CLSK Review: Flying Colors – Second Nature (2014)

La superbanda Flying Colors, formada por Neal Morse, Steve Morse, Mike Portnoy, Dave LaRue y Casey McPherson retomaron nuevamente sus instrumentos y lanzaron Second Nature este año, trayéndonos una muy grata sorpresa que podrás escuchar al final de este CLSK Review.

El disco publicado a finales de septiembre comienza energéticamente con “Open Your Eyes”, el corte más extenso de la placa que da una muestra de todos los sabores de la entrega y que a su vez se presenta como la más progresiva del álbum, con sus cambios, pausas y variaciones que recorrerán varios estados anímicos para rematar en un final bastante intenso, algo que será tónica de esta entrega.

En todo momento, la voz de McPherson está presente, y en nunca se siente sobre exigida; más que complementarse al aporte de sus compañeros, funciona como un instrumento musical adicional que se extrañaría al no estar presente, por lo mismo se hace muy notoria.

También hay espacio para composiciones más radiales como “Bombs Away”; sin embargo el mejor ejemplo es “Mask Machine”, que destaca por su dinamismo y el pegajoso sonido de la guitarra, energía que sólo disminuirá en un momento del tema; no por nada es el primer single del disco y uno de los puntos altos de la placa. “A Place in Your World”, cae igualmente en esta categoría, sirviendo como otro energizante momento de Second Nature.

“The Fury of My Love”, por su parte, se encarga de poner un poco de paños fríos, junto con “Lost Without You”, que si bien podrían llevarte a pensar que están ligadas a la melancolía que evocan sus denominaciones, terminan por ser pistas que te transportan a un ambiente cargado de sentimientos relacionados con la alegría y la esperanza, algo que tan bien le hacen al disco.

“One Lost Forever” pondrá el tilde ecléctico a la placa, pero sin sobresalir, lo que servirá para preparar el camino a un gran momento del disco: “Peaceful Harbour” es lo que promete, tranquilidad y sonidos acústicos, una bella interpretación de Casey McPherson, sentidos solos de guitarra, todo esto acompañado de un potente coro hacia el final que la hace uno de los cortes mejor logrados que, a pesar de su aparente simpleza, es capaz de llenar el espacio de 7 minutos haciendo sentir que debería haber sido más extensa y, a la vez, dejarnos satisfechos.

Sólo queda “Cosmic Symphony”, la segunda “larga duración” de este trabajo, compuesta de 3 partes y llega cuando ya estamos pagados. En ese contexto, la virtud de este tema es que logra traerte de vuelta a los sonidos más versátiles donde los aportes particulares están fácilmente “a la vista”, incluyendo pasajes “jazzeros” en el segundo tramo y una introspectiva parte final en que la voz de McPherson recuerda al irlandés Glen Hansard, convirtiéndose de a poco en un cierre perfecto para una placa redonda.

Flying Colors lanza un disco que si bien es ambicioso, al final del mismo se siente como un trabajo sensato, aterrizado y agradable para quienes se les hace más tedioso disfrutar los sonidos del rock progresivo, que muchas veces se limita a un grupo de personas. Pensándolo mejor, el complejo estilo musical antes mencionado es más bien una anécdota dentro de una placa que viene a ser fundamentalmente rock con cargadas dosis de sentimentalismo y emotividad, lo que no implica sufrimiento directamente, sino todo lo contrario.

Second Nature no te volará la cabeza, pero si te dejará con un sabor más que dulce al final de escucharlo ya que, aún cuando hay monstruos en cada uno de los instrumentos de esta banda, se privilegió la cohesión por sobre las individualidades y eso es lo que hace que este disco sea completamente valorable y una de las buenas entregas de un fructífero 2014.

PS: La edición Deluxe del disco incorpora versiones acústicas de “Peaceful Harbour” y “The Fury of My Love”, un resultado sobresaliente para canciones que ya estaban perfectamente logradas en sus presentaciones originales y que de seguro podrán ayudar a calmar los ánimos en situaciones exigentes.