Podrían pasar 5, 10 o incluso más años sin escuchar a Katatonia y aun así, al primer acorde que emane junto con la voz de Jonas Renske, sabremos que son ellos los que están tras esa armonía musical. La noche de ayer sirvió para recordar lo multifacético que puede ser el metal, desde el doom hasta lo más melódico que podemos encontrar en él, sin necesidad de dejar de lado el sello propio.
Sin duda, una muy buena elección para acompañar a los suecos fueron los nacionales de Lapsus Dei, quienes ya cuentan con experiencia en grandes escenarios, lo que se notó ya que nada quedó al azar y principalmente gozaron de estar ahí en ese preciso instante. Varios fueron los que llegaron temprano para poder escuchar el lujoso trabajo que la banda realiza, con su reciente disco In Our Sacred Places (2015) fresco en la memoria y tras un pequeño barrido por los temas que más los representan hoy, como “Reborn” y “Dreams”, donde de seguro sumaron varios adeptos. Destacamos la calidad vocal de Julio Leiva porque es de temer, tan gutural y potente a la vez, y no presenta desgaste a medida que avanza la noche e incluso se torna más grave que el propio bajo en algunos casos.
Es curioso lo que pasa con Lapsus Dei porque a pesar de que sus influencias son marcadas y quedan al descubierto tras un par de canciones, no podemos decir que suenan como ellas, sino que se han encargado de buscar un rumbo distinto tras el fuerte impulso que significa comenzar a crear música propia. Quizás ese es el punto que más los une con Katatonia, además de la evidente conexión musical, porque ambas agrupaciones son auténticas en lo suyo y se desmarcan de sus pares por el simple –y complejo- hecho de expresar lo que hay dentro de ellos.
Y hablando de los suecos, esta noche era el debut de Daniel Moilanen (batería) y Roger Öjersson (guitarra y segunda voz) tras grabar en The Fall Of Hearts (2016), quienes le suman carácter a lo que ya venían creando como banda por más de veinte años. Ambos sonaron muy sólidos en su interpretación de “Old Heart Falls” y “Last Song Before the Fade” como parte de los renovados sonidos del grupo y también se destacaron en temas antiguos, donde “Teargas” y “Evidence” llegaron a rememorar algunos de los pasajes más crudos de Katatonia.
No podían quedar fuera los icónicos como “My Twin”, “Forsaker” y “Lethean”, dejando con el alma hinchada a los presentes, pero el punto cúlmine de la noche fue “July”, que tras dos reingresos pudo salir a la luz y terminar por dejar satisfechos a quienes quisieron estar presentes en esta segunda visita de la banda por Sudamérica.
Katatonia tiene un sonido que en vivo no es de lo mejor por la complejidad que supone mezclar los agudos riffs en guitarra y las armonías entre instrumento y voz, pero a pesar de ese detalle, logran llegar a la fibra de cada espectador, sentir cada letra como si fuese propia, forzando a la emotividad más oscura a brillar por sí sola. Ellos apelan a la sensibilidad por sobre todas las cosas y claramente es un desafío logrado en su puesta en escena, más aun cuando se trata de una banda con tanta trayectoria.
Los cambios progresivos que han tenido en su discografía son la esperanza de que la creatividad siga existiendo, de que sigan soñando con nueva música y que las buenas nuevas los traigan una vez más a esta alejada parte del globo, porque una banda como esta no se repite en la historia y de seguro seguirán siendo la inspiración para varios que recién emprenden ese largo camino. Anoche quedó en evidencia que los primeros años de su carrera ya no es tema para ellos, aunque sí rescatan lo mejor de ella gracias a una transformación musical que los marca desde el siglo XX, sobre todo desde `The Great Cold Distance´ (2006) en adelante.
Por lo pronto te dejamos con el setlist que Lapsus Dei* y Katatonia seleccionaron para su presentación en el Teatro Cariola. También te dejamos invitado a que recorras nuestra CLSK Galería donde inmortalizamos este momento a la posteridad.
*Lapsus Dei sumó “Human” y “Colossal” en su setlist.