Hablar de Creed puede sin duda llevar a muchos a discutir sobre la “validez” de la propuesta musical que a finales de los 90 apareció y que muchos calificaron como post-grunge, lo que fuera una lápida inmediata para su sonido, acompañada de la calificación “comercial”. Pero esa historia es bastante vieja y hace unas horas la banda de Scott Stapp y Mark Tremonti pisaron por fin tierras chilenas.
Con una puntualidad que poco se ha visto últimamente en conciertos, a las 20:00 hrs (otra agradable novedad) comenzó el concierto con un Teatro Caupolicán a la mitad de su capacidad, con un público en su mayoría sobre los 35 años (y algunos ya con más de cuatro décadas). Sin mucho preámbulo, la banda de Tallahassee salió al escenario para demostrar su calidad con “Are You Ready?”, presente en Human Clay (1999), disco los hiciera despegar su carrera completamente y que sería el principal hilo conductor de la poderosa jornada, pero dejando espacio para los sencillos que los pusieron en el mapa, siendo “Torn” (My Own Prison, 1997) el primero de estos temas.
A pesar del poco público, “Wrong Way” y “What If”, pusieron en evidencia que quienes concurrieron al recinto de San Diego fueron aquellos que de alguna manera siempre estuvieron pendientes de las novedades de la banda, pero aunque no fueras el mayor de sus seguidores, te habrías sorprendido ya la selección de la noche (que puedes escuchar al final de este review), centrada en Human Clay, seguramente la oíste en algún momento.
La tónica de la noche estaría cargada de un sonido pulcro y cuidado, algo que no siempre se aprecia en el Teatro Caupolicán, pero esta vez el trabajo estuvo bien hecho, especialmente para dejar que la voz de Stapp no desapareciera entre los instrumentos, algo de lo que hablaremos al final de este review.
Luego del paso de las más antiguas “Unforgiven” y “My Own Prison”, y en el contexto de una llegada a Chile con mucho desfase desde el “mejor momento” de esta banda, se privilegió la presencia temas presentes en discos previos a Full Circle (2009), siendo “A Thousand Faces” la única canción de esa placa en este show, lo cual fue una sorpresa dado que, para mi parecer, es el mejor corte de ese álbum y, aunque parezca extraño, no fue sencillo de promoción.
Después de escuchar “Bullets” (Weathered, 2001) y “Beautiful”, destacable y digno de ejemplo fue el sonido en “Say I” y “Faceless Man”, donde se pudieron apreciar en su mayor esplendor los sencillos pero duros riffs que marcaron la carrera de esta banda, demostrando de ese modo que Mark Tremonti en las guitarras es la mente tras el sonido de Creed y cuyo sonido se replica claramente en sus trabajos paralelos. Con “Faceless Man” vino el primer punto alto de la noche, donde un suave inicio acústico termina con un cañonazo difícil de evadir.
“What’s This Life For” y “One”, canciones que dan fin a My Own Prison (1997), continuarían el show, siendo esta última el clímax del concierto: un tema mucho más suave pero alegre, algo que el público agradecería saltando y moviendo los brazos efusivamente apenas la guitarra de Tremonti endureció su sonido. Lo que sería un marco ideal para empezar a cerrar la noche, que tendría su primera y única pausa después de “Higher”, el tema que saturara MTV el último año del siglo pasado.
Y luego de unos minutos, la banda retomó el escenario con la esperada “With Arms Wide Open” que, en una propuesta más calmada permitió apreciar con claridad la batería de Scott Phillips y el bajo del calmado y estático Brian Marshall. En ese contexto vino la melódica y también suave en su inicio “One Last Breath”, para dar paso a “My Sacrifice” (Weathered, 2001), últimos singles de la banda antes de su separación en el año 2003 y que, como buen recuerdo con más de una década, el público agradeció con su activa participación.
Setlist Creed, Teatro Caupolicán, Santiago, Chile, 28 de noviembre de 2012:
1. Are You Ready?
2. Torn
3. Wrong Way
4. What If
5. Unforgiven
6. My Own Prison
7. A Thousand Faces
8. Bullets
9. Beautiful
10. Say I
11. Faceless Man
12. What’s This Life For
13. One
14. Higher
Encore
15. With Arms Wide Open
16. One Last Breath
17. My Sacrifice
Sin mucha discusión es Scott Stapp quien se roba la película, todo porque su voz se mantiene y sobresale gracias al buen manejo del sonido en este recinto, además del histrionismo que bien plantea en su labor de frontman. Sin embargo, Mark Tremonti se muestra más concentrado en su guitarra que en comunión con el público, pero que de igual manera se deja sorprender en momentos por la efervescencia del público chileno. Pero todo eso queda opacado por la segunda guitarra a cargo de Eric Friedman, quien apoya a la banda en las giras; más joven que sus compañeros y con un talento que claramente se aprecia durante la presentación, se muestra más cómodo y con más energía en el escenario que el resto de la banda.
Creed, con sus seguidores y detractores, se hicieron un nombre dentro del mundo del rock, y su origen posterior al paso del Grunge sin duda siempre les ha pesado. Pero, sinceramente, poco de eso se recuerda cuando un espectáculo es sólido y de buen nivel: con una escenografía e iluminación que, sin ostentar, claramente hablan de una preocupación por los detalles y un sonido que muchos grupos regalones del Teatro Caupolicán deberían envidiar.
Fotos: Facebook Chileanskies, por Julio Celis
pancho
29/11/2012 at 20:08
claramente a Julio no le gusta Creed, el teatro estaba lleno en un 90%, la banda disfrutó a concho de su público, e incluso hizo cantar my sacrifice, fue un gran espectáculo que nada tiene que envidiar a los conciertos que realiza la banda en USA. Scott tiene la misma voz que cuando empezó la banda, y se entregó completamente al espectáculo, que el público respondió cantando y tarareando varios temas. Enorme CREED!
Julio
29/11/2012 at 21:14
Desde cuando decir que fue poca gente a un concierto se transformó en sinónimo de que fue malo? Me encanta la comprensión de lectura de ustedes.
Marianors
30/11/2012 at 01:11
fue buenisimo el show
aún recuerdo cuando compré el my own prision, por que me tinco Torn y le dí en el clavo. hoy 15 años despues, por fin se pago y con creces, tremendo setlist (lastima que me malacostumbre a shows de más de 2 horas) pero fuera de eso, valio la pena.
calidad en el sonido, calidad en la performance, tremonti se mueve como siempre, paseandose y cabeceando tan fuerte como sus riffs. juego de luces buenisimas y simples.
gracias a mi cercanía del escenario, siempre supe que Scott erá el más cargado a lo religioso, pero las guitarras de tremontí tenían stickers de figuritas religiosas. me sorprendio!!
Stapp sudaba como cerdo, pero se agradece, ya que así se ve quien se entrega al 100%, y cabe destacar que entre scott y mark se miraban sorprendidos cuando coreabamos canciones, los “ole, ole ole ole” los dejaron impresionados, se leía en sus labios los comentarios de impresión.
Amigos, dejamos una muy buena impresión como público, les aseguro que volverán