La última entrega que Symphony X, lanzada oficialmente hace aproximadamente un mes, para nuestro disfrute, nos deleita con un disco íntegro, compacto, preciso y elocuente que nos hará viajar por un satisfactorio camino al mundo de Underworld.
La placa comienza con “Overture”, pieza que aporta todo el carisma requerido y la grandiosidad necesaria para seguir sorprendiendo: un inicio en suspenso, con coros que estremecen y logran una atmosfera previa abriendo camino al peso que se impondrá en la canción.
Escuchamos luego “Nevermore”, primer single, que comienza con fuerza e intensidad vocal, además de riffs al puro estilo del metal progresivo característico de esta ya reconocida banda, donde la guitarra de Michael Romeo destaca en sus solos que logran completar esta ingeniosa canción.
Uno de los puntos altos del álbum, “Underworld”, que además le da nombre al disco, en 5:48 minutos entrega todo el peso que el heavy metal nos puede ofrecer, con muestras de cambios durante un tema que siempre mantiene un hilo conductor, eso sumado al ingreso de solos de teclado alternados con los de guitarra que aún más nos recuerda que es Symphony X lo que estamos oyendo.
“Without You” da el respiro en tono de balada; con ciertos tintes AOR nos conduce por el mundo más amable de este “infierno de Dante” que la banda propone. El coro es memorable y nos adentra aún más en el viaje, el cual explota en plenitud en “Kiss On Fire” donde Russell Allen da una verdadera cátedra de canto, alternando sus matices mientras la maquinaria progresiva da rienda suelta a sus delirios.
En “Charon” tenemos tal vez el único bajón de la placa, que pareciera creada en piloto automático pero aún así mantiene íntegramente la vibra general del disco, dando paso así al misticismo con “To Hell And Back”, la cual nos engaña un poco al comienzo aparentando ser un tema épico, y que al avanzar refleja que el trabajo compositivo va por otro camino, llenando cada rincón con oscuridad e incertidumbre.
Con fuerza y potencia, pero con una misteriosa calma, a los pocos segundos suena “In My Darkest Hour” composición con varios cambios de tempo, especialmente en la batería de Jason Rullo, lo que lo convierte en un corte bastante interesante, además de su coro reconocible y fácil de digerir, donde Romeo nuevamente sale a mostrar su nivel.
“Run With The Devil” aparenta ser el tema virtuoso del disco, y dista de aquello, presentándose con una acabada búsqueda en la creación de las bases rítmicas, inteligentes y de ejecución ejemplar, algo que la fanaticada leal de Symphony X de seguro apreciará.
La calma regresa con “Swan Song”, acompasado y más atmosférico que los demás, sentenciando con gran emoción que la fuerza no se aleja para entregar una balada rock de estadio que sin duda será coreada por cada uno de los fans al escucharla en vivo.
Este nuevo trabajo se despide con “Legend” tema al más puro estilo de la banda, mostrándose imponente y sólido; con matices de power metal, progresivo y hard rock, Symphony X llena la canción de virtuosismo y complejidad, sin olvidar la atmósfera que aporta el coro.
Sin duda un gran disco, con muy pocas falencias, dejando un buen sabor o, mejor dicho, un excelente deleite al oído, aun cuando se siente algo de lejanía con aquellos clásicos álbumes que posicionaron a Symphony X en el mundo del metal. De todas maneras el resultado es positivo y va por una buena senda que posee una orientación clara y, por eso, destacable.
¿Será uno de los discos del año? En unos meses más lo sabremos. Ahora ustedes tienen la palabra.
Sebastián Pérez Gajardo
31/08/2015 at 11:38
mi disco del año !
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