La historia es la siguiente: Verónica Tello en calidad de Ejecutora General, presentó al Fondart el proyecto Born of Rock Encuentro Nacional de Rock, Open Air Ovalle, una iniciativa que implicaba reunir una gran cantidad de grupos de rock, y presentarla a la comunidad completamente gratis.
Como era de esperarse en este pais, el proyecto fue rechazado. Por dicha razón Gastón Possël, líder y guitarrista de la banda nacional de metal melódico LUT, envió una carta expresando su descontento ante la determinación tomada por el Fondart.
La carta escrita por el personaje de la foto, a continuación.
Señores Fondo Nacional de la Música, y a todos aquellos que desconozcan la realidad del Metal en Chile,
Con gran pesar me enteré que el Fondo Nacional de la Música rechazó por segunda vez un proyecto que pretendía reunir a bandas emergentes de Rock y Metal de todo el país. El evento hubiera sido un festival al aire libre en la ciudad de Ovalle. Lo que más me apenó fue el argumento que esgrimió la comisión:
“Aprobamos el proyecto en su presentación técnica, como comisión no nos parece recomendable destinar fondos para un festival de caracteristicas no nacionales.”
¿Características No Nacionales?¿Acaso las bandas chilenas que componen Rock no están creando música nacional? Si no es así, entonces pensemos en la contraparte más obvia: la Cueca.
La Cueca chilena es un baile derivado de la Zamacueca, que se origina en el Virreinato del Perú en la época de la colonia y que a su vez posee influencias españolas y negras. Las raíces de la Cueca no son chilenas, pero aquellas tonadas tradicionales que fueron compuestas por nuestros cantautores sí son un producto nacional y están inspiradas en la realidad del país en la época en la que fueron creadas.
Las raíces del Rock son múltiples. Deriva principalmente del Blues y la incorporación del tritono o cuarta aumentada en la música popular. El Metal a su vez deriva del Rock norteamericano y europeo. Nace en la década de los 70 como movimiento que crítica la guerra y los abusos de poder. Con el tiempo acoge también temáticas religiosas, de fantasía y todo tipo de ideas existencialistas. A medida que se esparce por el mundo, este ya difuso género comienza a absorber las características musicales de los países en los cuales es cultivado y se rompe en cientos de ramas. Ya no se puede hablar de un estilo, sino de una corriente cuyas influencias varían desde el Folk europeo y la música docta hasta las Percusiones Amazónicas de Brasil.
Hoy en día, los compositores metaleros de cierto país ponen su propia cultura en las obras y más aun, la autoría de sus canciones no está supeditada a lineamientos musicales establecidos (no tiene que sonar “parecido a…”), como sí lo están los géneros tradicionales. Ellos están creando algo nuevo y auténtico, algo que los identifica. Las raíces del Metal no son chilenas, pero aquellas obras que fueron compuestas por nuestros rockeros sí son un producto nacional y están inspiradas mayormente en la realidad del país en la época en la que fueron creadas.
Es triste pensar que al parecer el criterio de la comisión del Fondo Nacional de la Música es coherente con aquel de todas las autoridades culturales. Cualquiera diría que si una obra no es folcklore, no es un homenaje a Neruda o no la compuso un tal señor Parra, las posibilidades de apoyo estatal a la iniciativa son virtualmente nulas. Eso tiene un nombre: Estanco Cultural. Que es justamente lo contrario de lo que debiera promover el recién creado Ministerio de Cultura. Chile es un país con muy poca identidad cultural, pero la solución no es aferrarse a lo probado y ultra probado. No quiero decir que no haya que cuidar nuestras tradiciones, pero las políticas netamente conservacionistas solo llevan a la falta de espacios donde desarrollar a los jóvenes artistas criollos. Arte significa Creación, un artista CREA cosas nuevas. Y las bandas emergentes que crean obras tienen muy pocas oportunidades de desarrollo en nuestro país, comparado con las oportunidades que tienen quienes crean en países más desarrollados.
