Marcando su debut en nuestro país, el Teatro Nescafé de las Artes sirvió como el escenario ideal para que los alemanes de The Ocean demostraran por qué han encontrado su formación definitiva y cómo de la mano de esta han logrado ponerse a la cabeza del movimiento post metal.
Los encargados de abrir los sonidos de la noche fueron los nacionales de Bauda, sin duda alguna uno de los nombres más interesantes del metal chileno. Con su sonido potente y bien definido, destacando Juan Diaz en el bajo, las atmósferas de Edgardo Gonzalez en teclados y César Marquez sólido en la voz, sus casi 40 minutos de presentación se convirtieron en una muestra ideal de lo bien que puede sonar una banda nacional. Son, definitivamente, una agrupación a la que deben tener en la mira.
Tras un rápido desmontaje de los instrumentos, y de que los mismos alemanes se encargaran de afinar sus instrumentos, aparecieron uno por uno sobre el escenario los miembros de The Ocean mientras “Epipelagic” sonaba de fondo. El show, que contempló la interpretación de su último disco Pelagial de forma íntegra, nos transportó fase a fase en un viaje hacia lo más abisal del sonido de la banda. Con una estructura casi de música clásica, con varios movimientos interconectados entre sí, la sucesión de temas fue desde las guitarras y voces suaves que abren “Mesopelagic: Into The Uncanny” hasta la locura absoluta liderada en todo momento por Loïc Rossetti, vocalista de la banda, quien no desperdició ninguna de las oportunidades que tuvo para bajar hasta donde estaba a audiencia, hacer crowdsurfing e incluso internarse entre los presentes pasando por sobre los asientos del teatro, que ya desde el tercer tema no eran más que un estorbo para el público que se acercó y quedó de pie junto al escenario para sentir desde más cerca la inagotable energía liberada por The Ocean.
Afortunadamente, el sonido saturado y el bajo volumen de la voces en el primer par de temas pudieron ser subsanados a tiempo y logramos percibir el descenso hacia las profundidades del mar que representa su última placa de estudio, casi sin pausas entre sí y con una inminente sensación de oscuridad progresiva cerniéndose sobre el cielo del recinto. El sonido aplastante de la guitarra de Robin Staps, el cerebro de la banda, se complementa de manera perfecta con la intensidad de las cuerdas de Damo Murdoch y Mattias Hägerstrand y la potente batería de Paul Seidel, mientras Rossetti lo entrega todo llegando a forzar su voz en varios momentos de la noche para poder ser escuchado por sobre esta tremenda aplanadora. A pesar de la baja asistencia, cerca de 500 personas, es inevitable adentrarse en lo más recóndito de Pelagial y su atmósfera envolvente y sentir este concierto como una gran comunión con la banda, con la mayoría de los asistentes cantando a todo pulmón cada una de sus letras.
Tras cerrar la primera parte del show con “Benthic: The Origin Of Our Wishes” y su densidad cercana al stoner rock, la banda volvió a escena para coronar con un extenso encore triple: “Rhyacian (Untimely Meditations)”, “Firmament” y “The Quiet Observer”. Un show absolutamente redondo, partiendo por la excelente elección de los teloneros y luego por el plato principal; The Ocean supo dejar en su debut una marca que será recordada por mucho tiempo por su intensidad, candidato a uno de los mejores shows del 2016 y que nos deja con muchas ganas de volver a verlos en el futuro cercano.
Setlist The Ocean, Teatro Nescafé de las Artes, Santiago, Chile, 19 de Octubre de 2016
Recuerden visitar nuestra galería fotográfica del show, por Julio Celis
Alex Riffo G
21/10/2016 at 10:56
Increíble banda…lo mejor del año…sonido aplastante y prolijo. ..cercanos a los fans después del show salieron del teatro toda la banda a compartir con los pocos que estabamos ahi firmaron de todo. .se sacaron fotos con todos conversaron..Rosseti se sentó en la “cuneta” a conversar…osea noche redonda
Ricardo Rodriguez Lehyt
21/10/2016 at 14:44
Buenísimo. Pero claramente para que la audiencia disfrutará de pie. Sonido, e iluminación estuvieron muy bien. La banda sólida.