Durante la primera década de los años 2000 se vivió un revival del movimiento neo-progresivo que vio sus luces iniciales a principios de los 80. Este sub-genero ha sobrevivido mediante la constante aparición de bandas lideradas por miembros otras de la misma tendencia: Arena, IQ, It Bites, Magenta y Pendragon son algunos ejemplos, y por supuesto los destacados de este CLSK Review: Frost*.
Frost* nace hace un poco más de 10 años, liderado por el redimido productor de música Pop: Jem Godfrey, el cual formó la banda luego de decidir regresar a sus raíces musicales. Él y un puñado de integrantes de otras agrupaciones dan a conocer en el año 2006 su álbum debut Milliontown, placa que volvió a fijar los ojos en la escena neo-progresiva: una propuesta poco común con algunos tintes Pop propios de la carrera de Godfrey y el empleo de instrumentos sampleados formó el característico sonido del cuarteto inglés.
Hoy, y luego de una larga espera de 8 años después de Experiments in Mass Appeal (2008), Frost* nuevamente sorprende a este pequeño nicho de oyentes con Falling Satellites (2016), con el cual vuelven en plena forma habiendo pasado un extenso periodo de silencio.
“First Day” y “Numbers” dan el punta pie inicial a esta producción, mostrando bastante de aquello a lo que Frost* nos tuvo acostumbrado en sus entregas previas, incluyendo armonías vocales y, por supuesto, el destacado trabajo de Godfrey y Craig Blundell, que a lo largo del álbum logran de excelente manera una asociación muy parecida a la que logran Clive Nolan (Pendragon) y Mick Pointer (Marillion) en Arena, pero con sonidos más sintetizados y alcanzando así la identidad de esta agrupación.
“Towerblock” es uno de los puntos altos de Falling Satellites, que luego de pasar por una relativa calma llega a un elaborado pasaje dubstep, finalizando con el leitmotif principal. Variada, potente, usando la tecnología para atraer secciones electrónicas a un estilo progresivo, acercándose a una de las máximas del estilo: llegar a horizontes no explorados: Frost* da una pincelada de lo que es capaz, y este corte cumple a cabalidad con su cometido.
“Signs” es una canción que en su primera mitad cuenta con los rasgos necesarios para convertirse en un single radial, acercando el mundo Pop de Godfrey pero sin perder identidad. La segunda parte empieza con una ruptura del tema principal con un riff inesperado de John Mitchell y así comenzar una nueva sección que le da un aspecto más cercano al Rock. Muchas de las características de “Signs” recuerdan lo expuesto en “The Other Me”, de su placa debut.
El respiro en las medianías del disco la entrega “Lights Out”, corte que rompe el curso del trabajo y lo lleva hacia terrenos más radiales aún, ocupando como recurso coros femeninos, lo que le da un toque más interesante a la hora de hacer un análisis de una banda Neo-Progresiva en la perspectiva de una balada pop: una excelente propuesta y brillante ejecución considerando que los elementos predominantes son sólo los sintetizadores y la percusión.
El álbum acaba con una especie de Suite compuesta por los últimos 6 temas de Falling Satellites, una gran pieza integrada por el desenfreno de “Heartstrings” y “Nice Day For It…”, la calma de “Closer to the Sun” y “Last Day”, y por último, dos de los puntos más altos: “The Raging Against The Dying of the Light Blues In 7/8” y “Last Day”. Aproximadamente 30 minutos en los cuales se demuestra de que Frost*, más allá de una prolongada pausa, mantiene la esencia que los puso en el mapa.
Aparte quedan los Bonus Track: “Lantern” y “British Wintertime”, los que se desmarcan del trabajo en general, y se tiende a entender por qué no son parte oficial del disco: presentan un carácter más cercano a lo ambiental en ocasiones, y dejando el desenfreno en todos sus aspectos. Buenos números, pero con una mirada quizás demasiado inesperada para Frost*.
Falling Satellites es por defecto uno de los mejores álbumes en lo que va del 2016, producto de una banda mucho más madura, que debido a su tremendo debut tiene una vara muy alta que superar, sin embargo, pese a este estigma sigue en un camino muy honesto y auténtico, con un sonido difícil de replicar e influencias complicadas de mezclar. Esta es la música Frost*.
Cristian Rolando Rodriguez Ruiz
12/07/2016 at 10:51
tremendo disco!!! lo mejorcito del año junto con el affinity de Haken
Sebastián Andrés Lema Soto
13/07/2016 at 17:23
8 años esperandooo.. y valió la pena