Decepción inversamente proporcional al cariño por una banda
Si, son palabras duras y no me extrañaría que tú, fan un poco más acérrimo de la banda, te sientas un poco ofendido con estas palabras. Pero para pintar las cosas como una maravilla hay otros medios y por algo llegaste acá.
Aun cuando ya han pasado varios días desde la presentación de la banda californiana, el sabor amargo de dicha presentación aún no ha salido la boca de este humilde editor, más cuando en esta retina aún hay imágenes vigentes de la presentación de esta banda el año 1999 en la Estación Mapocho, donde claramente la energía fue un factor fundamental para valorar un show que no tuvo un desempeño destacable en cuanto a sonido.
Pero hablar de esa presentación es solo para poner en contexto que los años pasan y nos vamos poniendo viejos, y esto se notó de sobremanera en la banda que ocupó el Claro Stage a las 21:45 horas del pasado sábado 29 de marzo en el Parque O’Higgins, show que podrás ver por completo al final de esta nota antes de que lo borren.
Estuvimos atentos al show de Nine Inch Nails, lo que sin lugar a dudas elevó las expectativas de un festival donde la puesta en escena no es lo primordial, sino la potencia y el desplante de los carismáticos artistas; y todavía quedaba un espectáculo más por presenciar: los Red Hot Chili Peppers serían los encargados de cerrar la jornada de un festival cuya envergadura y organización están a kilómetros de distancia de cualquier otro similar realizado en nuestro país, por lo tanto, no podíamos esperar nada malo.
Como nuestro éxodo fue tardío hacia el Claro Stage, no pudimos conseguir una ubicación cercana, la que inmediatamente se constituyó en una razón para no ser tan severos con el show, dado que es imposible apreciar bien un concierto a la distancia, sin embargo, comparado con los espectáculos del domingo observados desde lo lejos, podemos decir que dicho argumento no era válido.
“Cant’ Stop” inmediatamente encendió los ánimos, pero las caras rápidamente, en especial en la zonas más alejadas, comenzaron a cambiar y las revoluciones de los asistentes empezaron a bajar con el que debía ser “el mejor” show de la jornada. Los “¡se escucha como las weas!”, “¡arreglen la weá!” comenzaron a escucharse al fondo, lugar donde la guitarra poco fue apreciable y cuando se escuchó fue para no haberla oído mejor, porque el problema no era técnico.
Avanzando el show, “Dani California” pasó sin pena ni gloria y “Otherside” sería la encargada de empezar a mostrar lo que en definitiva sería el resto del show: una banda que nunca supo lograr que su sonido fuera único, cohesionado y, por sobre todo, apasionado. Josh Klinghoffer, no tuvo presencia y se sintió siempre a destiempo, mientras el bajo de Flea y el bombo de la batería de Chad Smith se comían toda posibilidad de escuchar al guitarrista o la desafinada, en muchos momentos, voz de Anthony Kiedis.
“Factory of Faith”, “Snow [Hey Oh]” y “The Adventures of Rain Dance Maggie” no ayudaron a que la cosa cambiara; el carácter más pasivo de los temas bajó las revoluciones, pero que los fanáticos hubieran agradecido siempre y cuando el sonido de la banda hubiera estado a la altura de la ocasión.
Al final de cada canción, el grupo se tomó el espacio para “improvisar”, lo que a vista de quien escribe no era más que una forma de probar sonido y tener claro que los problemas no se solucionarían y que no había forma de conectarse con el público y con el festival que con el paso de los años cada vez aumenta su convocatoria.
El primer estruendo del público vino cuando el característico sonar de “Under The Bridge” empezó a llegar a oídos de la concurrencia, quien, en un acto casi reflejo, comenzó a corear el tema que a esta altura ya es patrimonio de la humanidad, lo que distendió el tenso y aletargado ambiente generado por la escuálida presentación.
No hay que negar que acercarse el final “Californication” y “By The Way” devolvieron el alma y la energía a la cansada y ya no expectante audiencia, y la banda por un momento se sintió sólida y armada, y aun cuando el sabor ya era agrio, el cariño a la banda es fuerte y la nostalgia de finales de los 90 e inicios del presente siglo ayudaron claramente a mejorar el ambiente.
La banda sale por un momento para recibir el respectivo llamado del público, que fue unánime entre quienes repletaron los sectores más cercanos al escenario. Luego de un Jam de percusiones, “Around The World” empezaba a marcar el fin de una manera acertada, la que claramente sería rematada por la infaltable “Give It Away”, indispensable en cada presentación de Red Hot Chili Peppers.
Setlist Red Hot Chili Peppers, Lollapalooza Chile 2014, sábado 29 de marzo, Parque O´Higgins, Santiago Chile:
- Can’t Stop
- Dani California
- Otherside
- Factory of Faith
- Snow ((Hey Oh))
- The Adventures of Rain Dance Maggie
- I Like Dirt
- Wet Sand
- She’s Only 18
- Under the Bridge
- Ethiopia
- Californication
- By the Way
Encore:
- Chad & Mauro & Josh Jam
- Around the World
- Give It Away
Por último, hicimos las averiguaciones y lo que acá decimos también se tradujo para quienes estuvieron más cerca (y tuvieron un poco más de objetividad) y más allá de que el público saltara y acompañara con la intensidad característica del público chileno, la calidad del espectáculo entregado por Red Hot Chili Peppers dejó mucho que desear, poniendo en duda si eran o no el número indicado para cerrar la primera jornada del Lollapalooza Chile 2014.
Todos hemos visto bandas que han sonado mal alguna vez: saturaciones, exceso de volumen, pifias, acoples y muchos otros inconvenientes, pero pocos, o mejor dicho ninguno, dejó a este editor con ganas de no ver más al grupo en vivo. Lamentablemente, para todo hay una primera vez.
Fotos gentileza de Lotus Producciones
Dale Color Sasu
01/04/2014 at 20:26
zzzzz
caro lina
02/04/2014 at 17:20
Lamentablemente cierto… creo que existe un antes y después de John Frusciante.
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