TesseracT en Chile (2023): Arrasando con las expectativas [CLSK Review]

Los ingleses fueron todo y más de lo que esperábamos, a punta de técnica y entrega

Por

Carolina

Publicado el

31/03/2023

El Club Chocolate fue el escenario para un debut postergado por años que por fin logró concretarse, cumpliendo con creces las expectativas y sin ninguna duda se transformó en la antesala perfecta para la gran jornada que viviremos hoy en el Teatro Caupolicán con el inédito festival CL.Prog.

Minutos antes de lo programado tuvimos la presentación de Desire of Pain, que de la mano del tremendo rango vocal de Sebastian Silva convenció a muchos de su idoneidad para la tarea asignada en el debut de TesseracT. La banda nacional aprovechó de repasar su catálogo y mostrar temas de su próximo disco, con un gran desempeño de Pablo Bravo en la batería y sonando a la altura de las circunstancias, lo que nos dejó expectantes de su desempeño en CL.Prog.

Fotografía de **Francisco Aguilar** (@franciscoaguilar.ph)

Casi puntualmente según lo programado salieron a escena los miembros de TesseracT para hacernos testigos de unos de los mejores debuts de metal progresivo que han visto los escenarios nacionales, porque las palabras quedan cortas para describir lo vivido anoche, que arrasó con todas las expectativas que podríamos haber tendo. Partiendo con la triada de canciones que forman la suite “Of Matter”, del tremendo ‘Altered State’, el sonido exquisito de la banda inundó cada rincón del recinto con los acordes de Amos Williams (bajo), Jay Postones (batería), Acle Kahney y James Monteith (guitarras). El último en salir a escena sería Daniel Tompkins, el vocalista más longevo de la banda que conectó de inmediato con la euforia de los presentes.

Si había dudas de qué tan similar podría sonar la banda a sus grabaciones de estudio, o a su placa en vivo ‘Portals’, éstas se disiparon inmediatamente durante tanto para las partes más intensas de “Of Matter – Proxy” o las melodías a ratos más suaves de “Of Matter – Retrospect” y “Of Matter – Resist”, en donde Tompkins demostró toda su capacidad interpretativa dejando la garganta en el escenario mientras Williams hacía retumbar el Chocolate con cada línea de bajo. Con el vocalista desafiando al público a ser más desenfrenado que sus contrapartes de Brasil y Argentina, donde ya se habían presentado, “Smile” y “The Arrow” desataron aún más las pasiones dando un repaso a lo más reciente del grupo, ‘Sonder’.

Prácticamente sin pausas ni respiros, a continuación vendría el plato fuerte y gran motivación de asistencia para los fans más antiguos de la banda: la suite “Concealing Fate”, más de 27 minutos de música dividida en 6 partes que trata sobre la vida y sus obstáculos; épica y no interpretada en vivo en su totalidad desde el 2017. Decir que esta casi media hora agresiva e intensa se fue volando, es poco, con el público saltando y coreando a todo pulmón hasta la última frase de esta obra. Al mismo tiempo, las sonrisas de los músicos revelaban que la recepción experimentada era probablemente mucho mejor que lo que jamás hubiesen imaginado. Con “April” la banda dió cierre a este tremendo repaso de ‘One’, obra primordial de los ingleses.

La noche también tendría sorpresas, con la interpretación de “Natural Disaster”, una nueva canción que formará parte de la próxima placa -aún sin nombre- de TesseracT, con un sonido más crudo y reminiscente a sus primeros trabajos. Luego faltaban aún “King” y “Juno”, pero indudablemente el éxtasis de la audiencia llegó con los gritos de Tompkins de “Wake me up!” en el cierre de “Of Mind – Nocturne”, probablemente otro de los temas más conocidos de la banda.

Tras una breve pausa después de “Juno”, la banda regresó al escenario para cerrar la noche con “Dystopia”, la apertura del monumental ‘Polaris’ tras una hora y media de actuación. Si tuviésemos que reducir su debut a una sola palabra, esta podría ser ‘impecable’, sólo por alejarnos un poco del ‘perfecto’. Una banda que funciona como reloj suizo, en donde la dupla de bajo-batería de Williams y Postones marcan los pasos asincrónicos sobre los que Tompkins se despliega con toda su impronta y poderío. Aunque sea cliché, una deuda pagada con creces por TesseracT. ¿Valió la pena la espera? Sí, cada puto día de espera.