En un concierto de estas características muchas cosas se pueden sacar al limpio, dado que el anuncio de que Ian Anderson, principal referente de Jethro Tull, visitaba nuestro país, movilizó en masa a la comunidad “tullera”, sobretodo porque estaría presentando uno de los álbumes más característicos del movimiento Art Rock de los 70s: Thick as a Brick (1972) y su secuela lanzada el año recién pasado Thick as a Brick 2: Whatever Happened to Gerald Bostock?
Presentar un álbum íntegramente (2 en esta oportunidad) es prácticamente una oportunidad para los fans acérrimos; ese público que no sólo va a escuchar los “hits”, los que generalmente se saltan la canción que ponen en la radio, quienes juntan los álbumes y que siguen dedicadamente a una banda en específico. Para ellos, la noche del 6 de Marzo de 2013 fue eso, un regalo.
La noche empezaría lentamente, la gente llegaba justo en la hora para llenar a un 75% el recinto de San Diego para presenciar un espectáculo de excelencia, a la antigua; la teatralidad mezclada con música, donde no sólo se puede disfrutar de los sonidos, sino también, del interesante complemento visual de la puesta en escena.
El show empezaba aun cuando los músicos no estaban en escena: una especie de tramoyas estaban en el escenario, imitando la tarea de limpiar y dejar en prefectas condiciones el lugar para la entrada de la banda, momento durante el cual uno de estos personajes encontró un sostén en el escenario, lo cual, al mostrarlo a la concurrencia, evidentemente generó algunas carcajadas.
Las luces se apagan y eso es sinónimo de que el show comienza, pero con un video introductorio en donde Gerald Bostock (protagonista de la historia tras Thick as a Brick) visita al doctor Maximilian Quad (representado por Ian Anderson). Luego de comenzar su conversación, el protagonista de la noche, Ian Anderson, salta en escena con los tradicionales acordes que dan comienzo al legendario álbum. Importante detalle fue el hecho de que, aun siendo frontman de una de las bandas más icónicas del sonido Art Rock, el artista deja de lado su ego e incluye un vocalista de soporte en el espectáculo para representar las partes correspondientes a Gerald Bostock..
Durante la ejecución de Thick as a Brick queda claro que Anderson ya no tiene la voz de antes, pero sigue apoderándose del escenario de manera excepcional; sin interactuar con el público demuestra un carisma admirable en el escenario (pese a que echó a reporteros gráficos que no dejaban ver a los asistentes de las primeras filas) y la representación perfecta de la obra lo fue todo, de principio a fin. Luego de terminar el álbum, un video de no más de 3 segundos avisaba del merchandising que se estaba vendiendo, de manera bastante histriónica.
Luego de 15 minutos de intermedio, iniciaba Thick as a Brick 2: Whatever Happened to Gerald Bostock? con otro video introductorio que mostraba a Ian Anderson presentando una mansión y el venidero espectáculo de Rock Progresivo, seguido de un imperdible, en tono de broma, Karaoke de Phil Collins.
Evidentemente la secuela del legendario álbum no es muy popular, pero el público se encargó de vitorear cada una de las canciones del álbum. Un disco que si bien no llega a la magnificencia de su predecesor, está lleno de matices distintos, pasajes muy rockeros, otros recitados en donde se complementa la historia, pero sin dejar de lado la teatralidad del concepto. Esta placa no habla de un hecho verídico en la historia propia, sino de la hipotética vida de Gerald en nuestros días, que abarca 5 posibilidades dentro de las cuales se destacan: el de un banquero y el de un pastor evangélico.
El show termina con una ovación merecidísima por parte del público asistente que desde luego admiran una de las obras magnas de Jethro Tull y la secuela creada en solitario por la estrella de la noche Ian Anderson. Luego de terminar el show es presentado en otro video todo el staff de la banda, incluso la “chica del violín” que se incorporó en escena en una supuesta videoconferencia vía Skype.
Luego de despedirse, la banda entra en escena para tocar uno de los clásicos del álbum Aqualung (1971): se trataba de “Locomotive Breath” que dejó en éxtasis al público asistente al Teatro Caupolicán.
Buen show, excelente iluminación y una gran ejecución complementada con videos alusivos a las obras. En este caso particular, y desde el punto de vista de un fan siempre será satisfactorio disfrutar un álbum de aquellos, con sonidos que reconoces con facilidad y con una gran historia de por medio, quizás con la nostalgia de un Martin Barre ausente, pero con un álbum que tiene más de 40 años de historia y que sigue incombustible con el paso del tiempo. Un excelente concierto que ya se ganó algunos jumbitos para uno que puede ser uno de los mejores de 2013.
Setlist, Ian Anderson, Teatro Caupolicán, Santiago, Chile, 6 de marzo de 2013:
- “Thick as a Brick, Part 1”
- “Thick as a Brick, Part 2″
- “From a Pebble Thrown”
- “Pebbles Instrumental”
- “Might-Have-Beens”
- “Upper Sixth Loan Shark”
- “Banker Bets, Banker Wins”
- “Swing It Far”
- “Adrift and Dumbfounded”
- “Old School Song”
- “Wootton Bassett Town”
- “Power and Spirit”
- “Give Till It Hurts”
- “Cosy Corner”
- “Shunt and Shuffle”
- “A Change of Horses”
- “Confessional”
- “Kismet in Suburbia”
- “What-ifs, Maybes and Might-Have-Beens”
- “Locomotive Breath”
Foto: Radio Futuro
Manuel Yáñez
08/03/2013 at 12:16
Simplemente Extrordinario. Notable la calidad de todos los músicos y un acierto la incorporación del joven cantante, actor y mimo, que se complementa perfecto con el viejo Ian, rejuveneciendo la banda y rescatando el espíritu original de JT
Jorge
08/03/2013 at 21:15
¿Saben cuál fue la productora?
Julio
11/03/2013 at 13:20
Extraordinaria ejecucion y un sonido clase A. Me recordo en cuanto a calidad de audio el concierto de Dead Can Dance, un agrado absoluto.