El ritual endemoniado de la música
El metal no puede faltar en ninguna de las versiones que Lollapalooza realiza y este año la mínima cuota estuvo a cargo de Ghost, quienes han visitado nuestro país en varias ocasiones, pero este show era especial, porque tocar al aire libre y frente a un público que no los conocía del todo, les hacía la tarea un poco más difícil.
Bajo una intro que recordó la escena de máscaras en Eyes Wide Shut, los anónimos y autodenominados Nameless Ghouls ingresan a escena con sus característicos trajes que simulan las sotanas religiosas, junto al vocalista Papa Emeritus III, quien se destaca por su rostro pintado en blanco y negro que semeja una calavera. Se enciende la pantalla de fondo con coloridos vitrales satánicos y el show comienza con los acordes de “From The Pinnacle To The Pit”, logrando que el cansancio de las casi dos jornadas ininterrumpidas de música quedara atrás y la multitud se colmara bajo el escenario.
En una nube de humo y con el viento frío que comenzaba a aumentar, el black metal de los suecos no dejó de sonar ni de prender el ambiente, siendo “Year Zero” uno de los temas más coreados por el público. De pronto se formó un mosh en la parte central del público, con cabeceos varios al son de la banda, siendo testigo de ello algunos niños que eran alzados por sus padres.
El sonido del escenario era brutalmente fuerte, sobre todo en los bajos porque el corazón retumbaba con cada nota del bajista y ante cada pedal de la batería. Luego de tocar “Mummy Dust”, se dio inicio a la clásica prédica por parte de Emeritus III, evocando el ritual satánico que llevan practicando desde hace años y que caracteriza sus presentaciones en vivo.
Luego del sermón vino el adiós con última canción que estuvo a cargo de “Montrance Clock”, la que se llevó todos los aplausos y las ovaciones que un show de esta categoría se merece. No es fácil ser los representantes del metal en un festival que se caracterizó por ser más pop, electrónico y diversas vetas del rock, pero nunca tan extremas como ellos.
Se logró el objetivo de agregarle ese sabor más oscuro a una atmósfera tan “colorida” como lo es Lollapalooza, de hecho la mayoría de los que fueron con las poleras alusivas a sus grupos favoritos eran de los seguidores de Ghost, quienes aprovechan de acompañarlos en todas las oportunidades que tienen. Metal, personificaciones, rituales y energía es lo que caracterizó su show, se les vio cómodos y a gusto de finalizar su gira sudamericana en nuestro país.
Si quieres ver más fotografías de lo que fue el concierto de Ghost en Lollapalooza, visita nuestra CLSK Galería, además te dejamos con la playlist que incluye los temas elegidos para aquella presentación.