Dos años pasaron desde la última visita de Steven Wilson, un nombre que genera un arrastre tremendo en el público nacional y en cuya nueva gira latinoamericana nuestro país se vio otra vez bendecido por su presencia. Así, anoche fuimos testigos de la grandeza del ex Porcupine Tree, que brindó un show con la calidad a la que nos tiene acostumbrados y que se extendió por más de tres horas en el marco de la gira promocional de su último disco To The Bone, el que dividió a sus fans pero que encantó a la critica, marcado por el reemplazo de la complejidad que caracteriza sus composiciones por una faceta más popera y accesible, pero no por eso menos interesante.
El Teatro Caupolicán estaba lleno en su totalidad y la audiencia ya venía dispuesta a dejarse llevar por el viaje que significa experimentar al británico en vivo, y podemos afirmar con certeza que los asistentes no se retiraron defraudados. Desde el primer segundo (y tras la ovación característica) con un perturbador cortometraje titulado “Truth” que mezclaba música minimalista, imágenes y palabras que representaban la sociedad actual, de forma explosiva comenzó “To The Bone” en un despliegue de energía que podía dejar estupefacto a cualquiera; “Nowhere Now” con su videoclip grabado en nuestro país en su visita al desierto de Atacama y especialmente el observatorio ALMA, al que haría alusión en su primera interacción con el público después de “Pariah”, la que contó con una proyección de Ninet Tayeb en el telón invisible que además fue un gran apoyo para potenciar el concepto audiovisual a falta de una vocalista de apoyo presente sobre el escenario. Así terminaba esta mini suite del disco To The Bone y en la primera pausa el músico se mostró carismático, relajado y cercano, haciendo hincapié en la falta de criterio al poner sillas en un concierto para público chileno y bromeando con Tool y su pausa musical.
Volviendo con la música, “Home Invasion” y “Regret 9” trajeron a la palestra el disco Hand. Cannot. Erase. (2015) y vale recalcar el juego de luces en la primera, no apto para epilépticos y con un sonido dinámico. El público ya de pie brindaba los primeros movimientos de cuello en la extensa jornada y claramente no serían los únicos; también en este segmento se muestra el despliegue de Nick Beggs en bajo y Adam Holzman en teclados logrando una atmósfera envolvente y etérea.
Steven Wilson se mueve dominante en el escenario, conversa con sus músicos mientras tocan y bromean con naturalidad mientras dominan sus respectivos instrumentos con facilidad; el británico es de esos músicos que se puede dar el lujo de tocar su último disco casi íntegro y obtener una recepción unánime de la audiencia, por supuesto que siempre de la mano de la innegable calidad y versatilidad de sus trabajos. “People Who Eat Darkness” con su inquietante video animado y “Ancestral” dieron por finalizado un primer set que desde ya por si solo podría quedar plasmado como uno de los mejores conciertos de lo que va del año, y eso que aún quedaba mucho por escuchar.
Después de un merecido descanso de quince minutos, los músicos regresaron al escenario y tres Shakers marcan el inicio de “Arriving Somewhere but Not Here”, aclamada por toda la audiencia al reconocer los inmortales acordes principales y sonando como cañón durante su clímax; sin duda alguna, uno de los puntos más altos de la noche. Pudimos escuchar también de su proyecto más conocido, Porcupine Tree, la ya clásica “Lazarus” y la potentísima “Sleep Together” que tuvieron una agitada recepción donde el público coreaba sin problemas cada estrofa; y además de Blackfield, la canción homónima en la suite más íntima ejecutada sólo con guitarra acústica y el piano de Holzmann, que finalizó con “Postcard” afianzando aún más la relación de Steven Wilson con nuestro país.
“Vermillioncore”, canción instrumental del disco 4 ½ sirvió para evidenciar la química reflejada en el groove impiadoso del bajo de Beggs, la potencia desmesurada de Craig Blundell en la batería, las atmósferas de Holzman y los riffs de Alex Hutchings en la segunda guitarra, todos transformados en un verdadero muro de sonido con el que chocas violentamente cuando cada uno de ellos están en perfecta sincronía.
Ya para el cierre, un estandarte en la discografía de Porcupine Tree: “The Sound Of Muzak”, como siempre sincopado en su tiempo, vestigio de la faceta progresiva de Wilson, quien se dio el tiempo de hacer una última declaración antes de tocar la última canción de la extensa jornada. Exhausto, comentó que las bandas generalmente en la última canción tocan su caballo de batalla, su hit más preciado pero que él como artista no tiene hits, por lo que puede darse el lujo de tocar lo que quiera, y así “Song Of Unborn” puso el sello de un show que rayó en la perfección.
Una de las cosas que hace a Steven Wilson un personaje tan querido dentro del género es el nivel de sus presentaciones, con un sonido pulcro y un despliegue musical tremendo; 8 veces hemos tenido la oportunidad de verlo y esperamos que no sea la última, ya que cada vez que lo hace se suma a los mejores conciertos de su respectivo año y, te guste o no su nuevo material, su nueva banda, o su siempre renovado sonido, en el papel nunca pasará inadvertido un espectáculo de este calibre: música en su gloria y majestad.
Setlist Steven Wilson en Teatro Caupolicán, Santiago, Chile. 23 de Mayo de 2018
- To the Bone
- Nowhere Now
- Pariah
- Home Invasion
- Regret #9
- The Creator Has a Mastertape (Porcupine Tree)
- Refuge
- People Who Eat Darkness
- Ancestral
- Arriving Somewhere but Not Here (Porcupine Tree)
- Permanating
- Song of I
- Lazarus (Porcupine Tree)
- Detonation
- The Same Asylum as Before
- Heartattack in a Layby (Porcupine Tree)
- Vermillioncore
- Sleep Together (Porcupine Tree)
- Blackfield (Blackfield)
- Postcard
- The Sound of Muzak (Porcupine Tree)
- Song of Unborn
Jorge Ignacio VB
24/05/2018 at 13:28
Buen review! Imposible no reconocer el mega artista que es SW y la real calidad de sus conciertos; nunca falla.
Ricardo Rodriguez Lehyt
24/05/2018 at 13:41
Un buen review, pero creo que les faltó decir algo especial sobre Refuge, cuya interpretación fue magistral casi al punto de las lágrimas, realmente emotiva. Nunca decepciona Wilson y es un artista capaz de sorprenderte en cada concierto con la tremenda calidad que tiene.
René Mujica Moreau
24/05/2018 at 14:28
que cuático como ha cambiado su relación con el público desde los primeros conciertos acá hasta el de anoche, muchísimo más relajado ayer y se nota positivamente 🙂