Es difícil plasmar las palabras necesarias, que a estas alturas pareciera que ya no fueron escritas acerca de Pat Metheny: El hombre que continúa añadiendo páginas a la historia del jazz como uno de los rostros contemporáneos más reconocibles de este estilo y que de alguna forma muy extraña logra conectar a la gente, regresó nuevamente a Chile contra viento y marea después de 26 años, haciéndola parecer una de sus paradas habituales en sus giras, con un público absolutamente rendido.
Con su inconfundible sonrisa, concertó no solo 1 presentación, sino que, contra toda expectativa, logró agendar 3 shows a tablero vuelto, algo realmente admirable si consideramos que el estilo de música que Pat representa no es muy propia de las masas. Así lo evidenció la fila de entrada al teatro el pasado viernes, la cual daba la vuelta a la cuadra solamente para que el público se reencontrará con el hombre que los cautiva a través de la expresividad que emite desde las 6 cuerdas.
Luego de años de problemas de agenda, acuerdos no concretados, una pandemia con medidas sanitarias y aforos restrictivos, y a un sin fin de problemáticas que sólo nos llevaron a impedir la realización de este tipo de espectáculos, las puertas del Caupolicán se abrieron para dar paso a un público que estaba expectante de reencontrarse con una figura que ha marcado parte importante de sus vidas.
Sin embargo, la espera se extendió un poco más: 20 minutos para ser exactos. Con puntualidad británica, a las 21:00 horas hizo ingreso al escenario Rodolfo Jorquera Fontena para deleitarnos con una hermosa performance de bandoneón, en la que escuchamos piezas de tango y composiciones de Astor Piazzolla, momento en el cual supo ganarse el aplauso y cariño del público.
Con la audiencia encendida tras la impresionante y precisa presentación de Jorquera, el ambiente estaba absolutamente dispuesto para recibir el espectáculo de fondo. Finalmente las luces cayeron, y tras una eufórica expresión de cariño, Pat Metheny hizo su entrada al escenario junto a su inconfundible sonrisa para reencontrarse con el público que durante mucho tiempo estuvo esperando este momento. Una vez ubicado en su asiento, su asistente le entregó la extraña y mítica Pikasso guitar, instrumento clave dentro de su repertorio que todos los fanáticos esperan y con la que Pat dio inicio a su presentación con la interpretación de “The Sound of Water”.
Tras otra intensa muestra de cariño de los asistentes, hizo su entrada el resto de la formación que acompañaba al virtuoso de las 6 cuerdas, quienes en conjunto hicieron un repaso del histórico repertorio del artista, en lo que parecía ser una la elección de canciones que la gente quería escuchar: así aparecieron piezas como “So May It Secretly Begin” o “Have You Heard” en las cuales recibía el aplauso incansable del público, casi como si les estuviera leyendo la mente para saber cuál sería la próxima canción a interpretar.
Los años sobre los escenarios, la enorme cantidad de colaboraciones y un sinnúmero de otras razones, han fraguado a Pat Metheny como músico para tener claro que es lo que su público quiere, pero al mismo tiempo sin traicionar los principios del jazz y los propios como artista..
Probablemente este sea el punto en que Pat logra tener tanta comunión con sus seguidores, ya que la expresividad que logra a través de su guitarra es difícil de transmitir a través de palabras: simplemente se trata de una experiencia que hay que vivir en el momento, a lo menos una vez en la vida.
Podríamos pasar horas definiendo cuál fue el mejor tema del concierto o el punto más alto de este, pero podríamos coincidir en que el momento de la interpretación del extracto de “Last Train Home”, será un buen punto de encuentro, ya que esa composición todos podemos reconocerla, incluso más allá de la generación que nos tocó vivir o que no sepamos quien es su autor, simplemente porque es una canción que ya está instalada en el inconsciente colectivo.
El sonido del agua
El show de Pat Metheny, más allá de ser una presentación de masas o no, es algo que no pasa desapercibido. Es importante destacar que no solamente la música de estilos masivos es la que logra llenar estadios, incluso por 2 o 3 días, sino que muy por el contrario, queda espacio para otros estilos, y así lo dejó demostrado uno de los referentes más importantes del mundo del jazz, el cual cerró cada una de sus presentaciones ante la ovación y el público de pie, aplaudiendo hasta el último esfuerzo.
A pesar de todos los percances que existieron para la realización de esta serie de conciertos, es reconfortante saber que Chile está siempre presente en el corazón de Pat Metheny y que somos parte fundamental de sus shows, y en lo que respecta al futuro tendremos muchas visitas de parte del músico.
Fotos de Ignacio Orrego, gentileza de Santiago Fusión
Rodrigo Bustamante Hidalgo
08/10/2022 at 15:20
Amo a Pat Metheny en mi inconsciente Colectivo, ahora a resar para que pronto vuelva otravez a Chile y yo tener la oportunidad de conocerlo,el es parte fundamental de mi gusto musical ❤🇨🇱