Tras casi toda una vida de espera para muchos, la media hora de retraso con la que se inició el concierto debido a problemas técnicos con Mr. Screen se hizo aún más tensa, pero a la larga el show de David Gilmour fue capaz de hacernos olvidar cualquier mal rato con una sentida mezcla de pasión y virtuosismo.
Con los acordes de “5 A.M.” y el single homónimo de su más reciente trabajo de estudio, Rattle That Lock, el guitarrista inglés abrió un extenso show cargado de temas tanto de su carrera solista como de su etapa con Pink Floyd, que eran evidentemente los más esperados. A pesar de esto, la solidez en escena de canciones como “Faces Of Stone” o “In Any Tongue” fueron recibidas por la audiencia con mucho entusiasmo, algo sustentado en todo caso por la calidad de las composiciones más allá del renombre del artista.
La interpretación de clásicos como “Wish You Were Here”, “Money” y “Us And Them” en el primer set del concierto alcanzó dimensiones litúrgicas con el público cantando a todo pulmón, abstraídos además con las proyecciones de la pantalla circular gigante que dominaba el escenario. “High Hopes” con su inmensa melancolía cerró esa parte de un show donde Gilmour y su guitarra fueron los protagonistas absolutos, con la voz rasgada y los emotivos solos que sólo él puede evocar.
Tras un breve intermedio, la psicodelia se tomó el escenario con un intenso juego de luces para acompañar a “Astronomy Domine”, el enérgico y LSDesco corte que nos llevó de regreso 50 años en el tiempo hasta The Piper At The Gates Of Dawn; un pequeño homenaje al difunto Syd Barret que continuaría con “Shine On Your Crazy Diamond (Parts I-V)”, que hizo aflorar las lágrimas en los ojos de muchos con tan solo sus primeros y característicos acordes. “Fat Old Sun” con Mr. Screen de un color naranjo intenso trajo algo de calma hasta llegar a la sección media en donde nuevamente la Fender toma la batuta y nos entrega un solo de varios minutos del mejor rock.
“Coming Back To Life” y “On An Island”, que en otros países se habían ido alternando por noche, fueron interpretadas una tras otra seguidas de “The Girl In The Yellow Dress”, quizás el momento más frío de la noche, y “Today”, de su última placa. Sólo en el centro del escenario, Gilmour luego dió paso a “Sorrow”, con esa extensa intro de notas alargadas que hicieron vibrar el piso del Nacional. En “Run Like Hell”, con la banda completa ataviada de lentes oscuros y cantando a dueto con su bajista desde hace décadas, Guy Pratt, un sonido demoledor y una excepcional puesta en escena con luces de colores se encargaron de deslumbrar al estadio completo.
El cierre de la jornada vendría de la mano del dúo formado por “Time” y “Breathe (Reprise)” y la monumental “Comfortably Numb”, ese himno de emoción absoluta que termina con el mejor sólo de la historia, sin discusión alguna, que además ayer fue interpretada en una versión extendida.
En definitiva, una noche histórica para los más de 47000 asistentes a esta gran jornada que repletaron el Estadio Nacional. Mención aparte además para el ya mencionado Pratt, quién hasta tuvo la oportunidad de realizar un solo de bajo; para el magnífico Phil Manzanera, quien agradeció en español a la audiencia y tuvo varias participaciones notables en a guitarra; el saxofonista João Mello, que se robó la película en “Us And Them” y “Shine On…”; y para el gran Jon Carin, que hizo las voces de Wright, Barret y Waters, tocó teclados y guitarra slide usando una lap steel.
Setlist David Gilmour, 20 de Diciembre de 2015, Estadio Nacional, Santiago, Chile
Imagen Principal: Instagram Polly Samson
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