Más allá de lo que significa ser testigos del nacimiento de un nuevo trabajo de Faith No More, luego de largos 18 años de receso en composición como grupo, Sol Invictus se vislumbra como un regreso maduro y con un sabor agradable, ya que siguen manteniendo esa esencia de música mixta, dando espacio a toda inquietud que quieran desarrollar y ordenando cada track en pos de un digno y esperanzador final.
Muchos tienen el errado concepto de que Faith No More es solo Mike Patton, pero no pueden estar más equivocados, ese tipo de aseveración está lejos de ser cierta. Partamos por lo simple, él no siempre fue el vocalista de la banda y por mucho que lleve bastante tiempo en ella, han tenido la sabiduría de otorgar el espacio necesario para que cada músico se luzca y no se convierta en mero acompañamiento.
Parece increíble que la primera canción, además de ser la que da nombre al disco, sea de ritmos suaves y pausados, pero con una tónica de misterio que otorga la grave voz de Patton en conjunto con el teclado de Roddy Bottum, simple y armónico a la vez. Esto crea un símil entre el inicio del presente disco y el primer tema que tocaron en The Second Coming Tour (2009), “Reunited”, dejando esa sensación de querer más.
El segundo tema nos recuerda a los primeros trabajos de la agrupación, con una atmósfera similar a la de “Surprise! You’re Dead!”, con la diferencia de que “Superhero” es más nebulosa y estrepitosa, donde la batería de Mike Bordin hace gran parte del arduo trabajo en conjunto con su compañero de labores rítmicas, Billy Gould. Recordemos que este tema fue parte del adelanto sonoro de este nuevo álbum y tuvo muy buena aceptación por parte de sus fans.
“Sunny Side Up” es uno de los temas más pegajosos, a pesar de su corta duración, porque es casi imposible no parlotear su coro luego de haber repasado las diez pistas. Es turno del cuarto corte, “Separation Anxiety”, cargado de gritos, susurros, ritmos acelerados y con amplio espacio para un headbanger si la escuchásemos en vivo. Esperamos que en septiembre tengamos la oportunidad de poder compartir toda esa energía entregada por parte del quinteto de músicos.
La oscuridad se apodera de “Cone of Shame”, sumergiéndonos en distintos niveles de intensidad emocional con el tamborileo incesante de la batería, junto a una lírica que podría ser perfectamente inspiradora para un cortometraje, por ser expresamente gráfica y metafórica a la vez. Este es el clímax de Sol Invictus, junto a “Motherfucker”, porque son capaces de reunir su pasado y presente dentro de una canción. El trabajo musical para conjugar diversos ritmos es excelente, lleno de sorpresas en sí mismo: un verdadero elogio a la versatilidad musical de Faith No More.
Luego viene “Rise of the Fall” y “Black Friday”, sí, las nombramos juntas porque no hay mejor forma de escucharlas que en dúo. Dan la sensación de que no podrían ser interpretados de otra forma que no fuese consecutiva, solo así adquieren fuerza y complemento. El octavo lugar es para “Motherfucker”, corte que se transformó en el primer atisbo que tuvimos de este proyecto, decantando como una necesidad expresiva del sentir popular. Es simple y sin mucha pretensión, lo que la convierte en un ejemplar al momento de hablar del carácter del disco.
Y así llegamos a “Matador”, la canción más ecléctica del álbum, con un toque fúnebre otorgado por Patton y su cadencia en la voz. El trabajo de Billy Gould se destaca junto al de Jon Hudson, compenetrados en vida y muerte gracias a este tema. La culminación de Sol Invictus está a cargo de “From The Dead”, llenando de confort los últimos tres minutos del disco, ya que luego de un mar de oscuridades y desencantos previos, las esperanzas existen y las bienvenidas resurgen. Da la sensación de que estamos frente a un disco autobiográfico que rememora las vueltas y profundidades por las que ha viajado el grupo.
Si eres una de esas personas que tiene la mayoría de la discografía fresca en sus recuerdos, este disco te será muy fácil de digerir, como si nunca se hubiesen distanciado ni separado como banda. Cabe aclarar que no es un trabajo que se caracterice por derrochar energía en su rol como sucesor de Album Of The Year (1997), sino que optaron ingresar por otro modo a su audiencia, demostrando madurez musical además de nuevas e ingeniosas formas de (re)pensar su música.
Para varios de los seguidores de Faith No More, esta es la primera vez que escuchan conscientemente un disco recién lanzado de ellos, porque muchos eran solo unos niños en 1997 y faltaban años para que descubrieran lo que sería su gusto musical. Al parecer, las ganas de querer seguir dando giras mundiales, pero no a costa de sus antiguos trabajos, fue más fuerte y ético a la vez, atreviéndose a la aventura de componer nuevamente tras oxidados años de trajín. Bienvenidas sean sus sinceras ideas y ojalá que el presente, con sus nuevas tecnologías y consumadas capacidades instrumentales, les acomode tanto como para poder seguir engrosando su discografía.
Te dejamos con Sol Invictus (2015), gracias a la liberación que hizo Ipecac Records a través de Soundcloud hace un par de días.
Jorge m/
14/05/2015 at 12:58
si le tengo que describir en un sola palabra, sería “fresco” 😀
caro lina
14/05/2015 at 16:27
re.fresco
Julio
14/05/2015 at 21:54
Si bien lo escucharé denuevo… a la primera solo puedo decir…
refrezzzzzzco
Jorge m/
15/05/2015 at 12:43
jajajaja xD
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