Luego de que hace unos años lanzaran de forma consecutiva Dead End Kings (2012) y Dethroned and Uncrowned (2013), los suecos se dieron el espacio necesario para poder dar forma a lo que se transformó en su onceavo trabajo de estudio. Dicha espera no hizo más que generar expectativas y ganas de volver un poco en el tiempo, al origen e identificar la evolución musical de Katatonia para poder digerir de buena forma a The Fall Of Hearts (2016).
En más de una hora lograron renovar, pero a la vez continuar con el sonido que desde hace un rato vienen cultivando, aquel que conjuga lo oscuro y fuerte del metal, lo experimental y melódico del progresivo con la velocidad del doom; tres ingredientes principales que con algunos secretos extras, dan como resultado la textura musical de la banda.
Basta con escuchar los primeros cinco segundos de “Takeover” para darnos cuenta de que se trata de un disco de Katatonia, algo tienen en su sonido que los hace únicos dentro de su especie. La autenticidad es algo que todo artista busca y al momento de encontrarla, aquél sello que los identifica puede mutar y esconderse bajo distintas capas, pero jamás dejará la esencia que lo constituye; eso es justamente de lo que puede gozar la banda, de ser simplemente ellos.
La influencia nórdica en grupos como este o en Opeth, se hace notar en algunos de sus pasajes y es impresionante cómo calzan esos sonidos tan antiguos con la progresión musical que ha derivado del metal, como en “Pale Flag”, dejando la puerta abierta a crear imaginarios fantásticos bajo el estimulo auditivo. Se caracterizan por dar la sensación de ser acústicos, donde la guitarra suena limpia para acompañar la inconfundible voz de Jonas Renkse, quien mantiene ese carácter melancólico en su cadencia e incluso en sus letras, un ejemplo de ello es “Decima”, canción simple, honesta y sensible en todas sus partes.
“Sanction” genera un quiebre en el primer tercio del álbum, formando un vendaval de emociones que se van liberando a medida que los instrumentos suman sus sonidos al llegar al coro, dejando la sensación de que lo que queda de disco puede ser algo impredecible. Luego de este remezón, nos encontramos con “Residual”, conformada por casi siete minutos de una atmósfera musical que no deja espacio libre y todo en ella está premeditado para que sea una de las estrellas brillantes del LP.
Puede que tras una simple primera impresión, The Fall Of Hearts parezca un disco más dentro de la discografía de Katatonia, pero queremos decir que no es así. Lo que lo diferencia de los demás son los detalles, sobre todo en la excelente decisión de incluir a Daniel Moilanen al grupo porque a través de él la batería se transforma en un sonido protagonista, como en “The Night Subscriber”, donde se roba la película y es indiscutible el peso que el instrumento aporta al tocar con una velocidad más rápida que el resto de la banda.
Es momento de cerrar el ciclo con “Vakaren”, que a pesar de no ser magnífica en comparación a sus antecesoras, es grato finalizar con un sonido más pausado e incluso más melódico que el resto del trabajo, dejando la posibilidad de experimentar a partir de ella y sin miedo a culminar todo un trabajo potente con un corte más pausado y exorbitante.
Fueron años de silencio para poder tener ante nosotros este trabajo, que a pesar de no ser excepcional dentro de la discografía total de Katatonia, sí juega un papel fundamental al momento de recalcar que es bajo esta línea musical donde quieren trabajar. No se trata de un “más de lo mismo”, se trata de una reinterpretación sobre lo que ya venían creando, agregándole mayores matices gracias a la renovación de dos integrantes: Roger Ojersson en guitarra y Daniel Moilanen en batería.
Es un disco bien unificado y cohesionado, donde las canciones adquieren sentido al estar juntas, dispuestas de tal manera que generan continuidades o quiebres entre ellas. Están más rítmicos que nunca, pero manteniendo sus raíces en el metal de una manera inteligente y no invasiva, tanto así que este trabajo podría ser la rectificación de una trayectoria que de a poco ha optado por salir de su zona de comodidad para poder ingresar en un ambiente más experimental.
Te dejamos con el disco en su formato streaming para que lo escuches y nos des tu opinión al respecto, además te recordamos que se presentarán en Santiago este 31 de agosto en el Teatro Cariola.
Kattia Gonzalez Fuenzalida
24/05/2016 at 20:45
Allá estaremos…..
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