Bajo el pretexto de su gira ‘Odyssey Throught The Underworld Tour’, Symphony X se encuentra realizando un repaso de su discografía a partir de ‘The Divine Wings of Tragedy’ (1997) hasta su última placa ‘Underworld’ (2015). Venían interpretando sin variaciones un sólido setlist noche tras noche, no siendo esta vez la excepción en un Club Blondie absolutamente repleto.
Faltando aproximadamente unos veinte minutos para el inicio del espectáculo, el lugar de encuentro ya se encontraba a su capacidad máxima y la sensación de ansiedad ya se empezaba a reflejar en los asistentes mientras los técnicos realizaban las últimas pruebas sobre un escenario bastante pequeño y sobrio, lo que ha sido la tónica durante la gira.
Exactamente a las 20:58 se apagaron las luces para empezar a reproducir la oscura y tétrica introducción: Sobre la batería y teclado, una pantalla led mostraba el característico logo de la banda y que los acompañaría toda la noche.
En medio de una ensordecedora ovación, Jason Rullo hizo sonar sus baquetas para dar inicio a un aplastante primer bloque con “Iconoclast”, mientras las luces se encienden en sincronía con el intrincado primer riff ejecutado por el gran Michael Romeo, ubicado casi al borde del escenario, interactuando y haciendo movimientos de aprobación con su cabeza en agradecimiento a la potente bienvenida.
El sonido de los instrumentos es potente y un tanto saturado, con una acústica del recinto no muy apta para este tipo de espectáculos, pero la verdad es que al público eso no le interesa, lo que marcaría la tónica del evento, lo que quedaría más que comprobado con el ingreso de Russell Allen al escenario, quien fue recibido con euforia por sus seguidores. Lamentablemente su primer grito y las primeras estrofas no se escucharon, pero haciendo gala de su gran experiencia y calidad como front man, incitó al público a acompañarlo en los primeros de los coros mientras se apodera del micrófono asignado a su compañero Michael Romeo, quien se tomó las cosas con mucha calma y bastante humor.
Tras ello llegó el primer y esperado gran solo de guitarra, con un sonido poderoso y brillante. Romeo hizo que se viera fácil, pero todos sabemos la gran técnica y virtuosismo que hay detrás de esas miles de notas ejecutadas a toda velocidad. A estas alturas, y con todos los problemas técnicos superados, el pulso se mantiene arriba con “Evolution (The Gran Design)” y “Serpent’s Kiss”. Un punto a destacar es la voz bien cuidada de Russel Allen, quien a estas alturas no ha perdido en nada su registro alto, interpretando cómoda y fielmente el repertorio más temprano de la banda.
Llegando ya casi a los 20 primeros minutos del show el público saltaba frenéticamente, poniendo a prueba la base estructural del recinto. Mientras Russell se reía de los vapores y humos que expelía la compacta masa de excitados y energéticos seguidores. Aprovechando una sección instrumental y con una copa de vino chileno (supongo), se dirigió por primera vez al público para presentar a los integrantes de la banda.
Primera pausa y bajo una tenue luz, Allen agradeció y bromeó con el público generando una gran y genuina conexión con cada uno de los asistentes. Aprovechando la calma y la solemnidad del momento, recordó el accidente sufrido hace algunos años en una gira con Adrenaline Mob, para así presentar una de las grandes canciones de su último disco. “Without You” se transforma en el momento más emotivo y reflexivo de la noche, para luego poner el pie en el acelerador con “Domination”, “Run With The Devil”, y “Set The World on Fire” que cierra el set de canciones bajo un estruendosa ovación mientras la banda se retira agotada del escenario.
Tras una extensa pausa y una especie discurso de Allen, llega el broche de oro con la épica “The Odyssey”. Una suite para nada fácil de tocar en vivo, interpretada íntegramente y respetando cada detalle y sutileza. El público se quedó en silencio, casi como en trance con la bella melodía introductoria en manos del gran Romeo. Los 24 minutos de canción pasaron volando. Cada pasaje estuvo acompañado oportunamente de una tenue iluminación en tonos violeta generando una atmósfera especial y a ratos la voz de Allen pasaba a segundo plano, opacada por el coro de asistentes.
Cerca de las 22:45 sonaban los últimos acordes de “The Oddisey”, para finalizar una de las veladas más esperadas de este año por los fanáticos del metal progresivo en chile. Los cinco músicos; Allen, Romeo, Pinnella, Rullo y Lepond se miraron entre sí y agradecieron el compromiso y la gran respuesta de sus seguidores, respirándose en el ambiente un ánimo de satisfacción entre los asistentes, pero si con comentarios no menores referente a lo breve del espectáculo, la saturación de público y la calidad del sonido que a ratos no estaba acorde al evento, sabiendo que ha habido casos en que “La Blondie” ha sonado como cañón, algo a lo cual si hay que poner atención.
Pero bueno, con todos esos detalles, en una fría y húmeda noche del 31 de julio del 2019, fuimos testigos de un gran espectáculo a cargo de una de las bandas más importantes de la escena metalera mundial, que esperamos regresen en un lapso de tiempo más acotado, y para quitarle el gusto amargo a algunos, porque la fanaticada más dura, se fue feliz para su casa.
Setlist de Symphony X en Club Blondie, Santiago, Chile, miércoles 31 de julio de 2019:
- Iconoclast
- Evolution
- Serpent’s Kiss
- Nevermore
- Without You
- Domination
- Run With The Devil
- Sea Of Lies
- Set The World On Fire
- The Odyssey (Encore)
Puedes ver el resto de las fotos en nuestra CLSK Galería, fotos por Julio Celis Fredes.
Julián David Perdomo
01/08/2019 at 13:52
Una mierda el sonido. Qué lástima que no lo hicieron en el Caupolicán o similar.
Ignacio Sepulveda
01/08/2019 at 14:04
Buen show, potente, buen setlist y terminaron con Odisey. El sonido es malo en la Blondie, muy acoplado.
Diego Ignacio Neira
01/08/2019 at 14:24
En conclusión: la Blondie vale callampa