Un poco antes de las 22:00 hrs. se apagaron las luces para recibir a Judas Priest, quienes, antecedidos por la respectiva introducción, comenzaron su show con “Dragonaut” corte del reciente Redeemer of Souls, y continuar rápidamente con “Metal Gods”, el primero de varios clásicos por venir, algo se agradece ya que más allá de promocionar su último disco, la selección de la noche fue turnando canciones nuevas y recuerdos para que así el público tuviera un fácil acceso al amplio catálogo de la banda.
Desde el inicio se pudo ver “coreografías” entre los guitarristas, un público activo y una animosa participación por parte de Richie Faulkner, compenetrado totalmente con Judas Priest, algo que se pudo ver en “Devil’s Child”, “Victim of Changes” y “Halls of Valhalla”, en el marco de sonido potente, enérgico y sincronizado, todo esto sumado a la imagen de una banda que lo está pasando bien sobre el escenario.
Si bien “Love Bites” y “March of the Damned” no fueron puntos bajos en el show, no causaron el revuelo de otros cortes durante la noche, al contrario de clásicos como “Turbo Lover” donde el público participó activamente del coro, al igual que en la más reciente “Reedemer of Souls” que, además de tener el sello característico de las canciones de Judas Priest, ha sido fácil de digerir.
De acá en adelante todo lo que siguió fueron cortes más antiguos y heavy metal a cargo de temas como “Beyond the Realms of Death” y “Jawbreaker” , los que pavimentaron la llegada de una seguidilla de éxitos, todas cantadas a dueto entre Halford y el público presente en el Movistar Arena.
Todo se acelera con “Breaking The Law” y luego con “Hell Bent for Leather”, ese corte en que es usual ver a Rob Halford sobre una motocicleta, para así despedirse por primera vez y salir del escenario por un corto tiempo, espectáculo que fue retomado con “Electric Eye” (Screaming for Vengeance, 1982), esa canción con que abrieron muchas de sus giras.
En su rol de frontman y leyenda, Halford toma la energía del público y la usa a su favor en su típica interacción con los asistentes y los juegos de voces, una introducción perfecta para un de las joyas de la noche: “You’ve Got Another Thing Comin’”, seguido del solo de guitarra de Richie Faulkner, quien dio la impresión de estar tocando en un nivel que nunca antes había podido alcanzar.
Nuevamente el grupo se despide, pero el Movistar Arena obviamente pidió más. Scott Travis interviene y ofrece una canción adicional: “Painkiller”, es requerida por los asistentes y la banda cumple, momento en que Glenn Tipton puede demostrar que los años no se le notan y que sigue teniendo el mismo talento y velocidad en la guitarra que hace 40 años.
Muchos comienzan a retirarse al creer que el show había efectivamente acabado, pero Halford señala que por haber sido tan buen público, merecíamos una más: la infaltable “Living After Midnight” termina con la selección de British Steel (1980) y el concierto definitivamente, donde Halford aprovecha de descansar un poco su voz dejando que los asistentes lleven el timón.
Así termina un concierto donde Judas Priest demostró una vez más que la edad no pesa y que siguen siendo tan buenos como en sus inicios. Rob Halford es de los mejores frontman en la actualidad y su voz está impecable a pesar de todos los años que lleva cantando, sin ser todavía necesaria la bajada de un par de tonos para adaptarse a su registro actual. De hecho, más de alguna reacción de asombro sacó en aquellos que no veían hace un tiempo a la banda.
Para finalizar dos puntos importantes sobre la jornada: lo bueno, el volumen. Se agradece que en ambos shows las voces se pudieran escuchar limpias y pulcras, sin distorsiones ni sofocadas por los instrumentos de los demás integrantes, algo que pareciera estar en olvido cuando de metal se trata.
Y por otro lado, lo malo: la presencia de bengalas. Está más que prohibido, e incluso una fue lanzada de un punto a otro de la cancha. No es necesario referirse más sobre el problema de seguridad que implica, sino tener claro que algunos no han aprendido nada de las nefastas experiencias como la del concierto de Callejeros en Argentina (2004) o incluso recientemente en el fallido show de Doom acá en Santiago, donde la irresponsabilidad (de quién sea y cómo sea) terminó por tener fatales consecuencias.
Setlist Judas Priest, Movistar Arena, Santiago, Chile, 5 de Mayo de 2015
- Dragonaut
- Metal Gods
- Devil’s Child
- Victim of Changes
- Halls of Valhalla
- Love Bites
- March of the Damned
- Turbo Lover
- Redeemer of Souls
- Beyond the Realms of Death
- Jawbreaker
- Breaking the Law
- Hell Bent for Leather
- Electric Eye
- You’ve Got Another Thing Comin’
- Solo de Guitarra
- Painkiller
- Living After Midnight
La galería completa del show está disponible en este link, fotografías tomadas por Julio Celis, para Chileanskies.
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