Para hablar de lo que sucedió ayer 18 de abril del 2012 en el Teatro Caupolicán tenemos que inmediatamente remitirnos a la primera presentación de Steven Wilson en Santiago de Chile. Un espectáculo calcado en su mayoría, pero con diferencias notorias que hicieron que quienes se repitieron el plato, sintieran que su entrada estaba bien pagada.
Nuevamente con una puntualidad digna de ejemplo y no chilena, a las 21.00 hrs se dio inicio a la nueva jornada, de la misma manera, con muchos “repitentes”, pero con las iguales ansias que el día anterior. Sin embargo el panorama genera sería bien distinto.
Si leyeron nuestro CLSK Review del primer show, y leyeron los comentarios, quedó claro que la discusión se centró en la cercanía (o falta de) que Steven Wilson tuvo con el público: unos dicen que es su forma de plantear un espectáculo, otros dicen que es divo; el punto es que la definición de la noche no fue unánime.
En un espacio mucho más grande a llenar, Wilson se mostró mucho más abierto para con los asistentes, se dio el tiempo de hablar más, bromear y sonreír. Respecto del espectáculo, poco se puede decir, ya que el montaje fue el mismo y la perfección también estuvo presente. Lo importante es que, gracias a la segunda noche, aquellas críticas hacia el artista que pudieron nacer de la show del Teatro Oriente, fueron acalladas y olvidadas.
Incluso al referirse de Sudamérica, Wilson mencionó que no tenía idea de que tanta gente conociera SU música (dejando implícito que Porcupine Tree es lo que el público de esta región estaba esperando), y su sorprendido rostro avalaba esa sentencia.
El show tuvo el mismo ritmo, las mismas pausas, pero con una intensidad digna de un recinto más masivo: la emocionante “Deform to Form a Star” y la sorprendente puesta en escena de “Sectarian” con la respectiva caída del telón; la pulcra “No Part of Me”, con un Marco Minnemann luciéndose y un Nick Beggs desplegando su talento al dejarse llevar en “Raider II”. Sin embargo las caras y la fuerza de los artistas eran distintas.
No sabemos si habrá sido la cantidad de gente o una mística que el Teatro Caupolicán tiene, y aunque haya pasado algo similar la noche anterior, la ovación para Adam Holzman, Marco Minnemann, Nick Beggs, Theo Travis y Niko Tsonev, fue realmente impresionante, casi como si cada uno de ellos hubiera sido el artista principal.
Hay que decir que es posible que muchos de quienes estuvimos en el primer show hayamos perdido algo la capacidad de asombro al repetirnos el plato, pero ver a Wilson en la misma faceta, más cómodo frente a un efervescente público, permite apreciar de mejor manera su calidad, como músico y como persona. Ese nexo, esa complicidad con los asistentes quedó más que definida.
Si usted fue por primera vez en esta oportunidad a ver a Steven Wilson, sobre las canciones y momentos emocionantes, revíselos en nuestro CLSK Review anterior. Ahora es el momento de buscar las 5 diferencias, tal como un juego en un diario añejo:
“Get All You Deserve”, parte del primer “encore”, fue interpretado potentemente por la banda, para terminar, igual que el día anterior, con Wilson utilizando la máscara de Insurgentes (2008); pero hoy los músicos usaron máscaras también, lo que algo ayudo para convertir el momento en un vórtice de oscuridad.
Ya hablamos de lo relajado de Wilson, algo que también pasaba con el público, que dejó entrever que el Teatro Caupolicán descontrola mucho más a la concurrencia. No faltó el “socito chistoso” que no pudo quedarse callado en momentos claves y gritar desaforadamente para recibir una notable frase de Steven Wilson: “parece que ustedes se perdieron en el camino hacia un concierto de Metallica”. La cosa era clara, su show es distinto y el público debía entenderlo.
