Desde los rincones más insospechados del planeta y directo para nuestra sección CLSK Reviews, llega desde Noruega la super banda Gentle Knife, una agrupación que destaca por la fusión de sonidos progresivos y sinfónicos compuesta por 10 músicos y que ha plasmado en su extraordinario disco debut homónimo del año 2015 una carta de presentación digna de pertenecer a cualquier catálogo sobre música progresiva. Por lo mismo, es necesario analizar la placa sucesora, ‘Clock Unwound – Gentle Knife II’ lanzada en junio del 2017, y sobre la cual queremos presentarles nuestras impresiones.
La banda oriunda de Oslo está integrada por Veronika Hørven Jenen (Voz), Håkon Kavli (voz, guitarras), Ove Christian Owe (guitarras), Eivind Lorentzen (guitarras y teclados), Pål Bjørseth (teclados), Brian M. Talgo (samples y voz), Odd Grønvold (bajo), Thomas Hylland Eriksen (saxo tenor), Charlotte Valstad Nielsen (saxo), Astraea Antal (flauta) y Ole Martin Svendsen (batería), quienes son los encargados de fusionar y desarrollar un lenguaje musical de notable factura con predominancia de sinfonismo y constantes evocaciones a la cultura nórdica. La composición finalmente fluye como un organismo multifacético cuando comienzan a solidificarse en piezas únicas de musicalización original.
En sus palabras la agrupación se define de la siguiente manera:
Con vocalistas masculinos y femeninos, guitarristas múltiples, teclados, sintetizadores, mellotron, woodwinds y más, nuestro sonido de la firma profundiza profundamente en prog clásico de los 70’s, resurgiendo con una toma moderna en el género.
Examinando y segmentando ‘Clock Unwound’ de Gentle Knife
Dando arranque al disco inicia con la suave serenata “Prelude: Incipit (Instrumental)”, canción en la cual se dejan asomar las primeras notas de lo que se avecina en este trabajo. Una suave melodía que comienza con unas oscuras notas de piano acompañadas por sonidos atmosféricos de fondo para fundirse luego con la conmovedora melodía ejecutada por Pål Bjørseth en fliscorno: El perfecto comienzo del disco.
Proseguimos con “The Clock Unwound”, pieza que da el nombre al disco y que bordea los 15 minutos; el tema arranca con las enarboladas notas de un riff de guitarras, muy en el estilo del progresivo de antaño que hace recordar a bandas como Gentle Giant o Magma. Poderosa melodía con infinidad de variaciones, todas muy acorde a su propia composición, las que no se perciben como si fueran distintos elementos que forzosamente se vieron obligados a alternarse, sino que muy por el contrario, la pieza deja entrever la sinceridad de su duración. Es necesario hacer hincapié en que el tiempo del sonido en la banda adolece completamente de duración, ya manejan muy bien este concepto y la extensión del corte pasa completamente a segundo plano.
Lo mismo ocurre con “Fade Away”, balada que da inicio con una suave flauta para luego volcarse a elementos más crudos, exacerbados por el uso de los teclados para volverse más progresiva.
“Smother” es una canción altamente destacada de este disco, con una magnificencia que se logra de la fusión teclado-guitarra-sintetizadores que impacta por el arranque inmediato sin dejar espacio para la sorpresa. Se puede apreciar una completa vinculación de las voces masculina y femenina que vuelca el tema a convertirlo en una sinfonía experimental.
“Plans Askew” retorna a la calma; de corte más nórdico, la pieza deja entrever las raíces de la banda, sin dejar de lado la experimentación, igual como ocurre con el cierre del disco, “Resignation”, pista de oscura partida gracias al bajo sintetizado que alcanza su clímax en la fracción central del tema, que alcanza los 10 minutos de duración, para tornarse progresiva. Finaliza con las mismas notas que el comienzo, solo que esta vez el bajo se ve reemplazado por un teclado.
El inicio de una prometedora carrera
Cuesta imaginar que una banda con un segundo disco recién lanzado posea tal nivel de madurez, haciéndolos sonar como una banda consagrada, como si pertenecieran a otra década, tal como lo exponen en sus propias palabras al hablar de su trabajo.
Sin caer en clichés logran representar el paso incesante del tiempo como el tema principal de este segundo álbum, lo que efectivamente se ve reflejado en composiciones anacrónicas que se adentra en las vidas ensombrecidas por el anhelo y la frustración, rodeado por un aura de oscuridad y decepción. Sin embargo, cuando la resignación desciende sobre un paisaje distópico, florecen los fragmentados momentos de belleza que logran materializar la cordura. Esta forma de crear cada canción hace que estas se vuelvan épicas y jueguen a través de un amplio espectro de emociones.
El disco está formado por seis composiciones en las que destacan los largos desarrollos instrumentales, una cautivante voz femenina y el inteligente uso de los vientos. ‘Clock Unwound – Gentle Knife II’ es obra ornamentada por un una gran intensidad y elegancia que nos retrotrae a la magia del sinfonismo setentero, volviéndose así en un absoluto recomendado para los amantes del progresivo.
Quienes quieran adquirir el disco en Chile, pueden hacerlo a través de Mylodon Records, en el siguiente link.
Alexis Lifeson
25/07/2017 at 13:34
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