Cuando supimos que Gavin Harrison, ampliamente conocido como baterista de Porcupine Tree, haría versiones “jazzeras” de canciones de la desaparecida banda liderada por Steven Wilson, muchos sintieron la clásica decepción que genera el advertir que “una vez más están echando mano a algo antiguo y no vemos nada nuevo”, reacción totalmente entendible.
Podríamos decir que Cheating the Polygraph es eso, hay que reconocerlo, pero solo en el punto de elegir las canciones, toda vez que el resultado esperado es altamente distinto, sorpresivo e inmersivo, dándole una dimensión sonora completamente nueva a composiciones que tenemos más que pegadas en nuestro oído.
Muchos podrían decir que solo disfrutamos el disco porque “conocemos los temas previamente”, pero no es el caso, ya que al abstraerse de ello, el disfrute se amplifica al advertir el nivel de estudio, detalle y dedicación que implica reimaginar canciones que principalmente tenían un matiz lúgubre e introspectivo, pasándose al extremo diametralmente opuesto.
El resultado es un estilo lúdico que le acomoda a Gavin Harrison, quien está muy presente pero sin robarse la película, algo que queda más a cargo de los vientos, los cuales engrandecen aquellas otrora oscuras composiciones, en un claro guiño a su padre quien fuera trompetista de jazz. Es el caso de “The Start of Something Beautiful” que de la simpleza primitiva pasa a una complejidad inherente al estilo que abraza este álbum.
Aun cuando el inicio con de la placa con “What Happens Now?” deja bastante clara la calidad y las directrices del trabajo, el punto alto del disco es “The Pills I’m Taking”, un extracto de la parte más dinámica de la ovacionada “Anesthetize” de Porcupine Tree, donde la energía de la canción original está siempre presente, pero con la vitalidad que el jazz de grandes bandas aporta.
Por otra parte “Heartattack in a Layby” intenta crecer como los temas que la acompañan en este trabajo, pero su parsimonia prevalece, para solo explayarse con más intensidad en algunos momentos, lo que habla bastante bien del estudio que cada versión original tuvo para entregar el resultado contenido en esta placa.
Dato anexo, si tuviste la oportunidad de ver y disfrutar Whiplash, este disco podría haber sido perfectamente la banda sonora de aquella película. Casualmente, la placa llega posterior a este largometraje y perfectamente podría funcionar como una manera de adentrarse al jazz de gran escala, desde un punto de origen conocido y más amigable.
Gavin Harrison ha logrado un disco interesante, dinámico y entretenido, que si bien tiene una base más que clara en las creaciones de Porcupine Tree, ha terminado reconstruir y poner los tildes en otras letras, renovando por completo composiciones que ya tienen, en su mayoría, más de 10 años.
Cheating The Polygraph es una muestra de los sonidos que todo músico debe atesorar en pro de alcanzar una amplitud de variables que no solo tendrán repercusión en su desempeño como profesional a cargo de algún instrumento, sino también en la creatividad, lo que siempre irá en favor de sorprendernos.