Este año vio la luz el definitivo primer larga duración del súper grupo formado por Troy Sanders (Mastodon), Troy Van Leeuwen (QOTSA), Tony Hajjar (At The Drive-In) y Mike Zarin (multiinstrumentista), quienes dentro de sus amplias posibilidades estilísticas, han optado por dar forma a una nueva criatura híbrida que tiene vida propia.
El 2016 nos adelantaron algo de lo que esto iba a tratar, gracias al EP homónimo Gone is Gone, donde aparecen varias de las canciones que pasaron a formar parte de ‘Echolocation’ (2017). Estamos mal acostumbrados a esperar que los súper grupos suenen casi parecido a lo que ya venían haciendo en su banda original, pero en este caso podemos derribar esa tradición y decir que no se quedan en la zona de confort, porque realmente se abren a nuevas experiencias.
Dentro del trabajo se identifican tres grandes corrientes, que no necesariamente actúan por sí solas en un tema en específico, sino que se ubican horizontalmente a lo largo del disco. La primera está orientadas a lo industrial y que se vislumbra como el elemento que entrega la fuerza, la cadencia y el volumen al trabajo, como en “Fast Awakening”” o en “Dublin”, cortes donde la batería es la que más destaca, pero no de manera frenética e insaciable, sino que siempre bajo una atmósfera más sombría.
Otra de las formas es el stoner, lo que pareciera ser de perogrullo por sus integrantes, pero está incluido en su justa medida porque deja espacio para que convivan varios sonidos dentro de un mismo lugar. Ejemplo de ello es “Resurge”, la que pausadamente incorpora algunos tintes distorsionados,;también está “Slow Awakening” donde las guitarras se toman el protagonismo.
Lo ambiental actúa como tercer ítem, una definición que cae en diversas opiniones, pero es una realidad que existe y que no está ligada necesariamente a lo electrónico, sino que sucede al momento en que confluyen los diversos estilos. “Resolve” y “Roads” son algunos de los temas que generan sensación espacial que por lo bajo es interesante y amplifica la sensación de lo onírico dentro del disco.
‘Echolocation’, que literalmente significa aquella capacidad de poder ubicarse geográficamente gracias al rebote del sonido en los objetos, es una muy buena forma de definir lo que pasa cuando escuchas este disco, ya que da la sensación de que más allá de ser auditiva, es espacial, porque crea ambientes y paisajes que se pueden despegar de lo que ya conocemos como real.
La razón por la que no han pegado fuerte en la industria musical, no la sabemos a ciencia cierta, pero está claro que es muy temprano para poder dimensionar o reaccionar frente a la novedad; aún no son los tiempos de Gone Is Gone y puede que estén tomando una posición de vanguardia dentro del rock actual. Son híbridos e inclasificables, lo que los hace un espécimen dentro de toda la gama de cosas ya definidas que existen hoy, es por eso que creemos que esta banda debiese ser escuchada en más de una oportunidad porque no son un trago ligero.