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Un puntapié inicial directo al cráneo
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Muchos veían con desconfianza que se hiciera una previa a un festival tan grande como The Metal Fest. Muchos pensaban que la convocatoria se vería mermada por ser “solamente” tres bandas las que tocarían en el Teatro Caupolicán y, en vista que el festival posee un mayor ambiente metalero, el público no respondería.
Pero hay algo que muchos no sopesaban: Accept es una banda legendaria y vendría a grabar un DVD en nuestro país. Además vienen acompañados de otra banda que ha hecho historia en el círculo metalero mundial, Pentagram, quienes son y serán una de las mejores bandas chilenas, creadoras de un metal crudo, directo y de exportación.
Finalmente el público respondió de sobremanera, llenando la cancha y las localidades en la platea, con una energía que en lo personal hace tiempo no veía en el Caupolicán.
Comenzado a las 20:00, Día de los Muertos abre su presentación con algunos problemas de sonido y con la gente recién tomando posición, un poco apagados pero sorprendidos ante la voz de Rosa Arias, la mexicana vocalista que se ha unido a la banda hace tan solo unos días. Unas guitarras saturadas y una voz muy baja opacaron el comienzo del show, pero cuando aparece el señor Anton Reisenegger a cantar “Bestia De Las Mil Cabezas” junto a los californianos, el sonido mejora y la gente despierta, aprontándose a lo que vendría después. La banda finaliza una presentación correcta y estruendosa, con poca luz, como siempre ocurre con los teloneros y sin mostrar mayores sorpresas, solo plantándose con un metal seco y agresivo, propio de un deathcore americano clásico.
Los chilenos de Pentagram abren su presentación con un volumen explosivo, destrozando los tímpanos de los presentes en el teatro, que a esas alturas estaba bastante más poblado. La agresividad de Pentagram es algo que los caracteriza, sin duda son una leyenda en el metal extremo mundial y lo hacen notar en cada riff; además la voz de Reisenegger destaca por su tremenda potencia, dándole a la banda ese nivel único e inconfundible.
Aparte de los clásicos de la banda, Pentagram muestra dos temas que serán parte de su primer álbum de estudio propiamente tal: “The Apparition” y “La Fiura” ensordecen con unos riffs temibles, avanzando luego con “Temple of Perdition”, tema dedicado a su recordado bajista Alfredo Peña “El Bey”. Sin duda los chilenos son una banda que toca y destroza, sin puntos bajos en su sonido y menos en el poderío de su presentación. La banda finaliza un show frio y compacto, pero lleno de metal y eso es lo que al final importa.
En la espera, un hecho notable que se dio mientras se realizaban los ajustes de sonido para Accept y la preparación de las cámaras que registrarían este show en un futuro DVD: fue la presencia de Tom Angelripper y Bernd “Bernemann” Kost de Sodom en las tribunas del Caupolicán, quienes entre el acoso de los fans que los reconocieron de inmediato, se vieron obligados a salir después de unos 15 minutos de gritos del público que invocaban a Sodom como si fueran parte de esta previa a The Metal Fest. Hay que destacar la buena onda y la increíble paciencia de los alemanes frente a los fans que se dieron el lujo de saludarlos y llevarse fotos como si fuese un meet & greet, saltando a la platea como si nada. Grande Sodom.
Ya siendo las 22:20, los alemanes de Accept aparecen, con una claridad sonora increíble y con una puesta en escena llena de energía y rock directo; ese sonido de guitarras perfectas y volumen ensordecedor se sentía en los huesos, con un bajo inigualable, una voz clara y precisa y la batería tan potente que no se podía creer. En mi opinión, el sonido de Accept esta noche fue uno de los mejores que se han escuchado en un show de Heavy Metal en nuestro país.
Partiendo con “Hung, Drawn and Quartered” y luego con “Hellfire”, se plasma en las cámaras que en Chile el público se toma en serio su rol, saltando y coreando cada sílaba de los nuevos temas de Accept. En “Restless and Wild” ya el desborde es mayor y “Losers and Winners” casi derrumba el Caupolicán con el volumen y la fuerza de la guitarra de Wolf Hoffmann. Las famosas Framus Flying V seguían sonando con una calidad ejemplar mientras la banda tocaba “Stalingrad” tema que le da nombre a su última placa. En ese momento Mark Tornillo saluda al público con una bandera de Chile y luego comienza “Breaker“, transformando el teatro en una hoguera.
“Bucket Full of Hate” y “Monsterman” continúan exaltando el metal de Accept y lo transforman todo en un espectáculo, ya con el público entregado totalmente. “Shadow Soldiers” le abre paso a la calma de la balada “Amamos la Vida”, tema que sorprende al igual como lo hicieron en su paso anterior el 2011. Luego comienza la muestra de talento del increíble Wolf Hoffmann en un solo de guitarra contundente, siguiendo después “Neon Nights”, “Bulletproof” y “Aiming High”, coreada hasta por la última mísera alma en el teatro.
Luego el punto alto de la noche, “Princess of the Dawn” muestra un juego entre bajo y guitarra que a todos dejó con la boca abierta y admirados por la calidad de lo que estaban viendo, una muestra de rock a tal nivel pocas veces se ve, y más aún sonando tan bien. El público acompaña a todo pulmón cada coro que pide la banda, como sabiendo que mientras más fuerte canten más alimentan la energía de los alemanes que en ningún momento de las más de dos horas de show mostraron cansancio alguno, algo que muy pocos pueden decir.
“Up to the Limit”, “No Shelter” y “Pandemic” siguen en la lista, con un mosh pit que no paraba de girar. Luego “Fast as a Shark” termina cerrando la primera parte del show, dando un respiro de no más de cinco minutos al metal inagotable de Accept que vuelve con todo a tocar “Metal Heart”, con la clásica “Für Elise” metida ahí al medio y en que los fans que ya destrozaban las gargantas en su coro.
“Teutonic Terror” le abre camino al clásico de clásicos, “Balls to the Wall” para cerrar una noche que, aun siendo grabada en un DVD, no podrá transmitir toda la energía que se liberó entre los fanáticos vieja escuela (y otros no tanto) y la banda de europeos que llevan el metal en la sangre y que al parecer no tiene por donde acabarse.
La gran mayoría de los presentes estaba consciente de que las cámaras pasarían sobre ellos y por eso desbordaron energía sin parar, tal como lo hacía la banda en el escenario. Esta combinación de factores hizo que la presentación de los germanos sea tan sólida que será difícil de olvidar, tal como lo será el tremendo sonido en vivo del bajo de Peter Baltes que dejó peinados para atrás, literalmente, a todo el Teatro Caupolicán.
Esto fue el primer bocado de metal en este fin de semana. Estaremos presentes en The Metal Fest con toda la información de las bandas y el minuto a minuto en twitter, como también las galerías de fotos de las bandas participantes. Si aún no nos sigues en las redes sociales, visita nuestro Facebook y Twitter, ¡Nos vemos en un rato!.
Fotos: Facebook de Chileanskies por Julio Celis Fredes
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