Luego de tres años de silencio, y con la increíble recepción de Polaris (2015) en sus espaldas, los británicos de Tesseract lanzaron en abril de este año Sonder (2018), un disco que viene a ejemplificar una madurez musical y las intenciones de imponer su particular estilo en la escena del Metal técnico y extremo.
Sonder dura poco más de media hora, lo que impide realizar un profundo análisis de lo escuchado, pero los elementos que podemos destacar es la ambición en cada uno de sus cortes, el sonido es muy maduro, la producción en el más alto nivel y cada nota ejecutada a la perfección, aunque esto último no es sorpresa, lo hemos visto desde el pateacráneos debut que tuvieron con One (2011).
“Luminary” abre la placa con un riff principal demoledor, que cambia a suaves acordes para acompañar la limpia voz de Daniel Tompkins, los tiempos intrincados hacen su aparición como es costumbre y mientras avanza es imposible no acompañar con movimientos de cuello o simplemente con el pie, lo mismo podría aplicar para “King” que con casi 7 minutos se convierte en la pista más extensa.
“Juno” explora una faceta más oscura que sus antecesoras, el bajo tocado por Amos Williams (responsable también del Artwork) con Slaps en la introducción lo vuelven inesperadamente en el personaje más destacado y los cambios de velocidad acompañados de las intrincadas candencias de batería de Jay Postones convierten a “Juno” en uno de los puntos altos del disco.
“Beneath My Skin” atraviesa paisajes sonoros espeluznantes y escalofriantes (repletos de tambores audaces) antes de abrirse en un surco relajado que transporta el resto de la canción pero queda la sensación de algo que no concluye, y hay que hacer una pausa aquí para señalar que lamentablemente es una constante de cada canción: se siente una falta de climax o una tensión no resuelta que daña el global del disco, pero sin volverlo desechable.
“Mirror Image” comienza con una inquietante introducción de piano, un poco de ruido de fondo y la voz de Tompkins en su modo más melancólico con pocas explosiones; una mantenida atmósfera y las segundas voces en el fondo para acompañar un avance un poco más dinámico acercándose al final. El paso lento de “Smile” (single del que tuvimos adelanto) lo vuelven interesante al comenzar con inquietantes efectos de sonidos, en el fondo una voz inusualmente chillona y las guitarras menos limpias y más distorsionadas hacen de esta canción una incursión particularmente más retorcida que el resto.
‘Sonder’: Pudo ser uno de los grandes
A fin de cuentas, Tesseract tiene de todo para merecer el estatus que posee, Riffs de ligas mayores, bajos estridentes fundamentales y superiores a la gran mayoría, una batería audaz y dinámica que puede lograr cambios de ritmo y tiempo con facilidad, y un vocalista carismático y versátil. Sin embargo, Sonder es Tesseract “siendo Tesseract” pero sin destacar fuertemente, lo que para algunos puede volverse repetitivo y sin vértigo. Cuando una banda (cualquiera que sea) hace un disco donde repite su fórmula de siempre, debe tener al menos un hit que haga recordarlo y este último intento carece (salvo momentos instrumentales) de algo totalmente memorable.
Si bien ‘Sonder’ no es un mal disco y es una de esas placas que puede polarizar a sus seguidores, sin embargo, queda impresión de que Tesseract debe aventurarse a caminos que son desconocidos aún para ellos para poder sacarle provecho absoluto a los atributos que tienen como agrupación.