Teniendo 62 años pero sin problemas, Ozzy dejó la grande en el único recinto para shows de mediana escala. Con un Movistar Arena prácticamente lleno (a excepción de unos sectores en platea alta), Osbourne demostró en Chile por qué es una leyenda viviente del rock.
Un personaje como este vocalista tiene el 80% del trabajo hecho antes de subir al escenario: tiene trayectoria y tiene más sandias caladas que un vendedor en Paine. Sus grandes éxitos, importantes referentes del rock, pasando desde sus inicios en Black Sabbath incluyendo su reinvención en los ‘80, fueron la tónica para hacer explotar a un público que ya venía con mucha fuerza después de la presentación de los caseros de Sepultura (que, sin menospreciar, están más repetidos que capitulo de Los Simpsons en Canal 13).
El show que empezó a las 21.05, tuvo una duración más-menos 1:40 minutos, y contó con el siguiente setlist, calcado al de Argentina, que les dejamos listos para que lo escuchen mientras se dan el tiempo de leer esta humilde nota:
¿Que se puede decir de Ozzy? Tengo que señalar que se nota el esfuerzo que él hace para pararse en un escenario y dar lo mejor, para hacer que su público grite, salte, aplauda y lo vitoree. Un personaje totalmente carismático, que más allá de la edad, siempre tuvo una sonrisa infantil en su rostro, al ver que la concurrencia prende con cada una de sus solicitudes.
Partir con el cañón que es “Bark At The Moon” fue un gran acierto, logrando convencer al público inmediatamente de que lo que venía era bueno, seguro y potente. El camino queda pavimentado para “Let Me Hear You Scream”, un tema que tiene muy buena recepción, siendo a ser el único tema nuevo presentado.
“Mr. Crowley”, otra joyita de los 80 es el primer tema encargado de hacer participar fuertemente al público: los simples acordes del final son fácilmente coreados por los asistentes, sacando nuevamente sonrisas del vocalista, quien se encargó de dejar a las primeras filas de la cancha, a punta de una manguera, listos para un comercial de Head & Showlders.
“I Don`t Know” y “Fairies Wear Boots”, su primer tema de Black Sabbath de la noche, nos mostraron a un personaje animado, con movimientos fuertes acordes a las canciones, que si bien implicaban un esfuerzo, no impedía apreciar que Ozzy estaba de buen ánimo que el escenario es el lugar que más disfruta.
“Suicide Solution” demostraron que Ozzy tiene feeling con el público y nadie puede hacer lo contrario; todo lo que haga en el escenario será celebrado, más aún cuando está dejando clarísimo que tiene cuerda para rato y que su voz todavía tiene mucha de la potencia que lo hizo llegar hasta donde está.
“Road to Nowhere” relajó un poco el ambiente, momento ideal para tirar un proyectil de grueso calibre a los chilenos: “War Pigs”, una canción que pareciera nunca estar obsoleta, dejó en libertad al coro de miles de voces, para no desaparecer más en todo el show. Así siguió “Shot In The Dark”, volviendo al inconfundible sonido ochentero de Osbourne.
El vocalista deja el escenario, y se escucha “Rat Salad”, tema instrumental, que da espacio para que el guitarrista Gus G. y, posteriormente, Tommy Clufetos en la batería hagan de las suyas con el público, dándole un buen momento de descanso a nuestro querido Ozzy.
A la vuelta, el cantante vuelve en grande: “Iron Man” cayó sobre el Movistar Arena con un riff inconfundible, que fue seguido por todas las voces presentes, incluso hasta por los guardias de seguridad. “I Don’t Want To Change The World” fue la siguiente, un excelente tema que, para mala suerte de él, quedó ubicado entre dos bombazos.
Sin aviso previo se escucha Ozzy grita “All aboard!!!!!!!!!!!!”, dando inicio a la canción que pondrá fin la primera parte del show: “Crazy Train”, un éxito que, personalmente, marcó el punto más alto de la noche, donde el público pudo manifestarse sin problemas aplaudiendo y siguiendo al cantante, con los “Ay Ay Ay Ay Ay…”, que caracterizan al tema, mientras el riff clásico creado por Randy Rhoads, suena de fondo. Este tema no dejó indiferente al público, que, como era de esperar, pidió más, y cantante también, alentando los asistentes tras bambalinas por medio del micrófono.
Vuelve al escenario y señala que será la última canción, lo que a nadie le gustó, pero empezando los acordes de “Mama, I’m Coming Home”, cualquier molestia queda en el olvido y hasta el chascón metalero más rudo se puso sensible.
Con su carisma logró el que mismo público gritara “one more song!!!” una y otra vez. Todos sabían entonces que esto estaba por terminar, pero no sin antes escuchar “Paranoid” y desatar por última vez los headbangers y las chascas al viento. Que tema para cerrar un espectáculo algo corto, pero preciso.
Setlist, Ozzy Osbourne, Movistar Arena, Santiago, Chile, 28 de Marzo de 2011:
1. Bark At The Moon
2. Let Me Hear You Scream
3. Mr. Crowley
4. I Don’t Know
5. Fairies Wear Boots
6. Suicide Solution
7. Road To Nowhere
8. War Pigs
9. Shot In The Dark
10. Rat Salad (Solo de Guitarra / Batería / Instrumental)
11. Iron Man
12. I Don’t Want To Change The World
13. Crazy Train
Encore
14. Mama I’m Coming Home
15. Paranoid
Tengo un par de reparos si: el escenario era muy sencillo, sin la parafernalia que debería implicar, según mi parecer, la venida del “Prince Of Darkness”. Aunque es lo de menos, si me quedo con la sensación de que el espacio le quedó grande a Ozzy, dejando más en evidencia que sus movimientos son bastante reducidos.
De todas maneras, se agradece el show, porque quedó claro que Ozzy sabe disfrutar lo que hace y a su público, haciéndolo participar sin descanso. Nadie pudo dejar el recinto disconforme, de hecho no escuché reclamos, sólo buenos comentarios; porque pocos artistas tienen el carisma y una voz inconfundible, todo esto sumado a un listado de éxitos dignos de estar presentes en toda recopilación que hable de la historia del rock.
Foto Portada: Javier Valenzuela | Rocknvivo
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