A las 19.30 empezó lo que estaba programado. El DJ Chris Holmes empezó su presentación con versiones “alternativas” de los conocidos temas de The Beatles que, según mi impresión, no le gustó mucho al público que llevaba horas esperando el preciado show principal. Hasta las 20.30 duró el suplicio y empezaron a proyectarse en las pantallas una serie de imágenes, haciendo un gran recorrido por la vida del artista que, a las 21.00 hrs, sin falla en el reloj, se subió al escenario. Paul McCartney comenzó así un viaje por su historia musical que no alcanzó a durar 3 horas como nos habían prometido.
Pero más allá de esas pequeñas críticas, lo que comenzó a las 9 de la noche de este 11 de Mayo sólo puede ser catalogado como histórico. Intentaré contarles resumidamente que fue lo que pasó en el Estadio Nacional, pero con 33 canciones, las sensaciones y recuerdos se multiplican.
Tranquilamente Sir Paul McCartney sube al escenario, acompañado de la instantánea ovación del público que repletaba el recinto. “Hello Goodbye” fue la que abrió el evento no dejando a indiferente a ningún asistente. Siendo una canción corta, no hubo mucho que esperar para dar paso a “Jet”, de los Wings, un tema bastante apropiado para hacer participar la concurrencia, que empezaba así a olvidar el frío de la noche.
“All My Loving” continuó despertando a los asistentes, en especial a los más mayores quienes pudieron recordar inmediatamente los tiempos de la Beatlemanía. Así sonaron “Letting Go”, “Drive My Car” y “Sing The Changes” que no hicieron más que reforzar la idea de que el “Macca” ha recorrido mucho musicalmente, en variados estilos y sonidos, lo que se vino a confirmar aún más con “Let Me Roll It”, una tema rockero por excelencia, que fue coronado debidamente con un extracto de “Foxy Lady”.
La melancólica “The Long And Winding Road” bajó las revoluciones un poco para continuar con los sonidos de los Wings con “Nineteen Hundred and Eighty-Five” y “Let ‘Em In”. Luego fue el turno de la folclórica y alegre “I’ve Just Seen a Face”, para rematar con otra imperdible de The Beatles, “And I Love Her”.
Para mi gusto, vino el primer momento alto de la noche: “Blackbird”. Sólo con una guitarra en el escenario, fue el momento en que, personalmente, se me pusieron los pelos de punta. Un maravilloso y sencillo tema hizo cantar al Nacional y acompañar con un eco cada sílaba que Paul cantaba. Teniendo así atrapado al público, se dio el tiempo de cantar “Here Today” tema escrito en honor a John Lennon, lo que fue aclamado (obvio que si) por los asistentes.
“Dance Tonight” y “Mrs. Vandebilt” de los Wings, dieron paso a la querida “Eleanor Rigby”. Pero eso era solo un tentempié para escuchar “Something” que, en honor a George Harrison, comenzó con un Ukelele, para rematar en un potente arreglo muy fiel a la versión original. “Band On The Run” terminó esa sección para dar paso a una seguidilla de temas cada uno tan importante como el anterior.
La entretenida “Ob-La-Di-Ob-La-Da”, con la compañía del público, fue un momento de diversión pura para Paul quien, manteniendo la tónica, siguió con “Back In The USSR”, logrando sacar gritos, brazos al aire y bailes al ritmo del pegajoso tema que abre el disco más conocido como “The White Album”. Previo juego de voces con el público, fue el turno de las casi contemporáneas “I’ve Got a Feeling”, con un sonido impecable, en especial a medida que el final de la misma se acercaba, y “Paperback Writter”, canción que fue interpretada con la misma guitarra con que fue grabada allá en los ’60 (Paul McCartney lo dijo en el show, y yo le creo).
Cuando comenzaron los acordes de “A Day in The Life”, a mi gusto, una obra maestra de The Beatles, la piel de gallina se sintió nuevamente, y no por el frío que a esa altura ya no importaba. Y como si fuera poco, la canción fue continuada con “Give Peace a Chance” de John Lennon, donde el coro del Nacional, perfectamente sincronizado, mostró la potencia de las voces chilenas. ¿Cómo seguir después de ese momento perfecto? Fácil, sacando otro As bajo la manga: “Let It Be”, logrando que los celulares y encendedores iluminaran los sectores más altos del estadio.
