La última visita del grupo alemán fue hace más de diez años siendo teloneros de Gamma Ray, pero ahora, más consolidados como banda, pisaron tierra chilena con algunos cambios en su formación, ya que nos encontramos ante Rick Altzi en las voces, una de las grandes modificaciones que han hecho.
El quinteto se plantó en el escenario del Rock & Guitarras a las 20:10 horas, bajo un manto de evidente entusiasmo, porque no todos pueden decir que vieron a su grupo predilecto en un lugar tan íntimo, pequeño y a poca distancia como es factible en el bar de Ñuñoa; incluso viajo bastante gente de regiones para no perderse esta tremenda oportunidad.
No había tiempo que perder y los éxitos fueron los beneficiados, así todo fue miel sobre hojuelas para los asistentes, dado que más allá de la simpatía que cada integrante imponía en la tarima, ya llevan en ruedo 13 años y varios más como músicos. Una de sus primeras canciones icónicas fue “Spirit Never Die”, coreado por la totalidad del recinto y la que dio rienda suelta a las palabras del vocalista dirigidas al público.
El más aclamado fue por lejos Roland Grapow, guitarrista y ex integrante de Hellowen; vale decir que el paso de lo años sólo le ha sumado experiencias y sabe cómo comportarse frente a la masa. “The Chance” (cover de su ex grupo) fue el punto cúlmine de la noche para él y Axel Mackenrott (teclados), además de verse muy cómodos ante las alabanzas efectuadas por los presentes.
Por otra parte, Martin Skaroupka en batería, recibió más de un aplauso por su desempeño arrasador, sin descanso y llevando la batuta en el ritmo, junto con Jari Kainulainen en el bajo. El clímax llegó con “Crystal Nights”, que dio inicio a una seguidilla de los mejores temas de la banda, pertenecientes a su disco homónimo, los mismos que el público quería escuchar con ansias. De aquí en más, la media hora que faltaba se hizo bastante estrecha, con poco tiempo para recomponerse entre corte y corte. Tanto fue el frenesí, que el bajista y el tecladista se sintieron tan a gusto que prendieron un cigarro y se lo fumaron entre ambos mientras tocaban “Crawling From Hell”, haciendo caso omiso de las normas.
Cinco hombres mayores, cinco melenas rubias y cinco diferentes talentos que ya se aprontaban al final del show. La despedida estuvo protagonizada por un alargue del último tema, donde hubo una pequeña presentación de las habilidades de cada uno, incluso el tecladista pudo darse la libertad de tocar la intro de “Smoke On The Water” (Deep Purple) al final de la jornada. Se veían muchas caras felices y completamente satisfechas con lo que acababan de disfrutar, porque Masterplan es una banda para pocos, pero aún así, su fiel público es una fanaticada que ya la quisiera cualquier agrupación por la constancia y seguridad de que seguirán junto a ellos por siempre.
Por mucho que las críticas hacia el actual vocalista sean divididas, es una voz que se la puede con las necesidades básicas del power metal, con agudos constantes y sonantes, que calzan perfectamente en los riffs ágiles. Aunque no sepamos aún si esta fue la primera y única vez que Masterplan pisó tierra nacional en solitario lo largo de su historia, ya sea por un mínimo interés del público o porque ya no quieran seguir de gira, es necesario decir que fue un espectáculo satisfactorio en general, redondo, sin puntos bajos y sin dejar a alguien con gusto a poco puesto que fueron dos horas intensas de música en vivo, con una multitud anclada frente al escenario que tenían la regalía de poder interactuar muy de cerca con ellos.
Te dejamos el setlist en formato de audio para que puedas revivir esa noche de Masterplan en el Rock & Guitarras.
Y a ti ¿qué te pareció?
Fotografías: Miguel Fuentes.