Muchos conocen a Alter Bridge por estos lados; puede que los metaleros más tradicionales que pululan por acá no tengan idea de la banda e incluso puede que la menosprecien, pero para aquellos que se sienten atraídos por un rock intenso, con parafernalia, pero con sustento emocional, sin duda tendrán su pensamiento positivo respecto de la banda liderada por Myles Kennedy y Mark Tremonti.
Si bien su anterior disco ABIII (2010), pasó bastante desapercibido, sin ser una mala placa, Fortress viene a ser el trabajo que eleva el resultado a un nivel superior de aquellos precisos y directos álbumes, One Day Remains (2004) y Blackbird (2007), de sus inicios, consolidando aún más a una banda que en Chile tiene poca presencia, pero que en cualquier otro lugar vende discos como pan caliente.
“Cry of Achilles” da un inicio con una guitarra acústica que poco se verá después de los primeros 30 segundos del disco, convirtiéndose así en el primer cañonazo del disco, donde la capacidad vocal de Myles Kennedy y los riffs característicos de Mark Tremonti comienzan a marcar la pauta de lo que será Fortress en definitiva.
Siguiendo, la ya conocida “Addicted To Pain” da paso a una de los cortes más rescatables del disco; “Bleed it Dry”, intensa, cambiante, y con mucho sentir hacia el final, rescata en gran manera todo lo que Alter Brigde es, lo que será un anticipo para el primer corte del tipo “balada”, que no falta en cada disco de los norteamericanos.
“Lover”, con una rítmica más pausada, pero sin decaer en intensidad, calma un poco el ambiente, al igual como lo harán más adelante “Waters Rising” y “All Ends Well”, resultado de un sonido bastante esperanzador.
La oscura “The Uninvited” y la más intrincada “Peace Is Broken” retomarán el dinamismo más característico de la placa, abriendo el camino para “Calm The Fire”, cuyo pausado y épico inicio, que recuerda mucho a las últimas creaciones de Muse, rápidamente adopta un carácter vertiginoso cargado de detalles que la convierten en el clímax del cuarto disco en estudio de Alter Bridge.
“Farther Than The Sun” recorre el mismo sendero, pero con un sonido más tradicional y “Cry a River” pone uno de los últimos pies en el acelerador antes de terminar el disco con “Fortress”, el corte de mayor duración del álbum que guarda en su ADN lo más pesado de Alter Bridge, pero con matices que exponen la intención de innovar y extenderse más de la cuenta en su sonido, lo que sin duda es un buen presagio para el futuro de los norteamericanos.
Si consideras a Alter Bridge como una fábrica de singles, estás completamente equivocado, en especial cuando te das cuenta que algunas canciones superan los 6 minutos de duración, donde la profundización y la mutación de las canciones cobra sentido, y se aleja de una simple repetición interminable para llenar el espacio disponible: con Fortress, este no es el caso.
Fortress es un disco poderoso, y con éste, Alter Bridge acerca su sonido más hacia el metal y lo aleja del “post-grunge” al cual podría habérseles asociado en un principio equivocadamente, y que en ningún momento pierde el foco en los matices y detalles que lo convierten en un trabajo digno de apreciar, reescuchar y tomar como ejemplo cuando se trata de sonar bien, mantener una propuesta sólida y, por supuesto, evolucionar.
Cuando una máquina de hacer riffs como Mark Tremonti y un frontman inigualable como Myles Kennedy se reúnen, el resultado es indiscutible. Y si bien, a la sombra de esos dos monstruos, Brian Marshall y Scott Phillips no brillan completamente, sus aportes en bajo y batería son precisos para que Fortress sea llamativo, intenso y, por supuesto, contundente.
Como siempre, pueden escuchar el disco a continuación y dejar sus opiniones al final de la nota.
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