James LaBrie, para muchos críticos y desencantados de Dream Theater, es un músico que ha sabido llevar en sus hombros las críticas que a lo largo de los años varios le han hecho a su voz y a sus performances en vivo, pero que creó un estilo y un sello distintivo, para destacar entre el virtuosismo que los demás miembros de su banda recurrente y se planta con firmeza sobre los versos inconfundibles, tanto en Dream Theater como en sus proyectos paralelos, MullMuzzler y sus ya tres álbumes solistas.
Esta vez, a unos días del lanzamiento de Dream Theater “Live at Luna Park” y con muchas “impresiones” de parte de los fanáticos, en relación al trabajo del vocalista, debemos antes cerrar el ciclo con su trabajo en solitario llamado Impermanent Resonance, para que con esto puedan comparar, de una forma un poco más abierta, cual es la manera en que Kevin James LaBrie se relaciona con su música, la que por parte de este editor, se ve mucho más cómoda, fluida y sólida en el nuevo disco de Dream Theater.
Impermanent Resonance continua con la senda dejada por un discazo, Static Impulse (2010), álbum que desató una especie de revitalización con los fanáticos un poco más alejados de los últimos pasos de LaBrie, ya que como ustedes bien saben, las cosas con Dream Theater en ese tiempo no iban bien. Static Impulse en un tono agresivo, con growls y con unos riffs al más estilo Gothenburg death metal atraparon a muchos y llevaron a ese disco a ser un imperdible de ese año. Esta vez ha pasado algo parecido.
James LaBrie junto a Marco Sfogli en la guitarra, Matt Guillory en los teclados y coros, el tremendo Ray Riendeau en el bajo y Peter Wildoer en la batería y los gritos, comienzan con “Agony”, un sonido muy fresco que patea cabezas, con ese matiz que le da la melodía de LaBrie que te deja con el coro en el subconsciente por el resto de la semana. Sigue “Undertow”, un tema muy entretenido que con mezclas de sintetizadores y riffs demoledores se pasa rápidamente. “Slight of Hand” es la canción que quiebra con la velocidad del disco y le da el groove correspondiente, junto con una letra llena de rabia, marcada por los gritos de Wildoer.
“Back on the Ground” es una balada un poco más rockera, con un coro inolvidable y donde se siente a un LaBrie muy cómodo, cantando como nunca y con una simpleza que recuerda a los lejanos pasos dados en discos como Awake (1994) o Falling Into Infinity (1997). Volviendo a un tono más progresivo, “I Got You” reintegra la fuerza con riffs cortados y con un solo tremendo de Sfogli. La solidez de la banda se puede ver en cada tema y el peso del disco hace apretar los dientes a cada minuto.
“Holding On” y “Lost in the Fire” pueden ser unos puntos débiles en relación a las demás canciones de la placa, pero de todas formas mantienen la fuerza y la emoción de LaBrie en la voz. “Letting Go” es el tema más llevado al lado math metal, pero con un coro melódico que conlleva la unidad sobre todos los cambios. “Destined to Burn” comienza a apagar un poco el frenesí del disco, saltando a “Say You’re Still Mine”, otra balada limpia y emotiva, un poco más glam y sin tanto adorno, dando la impresión de ser creada en los ‘90.
“Amnesia” es otro claro ejemplo de la intromisión de los tonos electrónicos dentro del estilo de LaBrie, acompañando de muy buena forma toda la canción. “I Will Not Break” termina el disco en la edición normal, con un latigazo de riffs y la batería de Wildoer al máximo.
“Unraveling” es uno de los dos extras presentes en la edición especial de Impermanent Resonance, una balada nuevamente, pero más enérgica en su melodía, así también con su letra. Cerrando el bonus, “Why” concluye con un resumen de todo lo mostrado en esta placa, los riffs potentes, los coros contundentes y el virtuosismo de la banda, que en un todo elevan la voz de LaBrie sobre el pavimento de death metal progresivo que predomina, ya como un pilar fundamental, en el trabajo solista de este músico.
Este álbum es una maduración en un estilo que de a poco encantó a los fanáticos; con la ayuda de Peter Wichers, ex miembro fundador de Soilwork y de Jens Bogren en la mezcla, LaBrie explora un nuevo ambiente, soltando un poco la tensión con la que se ve en Dream Theater y mostrando más soltura en su voz, razón por la cual es completamente recomendable darle más de una buena escuchada.
Puede escuchar Impermanent Resonance por acá y tus impresiones las esperamos al final de esta nota.
Nicolas Riderelli Valdes
11/11/2013 at 20:39
El disco es la zorra
Andrés Iván
11/11/2013 at 20:46
estan un poquito atrasados xd
Erick San
11/11/2013 at 21:08
Lea la nota y entienda el contexto del review.
ChileanSkies
11/11/2013 at 21:00
mas vale tarde que nunca