el público, quienes acompañaron cantándola como corresponde. Allen se toma el tiempo de volver a saludar, diciendo, como buen rockstar, que está feliz de volver a tocar en Chile y que somos increíbles. Para terminar ese momento, dedica a los asistentes “Paradise Lost”, la cual, según mi impresión, fue una de las menos cantadas durante la noche por la gente que repletaba la cancha del Teatro Caupolicán.
Comienza “Smoke and Mirrors”, la segunda canción de la noche perteneciente a la primera etapa de la banda, lo que continuó con otro paso por el álbum “Paradise Lost”, de la mano de “Eve Of Seduction”, para que luego el grupo se tome una segunda pausa y se dirija a la audiencia. Ahora Allen aprovecha de comentar sobre el próximo lanzamiento, y que presentarán en ese momento su segundo single: “Dehumanized”. Al igual que el primer simple ya interpretado, me quedo con la impresión de que este tema fue mejor recibido, o por lo menos más gente acompañó en las letras.
Luego fue el turno de “Set The World On Fire”, otro tema de su última placa publicada, dando paso así a un corto descanso de la banda.
Symphony X se va a los camarines, para luego de unos 5 minutos volver al escenario, interpretando “The Odyssey”, el tema más esperado por muchos. Y así, después de 24 minutos ininterrumpidos tocando el extenso y potente tema, el grupo se despide. Como es obvio, nadie queda conforme y la concurrencia comienza a pedir que vuelvan, gritando y exigiendo que toquen “Evolution”, tal y como lo hicieron el 2008. Pero esta vez los músicos no ceden y no toman en cuenta la solicitud del público. Así se retiran a los camarines, para no volver más. El público sigue pidiendo el tema, pero se rinde al ver que los equipos comienzan a ser desmontados.
Una hora y treinta minutos de concierto, que se hizo muy corto en realidad. Para haberlos visto por tercera vez y aún cuando hayan sonado increíble (tal vez mucho mejor que las veces anteriores), personalmente esperaba un poco más de variedad. Debo decir que “Paradise Lost” me parece un excelente disco, pero un grupo con la trayectoria de Symphony X tiene mucho material para presentar en un show como para remitirse a interpretar principalmente canciones de ese álbum. Les hubiera perdonado un poco el tema si, por último, hubieran tocado temas de esa placa que no hayan sido escuchados en vivo en nuestro país.
Si hubiera sido por mí, hubiera reemplazado “The Odyssey” por tres canciones diferentes; pero a pesar de esto, el reclamo no es tanto. Fue un concierto potente, con un sonido impecable, y aún cuando el escenario era muy sencillo (sólo un telón negro de fondo), el grupo logró, con su calidad característica, que la poca preocupación por la escenografía, pasara a ser un tema de menor importancia.
Maestros arriba del escenario: por una parte, Allen cantando como nunca y moviéndose por todos los lugares disponibles y, por otra, los “Michaels” Lepond y Romeo demuestran que tienen gran química y que son un complemento indispensable para la banda. Y sin olvidar a Rullo y Pinella, quienes le entregan agresividad y melodía a la banda respectivamente. El público solamente pudo mostrarse feliz por estar escuchando sus ídolos, quienes se mantienen tocando como en sus mejores y más jóvenes años.
Setlist: Symphony X, Teatro Caupolicán, miércoles 1 de Junio de 2011, Santiago de Chile
- Oculus Ex Inferni
- Of Sins And Shadows
- Domination
- The Serpent’s Kiss
- The End of Innocence
- Paradise Lost
- Smoke and Mirrors
- Eve Of Seduction
- Dehumanized
- Set The World On Fire
- Encore: The Odyssey
Foto: Byron Cimino
DProg
02/06/2011 at 20:35
estuvo a toa raajaaa anoxe !!! 😀
el sonido mejoro kleeta
jajaja pa variar Romeo tiene q arreglar las cajas de sonido! XD
igual encuentro q se enfocan mucho en el paradise lost
podrian tocar de los primeros discos o sino del V: the new mythology suite, q escuxe a varios fans con temas de ese album en los celus XD
en fin… un buen concierto, en audio el mejor y q mejor q escuxar en vivo los temas del “iconoclast” 🙂
Dragonute
03/06/2011 at 00:58
Increible!!!! A diferencia del anterior, este sono muuucho mejor y mas potente, se escuchaban todos claritos. El setlist si bien fue corto y enfocado en lo nuevo y el paradie, me dejo feliz con la odisea. Allen mejor que nunca un maestro en el escenario, romeo sigue tocando perfecto. El resto a todo cañon. Muy feliz de pegrme el pique para ver por segunda vez a symphony x