La nieve con la que amaneció Santiago y las temperaturas bajo cero no fueron impedimento para que la noche del sábado un Club Chocolate esperara repleto, con entradas y Meet & Greet agotados, a Richie Kotzen con su proyecto solista.
Media hora antes del show fijado a las 21:30 hrs., se vivía un ambiente de bar común, pero para una jornada musical a la que estamos acostumbrados, totalmente peculiar: es que el Club Chocolate es así, puedes ver el concierto con una cerveza o un coctel, comiendo algo del menú, sentarte en las mesas al costado del escenario y ponerte al día con tus amigos.
A las 21:34 hrs. comienza a sonar la cortina que trae al virtuoso guitarrista y sus dos camaradas a escenario: en la batería a Mike Bennet y en el bajo y cuerdas a Dylan Wilson.
“End Of Earth”, el primer track del disco ‘Salting Earth’ (2017), del cual hablamos hace unos días y responsable de esta gira por Sudamérica, es el encargado de abrir la noche mientras la gente seguía llegando. Era una canción nueva, por lo que no fue sino hasta el primer solo de guitarra que el público se encendió y el ambiente de dispersión se transformó. Quedó establecido para el final de la canción, un sonido claro y a decibeles agradables, una puesta en escena sencilla con luces de ambiente, mientras la pantalla al centro del escenario mostraba el logo del recinto.
Le siguió “Socialite”, coreada hasta en su melodía por el público. Recién aquí Kotzen saluda y pregunta: “Are you feeling good?” a lo que el público responde con un fuerte “Yes!”. Luego presenta al bajista Dylan Wilson quien toca un solo que es alabado, mostrando su beta funky.
Llega el momento de “Meds”, para dejar la guitarra a un lado con el técnico (que siempre se le vio a un lado del escenario) y sentarse al piano. El Hard Rock Blues toma posición en otra canción del disco recién lanzado, destacando el cómo Kotzen, logra llenar el espacio de la guitarra con la voz y el teclado, en ambos demostrando gran virtuosismo y dejando claro que sus músicos son más que sólo músicos de sesión, pues tanto Bennet como Wilson realizaron coros muy musicales y bien ejecutados que denotaban complicidad de banda.
En pocos minutos de show, era permanente la ovación del público, quienes se manifestaban y de a poco tomaban más confianza para vitorear al artista; así continuó con “Go Faster”, “Love is Blind”, “Your Entertainer”, trayendo al escenario el funk que hizo bailar y cabecear a los asistentes al ritmo de riffs rocanroleros.
Para este versátil artista, era imposible no incluir un momento romántico en su concierto y directamente de su último trabajo, eligió un doblete de baladas en donde la batería con su funky pop beat fueron el alma. Así se vivió una declaración de amor con “My Rock”: Kotzen sentado al teclado, escuchamos su interpretación con un juego de luces blancas que expuso a los enternecidos rostros y a las parejas abrazadas de la audiencia. Sonó después, mucho más setentera “Cannon Ball”, en la que el soul brillaba en los coros, mezclando un teclado distorsionado a la manera de Deep Purple con la dulzura de una balada romántica que finalizaba en una progresión al más puro estilo de nuestra querida “Stairway to Heaven”.
Ya en la mitad de lo que iba a ser el show en su totalidad, Kotzen tocó “I Would” y “High” en formato acústico: guitarra electroacústica, cajón peruano y quien se llevó todas las miradas y aplausos en cada ataque, el novedoso cello eléctrico en las manos de Dylan Wilson. Aunque los decibeles bajaron, todo se llenó en estos minutos de declaración personal e intimidad entre los sonidos del vidrio chocando en el bar del Club Chocolate, convertido en un bar country de Estados Unidos que seguramente hizo sentir al guitarrista en casa. “High” fue coreada a todo pulmón, incluso por primera vez se deja al público cantar solo.
Dentro del contexto acústico, todos dejan el escenario menos Bennet quien deslumbra a todos con un solo de cajón y de batería, acompañado del público con las palmas, efusivos gritos y cautivando con su alegría, simpatía e innegable virtuosismo.
A solo 3 canciones de un inesperado final, “Fear” y “Help Me” fueron acompañadas por palmas y coros de un público que buscaba la interacción con Kotzen, pero no hubo de manera directa. Pocas palabras y escuetos agradecimientos, pero a través de miradas de los 3 integrantes se establecía un lenguaje de complicidad con sus fans.
“You Can’t Save Me”, fue la elegida por el estadounidense para cerrar el show en grande, desde la primera frase “I sold my soul” se sintió el vértigo colectivo en donde el cantante lo dio todo vocalmente y tuvo final épico, con barridos y luces intermitentes. Sin embargo el público quedó con gusto a poco; recordemos que en su paso por Brasil su setlist incluyó “This is Life” y “Till You Put Me Down”.
La última imagen del concierto fue el agradecimiento con apretón de manos que Mike Bennett le dio a Felipe Cortés, nuestro destacado baterista quien fue su roadie y lo vimos todo el concierto en la parte trasera del escenario a cargo y la reverencia de la banda hacia el público que quería escuchar más de ‘Salting Earth’ (2017) y uno que otro clásico más.
Cuando hablamos con Richie Kotzen nos dimos cuenta que es una persona cercana y muy sencilla, pero en el escenario siempre se ha caracterizado por tomar algo de distancia, y lo compensa dejándose llevar por la música y los instrumentos que interpreta, instancia en la que podemos ver su comodidad y agrado en pequeñas sonrisas y gestos.
Su música, voz y virtuosismo son las que hablan por él y es eso lo que agradecen sus fans más fieles, quienes son capaces de olvidar el frio para estar con él. Esta velada fue una confirmación de aquello, una vez más.
Setlist Richie Kotzen en Club Chocolate, Recoleta, Chile, sábado 15 de julio de 2017
- End of Earth
- Socialite
- Meds
- Go Faster
- Love Is Blind
- Your Entertainer
- My Rock
- Cannon Ball
- I Would (acústico)
- High (acústico)
- Cajón solo + batería solo
- Fear
- Help Me
Encore
- You Can’t Save Me
Puedes revisar nuestra CLSK Galería del evento en el siguiente link. Fotografías por Julio Celis Fredes