El pelao virtuoso e incansable Joe Satriani sigue y sigue acumulando discos en su ya interminable carrera musical. Luego de Unstoppable Momentum (2013), donde nos dejó un trabajo pulcro y sobresaliente, este año publica Shockwave Supernova, una placa de 15 temas que en una hora y tres minutos nos entrega una fluidez melódica y el virtuosismo característico del guitarrista con una naturalidad tremenda, solo como los grandes lo pueden hacer.
“Shockwave Supernova” abre con un riff sincopado y un delay extraterrestre, tal y como recordamos el sonido inconfundible de Satriani, cantando sobre una base que sin ser extrema en el talento proyectado, acompaña muy bien el pasar de los versos y las múltiples guitarras superpuestas en la mezcla. “Lost in a Memory” nos lleva a la calma y en 4 minutos transporta la emoción del fraseo a una especie de lunge jazz muy suave y con tanta clase que se diluye en el tiempo.
Por si se preguntan quién es el músico que acompaña en la batería a Joe Satriani en este disco, es nada más ni nada menos que Marco Minnemann, eximio y maestro en los tarros, quien destaca en “Crazy Joey” junto a un rockanroll corto y directo. Un temazo sin adornos que pareciera continuar con “In My Pocket”. Luego llega “On Peregrine Wings” y el ritmo carnavalero le dan un poco más de velocidad y altura, que siguiendo con “Cataclysmic” muestran al Satriani símbolo del Shred en solos prolongados y de una dificultad extrema.
“San Francisco Blue” nuevamente baja el vértigo y los lleva a un suave y alegre blues. Este trabajo es un extracto de un sin número de ideas que se mueven desde la calma a la tormenta de un tema a otro, lo que finalmente enriquece el tiempo escuchando este álbum y sin duda nos da la sensación de que pasa muy rápido. “Keep on Movin’”, “All My Life” y “A Phase I’m Going Through” rescatan el distintivo sonido de su Ibanez JS signature, una electricidad limpia y veloz.
“Scarborough Stomp” cierra un ciclo de dinamismo, como iniciando el final; “Butterfly and Zebra” es un intreludio que, con una calma anunciada da paso a “If There Is No Heaven” un tema cien por ciento Satriani de los años ochenta, casi un guiño a “Summer Song” de The Extremist (1992).
Para rematar, “Stars Race Across The Sky” y “Goodbye Supernova” sacan el pie del acelerador y lo ponen en el Wah wah, en unos pasajes atmosféricos de despedida que suavemente se evaporan al final de esta placa.
Joe Satriani sabe que su fanaticada queda cautiva con temas cortos y directos, por lo tanto evita los solos aletargados y las eternas muestras de velocidad, prefiriendo el formato de canciones, melódicas y concretas, lo que le funciona muy bien. En el global de este álbum, es sólido y placentero de escuchar, no digamos que es el disco del año, pero si es un trabajo que vale la pena tener en la memoria, al menos para disfrutar una hora de uno de los guitarristas más virtuosos que siguen creando cosas nuevas y relativamente diversas.
Los dejamos con el disco en Spotify. A ustedes ¿Qué les pareció?
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