Solo hubo un pequeño cambio en el setlist, interpretando la suave, ambiental y pausada “Veneno Para Las Hadas”, y fue hacia el final de la noche, se incorporó “Lazarus” (que el público reconoció al primer acorde) en vez de “Even Less”, en mi opinión, una mejor elección para ser interpretada en solitario, además de la correcta y afinada participación del espontáneo coro local. Un momento íntimo para una canción que no sonaba hace mucho en vivo, un buen regalo para los fanáticos de Porcupine Tree y para el mismo artista, que sonreía al ver la entrega del público.
Aun cuando prefiero el audio del primer día, creo que esa sensación puede estar sesgada por la tremenda primera impresión que Wilson impuso en el público del Teatro Oriente. Sin embargo estoy seguro de que quienes fueron solo la segunda noche lo vivieron de la misma manera, al disfrutar de un sonido que permitió en todo momento identificar claramente la voz y los instrumentos, algo que no siempre pasa en el Caupolicán.
Dos noches dignas de recuerdo para los fanáticos del trabajo de Steven Wilson quien, estamos seguros, se lleva una excelente impresión del público chileno, lo que de seguro lo traerá pronto por estos lados, pero con esa banda que todos esperamos.
Setlist, Steven Wilson, Santiago de Chile, Teatro Caupolicán, 18 de abril de 2012:
01. No Twilight Within the Courts of the Sun
02. Index
03. Deform to Form a Star
04. Sectarian
05. Postcard
06. Remainder the Black Dog
07. Harmony Korine
08. Abandoner
09. Veneno Para Las Hadas
10. Luminol
11. No Part of Me
12. Raider II
Encore:
13. Get All You Deserve
Encore 2:
14. Lazarus
15. Trains
P.S.: Nuevamente no llevamos cámara y no fuimos acreditados. La foto de portada la sacamos del Facebook de la amiga Radio Futuro y corresponde al día show del 17 de abril de 2012.
frank amorall
20/04/2012 at 02:22
Es sorprendente para mi darme cuenta de lo fácil que puede manipularse una audiencia, y lo patético que llega a ser el endiosamiento a ciertos artistas extranjeros, a que me refiero, que a pesar de la tremenda trayectoria de SW como músico y productor de albumes tan maravillosos como blackwater park o con Eprath u Orphaned land etc etc, anoche he percibido un ser poco luminoso, excesivamente estridente en cuanto a su sonido en vivo, con un evidente ego a flor de piel y composiciones que si no fuera por los magníficos músicos que las ejecutan rozarían lo obvio y cursi.
Su trabajo visual y la performance de minneman son sin duda lo que para mi es digno de aplauso, pero la vibra de SW y su sonido general me decepcionó.
Termino dejando claro que todo lo dicho no es mas que subjetividad, pero también dejando la semilla a que el publico aprenda a ser mas critico y no se baje tan fácilmente los pantalones ante espectáculos extranjeros.
PD: hasta ahora de los últimos conciertos, nadie ha superado el sonido y la vibra de Katatonia.
A
25/09/2012 at 14:50
Que pedazo de idiotez que escribiste.
LUPYTRON
21/04/2012 at 10:39
frank amorall tienes la completa razon ..steven wilson se jura la madre superiora del rock….se aferra a los clasicos de la progresiva,es un master pero le falta mas humildad..no somos na weones..de no-man A PURCUPINE..sin Richard Barbieri un tremendo tecladisca que participo en lo mejor de japan sin contar su excelente discografia,Gavin Harrison (el mejor baterista de todos los tiempos)john wesley, de bajo perfil con una excelente discografia,Colin Edwin.pedaso de bajista.na da mas..sin duda lo mejor…pero como tu dices el endiosamiento nos ciega…su musica es una captura de todo su trabajo mas influencias del mejor gusto..del mejorrr…sin dudas…MMMMMM.pero tenemos que ser mas criticos wilson nos miro como poca cosa…OJO..
PERO ES LO MEJOR QUE E VISTO EN CHILITO LOS 2 ULTIMOS AÑOS
Troll
21/04/2012 at 15:09
poca cosa po!!! ahahahahahhahahahaha. Vidente culiao
Matias
21/04/2012 at 15:04
jaja los medios rollos
la verdadera pregunta es: como pueden quedar fans de DT existiendo SW