A cuatro años de su última placa ‘Tres Caballeros’ (2015), el trío conformado por Marco Minnemann (Batería), Bryan Beller (Bajo) y Guthrie Govan (Guitarra), nos entrega una nueva y elevada muestra de calidad y destreza. ‘You Know What…?’ Es un disco de cuidada producción y complejas composiciones, que nos llevan por un viaje de una hora de duración a través de distintos estilos y sonoridades, dejando más que clara la madurez alcanzada en estos años de carrera y su innegable vocación por la innovación y la experimentación.
Al igual que en sus anteriores producciones, ‘You Know What…?’ está conformado por nueve temas, cada uno con una onda y estilo diferente. En general es un disco entretenido, claramente pensado para enganchar al público al momento de ser interpretado en vivo. En cuanto al sonido y en comparación a los trabajos anteriores, se nota un progreso y una gran consistencia, sobre todo a nivel de mezcla, lo que da como resultado una increíble solidez y un contenido sonoro muy homogéneo a lo largo de la placa.
Una elevada muestra de destreza…
El disco abre con la estridente “D-Grade Fuck Movie Jam”, con una interpretación cruda y agresiva. Un 4/4 a medio tiempo cargado al Funk. Govan literalmente hace hablar su guitarra con un uso desmesurado del Wha Wha, tributando por supuesto al gran Jimmy Hendrix. La potencia del bajo y la dureza de la batería recuerdan a los grandes Power Trio de la historia, como Grand Funk y Cream, por ejemplo. “Spanish Eddie” es un vals acelerado, con claros acordes y arpegios flamencos que nos traslada suavemente hacia la Fusión. La sutileza y la técnica se apoderan brevemente de esta pieza de seis minutos, para dar paso a un Riff pesadísimo al más puro estilo Metallica. Finalmente el ciclo se cierra tal como comenzó volviendo a los primeros compases de la canción.
El tercer tema es un es un Bluegrass rápido, “When We All Come Together”, el que cuenta con una base muy tradicional, con un trabajo muy preciso de Beller y Minnemann, sobre el cual Govan plasma su gran gusto por la música del sur de Estados Unidos. Hacia la mitad del tema es imposible no recordar a los enormes Dixie Dregs, con esa fusión de música folk y jazz. Si continuamos hablando de influencias, “All Said And Done” está impregnada del tono y el fraseo de John Scofield, una de las mayores influencias reconocidas por Guthrie Govan en más una oportunidad. Es la canción más corta del disco y por supuesto la más fácil de escuchar, con una melodía y armonía sin complicaciones. Aun así, no deja de ser uno de los puntos más emotivo y altos del disco.
… y mucha experimentación
No es necesario conocer el nombre del quinto tema del disco para saber que de algo terrible se trata. “Terrible Lizard” se hace sentir, a un tempo bajo, abusando de las notas más bajas y distorsionadas que puedan dar el bajo y la guitarra. Así comienza este bloque experimental, donde la improvisación y el riesgo son factores preponderantes. Un ejemplo de aquello es “Spirit Cactus”. Como mencioné al inicio de la reseña, el eclecticismo musical de The Aristocrats se manifiesta en una de las canciones más extrañas del disco, sin duda composición de Minnemann, muy cercano a lo que es el Art Rock, donde el virtuosismo queda de lado y las cartas se juegan por el lado de la armonía y las sonoridades, buscando atmosferas e induciendo estados de ánimo.
“The Ballad Of Bonnie And Clyde” posee una bella y pegajosa melodía, la base armónica magistralmente conducida por el potente bajo de Beller, se amalgama perfectamente con las poliritmias interpretadas por Minnemann, un 6/8 que se disfraza de 4/4 y nos conduce en un ritmo casi constante al siguiente tema, donde “Burial At The Sea” se trasforma en el punto más dramático de la obra. Nuevamente jugando con las emociones, a través del ejercicio de la tensión y relajación, The Aristocrats nos lleva por pasajes de disonancias y resoluciones. Se contrastan riffs pesados y compases muy sutiles y suaves.
Para finalizar, “Last Orders” se transforma en una elección perfecta. Una balada orientada al Jazz Fusión, donde Beller se luce con una gran melodía y un gran solo. El solo de guitarra final nos confirma que Guthrie Govan se encuentra dentro de los guitarristas más preparados y versátiles de la actualidad.
Se tomaron unos largos cuatro años para volver, pero no fue un retorno cualquiera. Más afiatados que nunca, se unen para entregarnos uno de los más interesantes discos de Rock progresivo instrumental de este año, confirmando que son y continuaran siendo parte de la Aristocracia del rock progresivo.