Muy pocos artistas a lo largo de la historia han logrado trascender en la música popular como David Bowie, dueño de álbumes esenciales en los últimos 50 años, los cuales llegaron a plagar de sonidos y estéticas a una variedad de intérpretes de diversas tendencias. Es Rock, Glam, Funk y Pop. Es brillo, luces y una vida que va mucho más allá del músico.
El “Duque Blanco” pisó dos veces suelo nacional: 1990 y 1997. Ayer, y a casi 3 años de su lamentable partida, fue la oportunidad para una generación que no tuvo la chance de verlo en vivo, ya que un puñado de músicos, entre ellos compañeros de banda y amigos, convergió para celebrar su vida y obra. Porque el espectáculo no es una mera presentación de un grupo haciendo covers, sino de una celebración, y en eso Angelo Moore se lleva gran parte del crédito.
Haciendo un recorrido de 28 canciones de la larga trayectoria del fallecido artista británico, la banda adopta diversas personalidades dependiendo del tema el cual presentan, haciendo honor a la camaleónica personalidad de Bowie, para lo cual se necesitan hasta 4 frontman que lideren ciertas partes del espectáculo.
El público presente, que agotó las entradas, no fue impedimento para el desplante escénico de Angelo Moore, el cual con diversos disfraces y maquillajes, se hacía paso entremedio de butacas para compenetrar aún más a los asistentes de esta fiesta. Adrian Belew por su parte, pone la cuota de simpatía, ya es un conocido de la casa y así se lo dejan saber en cada momento. Paul Dempsey por otro lado, brinda la calma en los temas más melódicos de Bowie.
Obviamente una gran porción del show se lo lleva la magna obra conceptual ‘The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars’ (1972), temas como: “Moonage Daydream”, “Rock ´n´ Roll Suicide”, “Starman”, “Soul Love”, “Suffragette City”, “Ziggy Stardust” y la emotiva interpretación de “Five Years” brindaron variados momentos de nostalgia recordando a uno de sus más famosos alter ego.
En el repaso de sus más antiguas composiciones también se destacaron “The Man Who Sold The World”, “Quicksand”, “Life on Mars?” y la que para muchos viene siendo la más esencial canción de su repertorio: “Space Oddity”, que fue coreada enérgicamente de principio a fin.
Si bien, la primera parte de la presentación estuvo más cargada a los temas más antiguos de la carrera de Bowie, la segunda parte abordó más su periodo New Wave y Pop con canciones como “Ashes to Ashes”, “D.J.”, la celebrada “Modern Love” y “Blue Jean” de su álbum ‘Let’s Dance’ (1983). Hubo incluso espacios para una muestra de su era electrónica/industrial con “Little Wonder” de ‘Earthling’ (1997).
Para cerrar: “All the Young Dudes”, tema popularizado por Mott The Hoople y el clásico “Heroes”, en que los cuatro cantantes tomaron el micrófono en algún momento en señal de despedida, con la cual terminó una noche redonda.
Estamos de acuerdo en que pudieron faltar muchas canciones del abultado catálogo de Bowie, sin embargo lo mostrado el 23 de Octubre en el Teatro Nescafé de las Artes se aparta de un simple tributo: es una oda perfectamente montada, con la cuota de teatralidad necesaria y con el balance perfecto entre todas sus épocas para resaltar las diversas exploraciones musicales de uno de los artistas más influyentes de la historia del Rock y el Pop, y lo mejor de todo, en perfecta sincronía con el público.
Setlist Celebrating David Bowie en Teatro Nescafé de las Artes, Chile, martes 23 de octubre de 2018:
Puedes ver todas las fotos del evento nuestra CLSK Galería. Fotografías por Julio Celis Fredes