Como todos saben, Megadeth sigue en un proceso de creación intensivo y mucho más acelerado en relación a su histórica forma de componer, lo que ha llevado al lanzamiento este 2013 de su última placa llamada Super Collider, en medio de la vorágine de giras, festivales, reuniones entre Mustaine y otras leyendas, dejando un disco rápido, simple y derechamente plano.
Quizás Dave Mustaine y Megadeth para los más fanáticos sigue siendo la esencia del thrash metal -más hard rock a estas alturas- que ha gustado por tanto tiempo, pero de a poco han caído en una metodología que puede dar resultados en las ventas (Super Collider debutó en el 6º del Billboard), pero que no convence, y eso es decepcionante.
Desde el United Abominations se puede ver que Megadeth viene con ese ritmo de un álbum cada año y medio, lo que deja ver las ganas que tiene la banda de mostrar cosas nuevas, ahora con Dave Ellefson y Chris Broderick en sus líneas.
Sin embargo, este trabajo ha desatado un poco de ardor entre los más fanáticos, y si bien no cumple con las expectativas de los siempre retrógrados fanáticos que solo critican el despegue de una banda con más de 30 años de evolución desde el thrash creado por ellos mismos, siempre ha mantenido una línea precisa y muy clara de hacia dónde dirigen los misiles, cosa que en esta placa no se ve tan clara.
Esa divergencia es la que genera el mareo de emociones entre los riffs clásicos y los coros sin base, junto con una muestra de talento individual un poco difusa, tanto en las guitarras como en la voz de Mustaine que a ratos es irreconocible.
Quizás el paso hacia la independencia discográfica gatilló un cambio en la estructura de la composición de la banda, al no estar dependiendo del hombro de Roadrunner Records para lanzar su obra, sino que ahora se hace desde Tradecraft, sello propiedad del mismo Mustaine. También es destacable que la formación de la banda es la misma desde su anterior placa, cosa que no sucedía desde el 97’ en el Cryptic Writings. Lo único claro es que el disco posee una base de rock y disposición que Megadeth por su solo nombre entabla en cualquier canción, y por ello genera un sabor a metal que pocas bandas logran por si solas, pero al final de cuentas, cuando el disco termina y aparece el silencio, no eres capaz de recordar ningún tema de los mostrados, desapareciendo todos el aire.
En relación a las canciones de Super Collider, son puntos destacables por su potencia y un aire a nuevo los temas “Kingmaker”, “Dance in the Rain”, con la participación del vocalista de Disturbed, David Draiman y el cover de Thin Lizzy “Cold Sweat”. Lo demás lamentablemente se pierde y quizás pase al olvido en poco tiempo.
Si usted escuchó esta placa, después de un largo periodo de maduración como corresponde, se podrá dar cuenta que hay cosas que se pueden rescatar y otras simplemente se difuminan en las pobres liricas de Mustaine y la nula relación del “Gran Colisionador de Hadrones” con la temática del álbum.
Megadeth suena fuerte, es una banda tremenda en vivo y con su último paso por Chile dejó claro que tiene cancha de sobra para demoler cualquier escenario en el mundo, pero lamentablemente esta placa no convence y peor aún, pasará desapercibida por los más fanáticos incluso.
De todas maneras, nos queda una oportunidad de escuchar algo de este trabajo en vivo, en la presentación que Mustaine y compañía darán en la antesala del show de Black Sabbath, el próximo 4 de octubre, en el Estadio Monumental. Pero por ahora, el panorama no es muy auspicioso.
Si aún no escucha el álbum, se lo dejamos a continuación.
qwert
02/07/2013 at 23:01
Lejos es el disco mas malo de megadeth, el piloto automatico les llego hasta las hueas!