Nostalgia. Esa sería la palabra exacta que tendríamos que utilizar si tuviéramos que definir la presentación de la cual fuimos testigos la noche del viernes 23 de septiembre. Y es que Undercroft volvía a los escenarios con parte de su formación original, gracias al movimiento de parte de Claudio “Tomate” Illanes, quien pasa a retomar las riendas del proyecto y comenzar a reclutar a varios de sus colegas y miembros fundadores de aquellos años como son Pablo Cortés (uno de los fundadores), Tito Melín (Demonios, Forahneo y Bonebreaker), Sergio Aravena (Sar, Torturer y Necrosis) y Marco Medina (Demonios y Bonebreaker).
En la década de los 90 Undercroft siempre se movió en el escenario underground del metal y esta vez no fue la excepción; ya que desde el recinto elegido para la presentación hasta la cantidad de asistentes, evocaba la atmósfera metalera de aquellos años. Si bien es cierto que la discoteca Blondie no es el mejor espacio para este tipo de presentaciones, no cabe la menor duda de que fue el recinto perfecto para mantener el misticismo de aquellas pasadas presentaciones en el gimnasio Manuel Plaza, espacio encargado de reclutar a todos los jóvenes de aquel momento a asistir a este tipo de shows.
Muchas cosas han pasado luego de casi 3 décadas, en las cuales no solo desaparecieron escenarios clásicos que servían de centro neurálgico para congregar al público, sino que también el paso del tiempo se hizo evidente. Sin embargo esto no fue impedimento para emocionar a los integrantes de Undercroft y en particular a su vocalista Tito Melín, que en más de una ocasión expresó su emoción por este retorno junto a la banda que lo vio nacer como uno de los vocalistas más importantes de la escena metalera chilena.
Como una suerte de festival metalero, casi como una antesala para lo que será el Metal Fest, la presentación de Undercroft iba sumando varios invitados que fueron los encargados de mantener el ánimo y el ambiente encendido, para lo que finalmente sería el plato de fondo. Las bandas invitadas Diametral, Sobernot y Serpentor pasaron con puntualidad espartana uno a uno por el escenario, cual gladiadores romanos frente a la arena del coliseo para dejar en esta lo mejor de sí, esperando la aprobación del pulgar arriba del César para disfrutar del sabor de la gloriosa victoria.
Finalmente llegó el momento. Pasada la hora pactada, el tiempo se detuvo: el histórico recinto Manuel Plaza volvió a cobrar vida y el público volvió a tener veinte años, para que la leyenda del metal más extremo se expresara en toda su magnitud. Haciendo el más exhaustivo repaso de la discografía que corresponde a la era Tito Melin, la que está formada por dos demos (‘To The Final Battle’ y ‘Demons Awake… Revenge is Near’, ambos del 93) y dos discos de estudio (‘Twisted Souls’ del 95 & ‘Bonebraker’ del 97), eligieron la siempre clásica intro junto a “Empire of Orgies” para dar inicio a este histórico momento, tal como fue la tónica hace casi tres décadas atrás.
Por cierto que un espectáculo de carácter metalero no puede estar ausente de su infaltable mosh, vorágine de la cual no solo participa la gente sino que en más de alguna ocasión el mismo Tito Melín bajó del escenario a animar y participar de estos como pudimos verlo en canciones como “They Kill For Me” o “Demos Awake” entre muchos otros.
Resulta casi imposible pensar en este show sin recordar las presentaciones de Undercroft del mítico Manuel Plaza, el cual era el encargado de recibir y congregar a toda la movida metalera de aquellos años y que hoy tuvo la oportunidad de volver a la vida, en presentaciones que básicamente consistían en el grupo que se presentaba sobre el escenario y la presentación que estos pudieran ejecutar solamente dependiendo de la ejecución que los músicos pudieran maniobrar sobre sus instrumentos, junto a la potencia que pudieran exprimir a sus amplificadores.
No se necesitaba un juego de luces o una gran calidad de audio: incluso la ausencia de un telón se podría considerar como parte de esta mística que envuelve este movimiento. Una atmósfera de similares características fue la que presentó Undercroft, donde sólo se necesitó a los músicos sobre el escenario y la experiencia que han acumulado a lo largo estos años, para desatarla en unas aplanadoras como son “To The Final Battle” y “Son of Darkness”, las que cobraron vida nuevamente en toda una generación que los vio encumbrarse y posicionarse como una de las bandas más importante del metal.
Sin haber aminorado en ningún momento la intensidad del show y al acercarse al cierre, la banda coronó con broche el evento de la mano de los himnos “Bonebraker” y el clásico “Mercy”, dando por cerrado el que probablemente sea uno de los retornos a los escenarios más importantes de la escena metalera chilena.
Los demonios aguardan
Undercroft demostró que el paso del tiempo no ha sido en vano. Este show no solamente fue la remembranza del pasado, sino que muy por el contrario, nos vino a demostrar que la sangre del metal está más viva que nunca.
La importancia de que Undercroft de señales de vida con su formación original (no olvidemos que actualmente sigue vigente en Europa liderados por Alvaro Lillo en bajo y voz) es que nos recuerda que el metal no solamente se trata de generar un tipo de música extremadamente ruidosa y potente, sino que también se puede crear música que permita convertirse en un referente del movimiento, alcanzando la categoría de internacional. En su momento la agrupación fue una de las que levantó el nivel de la escena imponiendo un nuevo estándar de calidad, obligando al resto de de la escena a mejorar su nivel de composición y creatividad. No pecamos de soberbios al decir que fueron muy pocos los que lograron subirse a este nuevo carro.
Es importante destacar que Undercroft logró, en su momento, sonar con la suficiente fuerza para ser escuchado más allá de nuestras fronteras, llegando a ser líderes en nuestro continente, en una época en que las comunicaciones globales estaban recién en un incipiente nacimiento y no instantáneas como estamos acostumbrados actualmente.
Al momento de publicar estas líneas, Undercroft ya realizó una segunda presentación en la ciudad de Osorno, fechas que fueron las únicas programadas para esta reunión. Esperamos prontamente tener nuevas noticias acerca de la formación y es menester que estos shows no queden solamente en un bonito recuerdo, sino que la escena metalera necesita una inyección de sangre que la vuelva a revitalizar, impulsada por los viejos próceres que fueron los arquitectos de la agresión que se necesitó para construir uno de los pilares más importantes, probablemente de todo el cono sur. Coronaron una perfecta noche en que dejaron en evidencia que la escena metalera underground de Chile está más viva que nunca.
¡Larga vida al rey! ¡Larga vida al metal! ¡Hacia la batalla final!
Juan Pablo
25/09/2022 at 23:17
Fue una tremenda jornada, llena de nostalgia por escuchar a una de las bandas icono de lo 90, en la escena metalera Chilena y por que no internacional.
Grande Undercroft!!!!!!!