Richie Kotzen ya cuenta con una larga y constante trayectoria como músico solista y en grupo, diversificando lo que en líneas generales consideramos como blues y hard rock. En abril de este año lanzó ‘Salting Earth’, un disco que lo actualiza en la escena y nuevamente podemos conocer en qué estado se encuentran sus composiciones y su evolución musical.
Es un trabajo que a primera vista pareciera ser más bien uniforme y sin muchos relieves en el transcurso de sus 10 canciones, pero mágicamente, con el tiempo de escucha, se van descubriendo los matices que hay en él, un tanto escondidos pero que existen al fin y al cabo. Hay una concordancia sonora con sus últimos dos discos, la que se deja ver en canciones como “Thunder” o “Make It Easy”, que mantienen el groove característico de Kotzen, junto a esos riffs de guitarras a los que ya tenemos el oído acostumbrado.
Por otro lado, hay temas que se despegan de lo que usualmente conocíamos, por ser más festivas y desvinculadas de ese amargor que antes rodeaba sus composiciones. Ese es el caso de “I’ve Got You” o “Meds”, con una tendencia a melodías mayores que dejan ver que quizás los últimos años del músico han estado marcados por sucesos positivos, recalcando lo que él mencionó en su entrevista respecto de su modo de componer.
“My Rock” y “This Is Life” se desprenden del resto por ser más bien baladas con un acompañamiento de voces que son interpretados por él mismo, un coro meloso en que destacan los altos en la voz de Richie y su versatilidad en guitarra y teclado. En realidad son el plus de ‘Salting Earth’, porque ambas canciones dan a conocer una faceta que no siempre se deja ver.
Hay que recordar que Richie Kotzen es quien compone e interpreta todo el disco, una virtud que no cualquiera logra, haciendo que su trabajo tenga un valor agregado por su complejidad.
Comentarios finales sobre ‘Salting Earth’
‘Salting Earth’ nos demuestra que la unión entre música y vida es una, que el rock muta sus variables hacia otros sonidos enriqueciendo y sumando características a favor de la libre composición. Creemos que este giro entre lo melancólico y dramático de sus trabajos anteriores a algo con sentido optimista no debe ser indiferente dentro de su larga discografía y que es digno de presenciar este 15 de julio en el Club Chocolate, porque además de tocar su guitarra, incluirá interpretaciones en piano eléctrico y alguna sorpresa acústica.