Y llegó lo que muchos estaban esperando: “Live and Let Die”, presentación en vivo que solamente puede ser calificada como épica, gracias al fuego, pirotecnia y un sonido demoledor, comandado por McCartney en el piano.
En ese momento el alto costo de las entradas ya comenzaba a olvidarse, pero muchos tendremos que seguir pagando por unos meses. Es ahí cuando Paul tira otra bomba a los chilenos: “Hey Jude”, donde sin problemas pudimos acompañar con el característico “Naaaa na na, na na na naaaaaa”. Es así como Paul y compañía bajan del escenario por primera vez.
Obviamente el regreso era esperado y necesario. En ese preciso momento el Caballero de la Corona Británica sube al escenario ondeando una bandera chilena, lo que fue acompañado inmediatamente por nuestro característico CE-ACHE-I, dando paso “Day Tripper”, “Lady Madonna” y “Get Back”, canciones que sólo vinieron a satisfacer a un público ya completamente rendido. El ex-Beatle baja nuevamente del escenario, pero todos sabíamos que esto no terminaba acá, pero el fantasma del término comenzaba a asomarse.
Al poco tiempo William Campbell McCartney, vuelve para agradecer, antes de seguir con el espectáculo, a todo el mundo que trabaja en esta gira, y en especial a sus músicos. Después de unas palabras, un silencio momentáneo llenó el Nacional para luego explotar al reconocer los sonidos de “Yesterday”, una joyita nostálgica que todos conocen.
Pero como el ánimo había bajado un poco con el tema anterior, Paul disparó un tema que no pude dejar de cabecear: “Helter Skelter”, considerada por muchos como la canción que dio origen al heavy metal, hizo temblar el recinto de Ñuñoa. Posterior a ese cañonazo, el Sir comienza a despedirse, con humor el buen humor que lo caracterizó todo el concierto, cantando en español “llegó la hora de decir adiós…”.
Vino entonces el remate más que potente con “Sgt Pepper’s Lonely Hearts Club Band”, fusionada con “The End”, para terminar así la noche y el paso de Paul McCartney por Chile en su segunda venida.
Reverencias de los 5 integrantes del grupo y papel por los aires hicieron desaparecer a una leyenda, personaje que fue partícipe y mantiene vigente la historia de la música.
Fue un placer escucharlo Sir Paul McCartney, en especial cuando saludó al público diciendo “hola chiquillos” y “ustedes son bacanes”. Aunque me quedó debiendo un par de canciones para completar las 3 horas, su paso por Chile no fue más que una clase magistral de lo que es música y una lección de cómo unos simples acordes pueden llegar al lugar más lejano existente: al alma de las personas.
Nos vemos a su regreso.
Setlist, Paul McCartney, Santiago de Chile, 11 de Mayo de 2011, Up and Coming Tour:
- Hello Goodbye
- Jet
- All my Loving
- Letting Go
- Drive My Car
- Sing The Changes
- Let Me Roll It / Foxy Lady
- The Long and Winding Road
- Nineteen Hundred and Eighty-Five
- Let ‘Em In
- I’ve Just Seen a Face
- And I Love Her
- Blackbird
- Here Today
- Dance Tonight
- Mrs. Vandebilt
- Eleanor Rigby
- Something
- Band On The Run
- Ob-La-Di-Ob-La-Da
- Back In The USSR
- I’ve Got a Feeling
- Paperback Writer
- A Day in the Life / Give Peace a Chance
- Let It Be
- Live and Let Die
- Hey Jude
- Day Tripper
- Lady Madonna
- Get Back
- Yesterday
- Helter Skelter
- Sgt Pepper’s Lonely Hearts Club Band / The End
Foto Portada: José Alvujar / Emol
P.S: Si estamos publicando a esta hora, es porque queremos que el review sea original y no una nota preparada en base al show en Perú. Buenas noches /días estimados.
Felipe
15/05/2011 at 22:02
Excelente resumen de lo vivido la noche del mièrcoles pero esa refrencia al doble de Paul fue de mal gusto y obviamente, estaba demàs..