Una familia unida, pero no revuelta
Al ser dos bandas tocando al unísono en un mismo escenario, la puesta en marcha fue ardua y prolongada, pero los espectadores de estas entrañables agrupaciones chilenas son uno de los públicos más fieles que cualquier grupo quisiera tener. Dentro de un ambiente festivo, alegre y desinteresado por la hora o el calor, se da inicio al bloque dedicado al funk rock dentro de este festival.
Los primeros temas fueron compartidos entre ambos: el K-V-Zón y Tea-Time demostraron energía, sin ninguna pizca que dejara en evidencia el paso del tiempo por sus vidas. Sonó una canción que lo dice todo, “La Familia Chilenita del Funk”, el himno que resume lo que significa esta conjugación de almas que se reúne en torno a un mismo sentir.
Después quedan solos en el Acer Stage la banda Los Tetas, con C-Funk demostrando todo su talento y experiencia adquirida tras más de 20 años con su agrupación. Con temas como “James Brown” y “La Medicina”, no hubo persona que no se supiera estas canciones y que no se contuviera de tararearla junto a ellos. Si bien son de un carácter más bajo perfil en comparación a sus compañeros de show, el ambiente se enciende rápidamente, obviamente, con su clásico “Papi, Dónde Está El Funk”.
Ahora llegó el momento de que los Chancho En Piedra suban a escena, rebasando energía y con varias manos alzadas al ritmo del bajo de Felo Ilabaca. Sorprendieron al público con temas como “Chancho”, “Disco Japi” y “Eligiendo una Reina”, siendo este último el que consiguió el disfrute, gritos y bailes incluso de aquellos que no son seguidores del estilo.
No podía finalizar el show sin un tema ícono de la historia funk nacional, se trata de “Cha Cha Cha”, interpretado por ambas bandas, con una versión más extensa que sumó instrumentos y ritmos. Así se despide la Familia Chilenita del Funk, con una presentación que se hizo en extremo breve porque el tiempo disponible para ambos grupos fue mínimo, teniendo en cuenta que ellos son capaces de tocar más de cuatro horas seguidas, éxito tras éxito. Sólo queda decir: ¡Larga vida al funk nacional!
Galería
Fotografías por Carolina Cañón.