Los espacios que tradicionalmente han sido plataforma de los músicos primerisos, los Pubs, solían pagar por contar con el valor agregado de tener una buena banda tocando en el lugar, lo que traía más clientes. Hoy cobran elevados arriendos a las bandas que deben esperar que el dinero de las entradas cubra dicho gasto. Así las posibilidades de desarrollo son muy pocas, y la situación no cambia debido a la gran oferta de bandas emergentes: si una no puede costearlo, ya vendrá otra que se atreva. Esta gran oferta de bandas no es otra cosa que un gran poder creativo chileno que no tiene por donde salir a flote.
Chile tiene unos pocos grandes artistas, pero podría tener muchos más. Es por la escasez de artistas chilenos consolidados que la gran masa de jóvenes oyentes sólo escucha aquellos ritmos importados del momento que repiten una y otra vez en las radios. Porque no tienen mucho más de donde elegir. Bajo la superficie existen muchos buenos artistas, pero se les están cerrando las puertas. Las instancias culturales del estado, ya sea Fondart, municipalidades, etc, están desaprovechando a los rockeros chilenos.
Dirán: “Pero si acabamos de hacer una Cumbre del Rock Chileno.”
Es una buena iniciativa de entretenimiento, pero es pobre apoyo a la escena del rock nacional. Participaron bandas muy bien consolidadas, y varios de los artistas se acercaban más a la música popular que al Rock. Necesitamos espacios para desarrollar los nuevos talentos. Y hay gente que quiere generarlos, como Verónica con el Born of Rock de Ovalle. Y hay gran cantidad de artistas. Lo que falta son medios.
Sin embargo, no creo que el Metal chileno sea objetado por las autoridades por presentar “caracteristicas no nacionales” como argumenta la ya citada comisión. Creo que simplemente piensan que no es algo digno de ser financiado. No lo entienden. Ni siquiera piensan que merezca el epíteto de “género musical” o “arte”. Mal que mal, no somos más que un montón de chascones que les gusta escuchar tarros.
Atte.
Gastón G. Pössel G.
Guitarrista y Compositor de La Ultima Tierra,
Banda Emergente Chilena de Metal Melódico”.
Muy bien dicho, ahora esperemos que esta carta haga sentido a muchos personajes anticuados, apernados y con una visión sesgada de lo que ellos llaman arte.
Que piensan uds?
Fuente: Rockatto
Sonata Arctica
10/01/2009 at 19:44
Admirable carta, pero como vivimos en un pais cerrado de mente…no creo ke la pesquen, ojala si y tener mas rock nacional!
cdm
11/01/2009 at 18:22
notable la carta, ojalá tenga repercusiones y sea más difundida
Rodrigo
28/03/2014 at 10:44
No se de cuando es esta noticia, sin embargo, creo que da lo mismo pues la situación no cambia. Es cierto que hay criterios muy subjetivos en la evaluación, también es cierto que las comisiones que evalúan tienen más de una etapa con diferentes personas y que muchos de ellos (por copucha de un evaluador amigo mío) ni siquiera tienen el mínimo nivel de proyección. Lo más raro (irónicamente lo más evidentemente obvio) es que hay “artistas” que se repiten el plato año tras año y eso me hace pensar que: o se saben los formatos de planificación de memoria y copian y pegan cada año, o -maliciosamente- saben que leerán su nombre en el proyecto y sin tanta revisión lo pasan a la segunda etapa. Yo también he presentado proyectos a Fondart, el 2000 me gané uno y no había compuesto ni una nota…y ahora que tengo material de sobra, siempre falla una u otra cosa. Me parece muy raro que, siendo el impacto del proyecto una de las áreas fuertes y comprendiendo que llevar la música a regiones es casi como comulgar con la verdad absoluta, este proyecto no haya sido seleccionado. Creo y me atrevería a afirmar que la evaluación ha sido subjetiva (Maturana propone que el ser humano no puede opinar objetivamente pues no es un objeto) pero peor aún la comisión y las comisiones futuras deberían ser seleccionadas por su capacidad de ver más allá de lo evidente, por su nivel de construcción mental y no por la evaluación de la inmediatez. Les aseguro que hay proyectos fundamentales que han sido rechazados por un minúsculo error de ortografía.
En fin, el Rock y otras músicas han sobrevivido más años que el clasicismo y no es que hayan llovido los mecenas, generalmente un roquero se ha rascado con sus propias uñas y se mantiene vivo.
Suerte y aguante.