El año pasado no hablamos de este disco (si, últimamente se nos pasan muchas cosas) y si bien es posible que, a esta fecha, todo se haya dicho sobre ‘War of Being’, igual pienso que vale la pena recordar de una forma más personal lo que ha sido este trabajo que ya cumple casi un año.
Y es que este trabajo, a título personal, se siente como es una clara evolución, por algo es indiscutiblemente uno de los trabajos más ambiciosos de Tesseract. El concepto de las luchas internas hace el disco se sienta sólido y muy directo, e incluso más pesado, a ratos, que trabajos previos. Sin embargo, las sutilezas siguen a la orden, manteniendo la base de la banda, que se permite al mismo tiempo avanzar un poco más. “Natural Dissaster” se siente así, como un derroche de energía, controlado por las melodías que siempre han sido parte de los británicos.
Por su parte, “Echoes” está radicada en la fórmula más melódica y más reconocible de la banda, dando pie así a uno de los puntos altos del disco: “The Grey” también es un corte “clásico” de Tesseract, absolutamente digerible gracias a todos los elementos rítmicos pegadizos e intensos a los que estamos acostumbrados.
Podemos ir canción por canción, pero hasta este momento y por el resto del disco tendremos claro que las guitarras serán protagonistas, junto con las líneas vocales de Dan Tompkins que transitan entre lo emotivo y lo intenso, lo que también es consecuente con la propuesta histórica de los ingleses: es un conjunto sólido y homogéneo.
Si tuviera que destacar otro punto alto del álbum, tendría que nombrar a “Legion”, donde nuevamente se conjungan elementos progresivos y electrónicos, con melodías directas y memorizables; y al emparejar este corte con “Tender”, la inmersión aumenta porque el tramo inicial de este tema saca a la luz aquellos momentos más íntimos de Tesseract y que tan bien le hacen a sus trabajos.
“War of Being”, con 11 minutos de metal progresivo enmarcado en todos los elementos que ya he comentado, es una experiencia más inmersiva aún y, según yo, la más teatral del disco, ya que además de darle el nombre a la placa, es más cruda e incluso menos melódica, pero sin duda, dueña de una realidad técnica que no le permite pasar innadvertida. Es la joya de la corona y, al mismo tiempo, el corte donde más se han arriesgado, consiguiendo un resultado a la altura.
La pausa necesaria llega con “Sirens”, otro de esos temas más radicados en una atmósfera etérea y que me recuerda lo que me acercó a Tesseract en mis primeras escuchadas, porque es ese equilibrio el que personalmente me mantiene como seguidor de la banda. “Burden” sigue un camino similar y a ratos podría pensar que ambas forman parte de ‘Polaris’ (2015).
El disco se acaba con “Sacrifice”, que tiene una vibra de cierre fundado de cierta manera en esperanza; al menos a mi esa impresión me da. Recorre con soltura todos los elementos característicos de Tesseract, para, con toda la energía del mundo, enviar un mensaje sobre que podemos levantarnos a pesar nuestro pasado, y entender que el complejo camino que hayamos recorrido es parte del aprendizaje y de conocerse a uno mismo.
War of Being me ha acompañado un año y sigo sintiendo que es un trabajo maduro, centrado, que no deja de lado la complejidad fundamental de la banda. Por lo mismo, agradezco que se hayan lanzado en grande con este álbum. Esto ha implicado que no haya escuchado mucho los trabajos anteriores en este tiempo, porque, de una u otra manera, sé que esta placa recoge muy bien la trayectoria de la banda sin quedarse pegados en el pasado.
Dicho todo eso, te recuerdo que Tesseract se presentará el próximo 10 de septiembre en el Teatro Coliseo y aún quedan entradas a la venta.