Delta es una de esas bandas que conocemos hace mucho tiempo, razón por la cual sabemos lo mucho que han pasado, con altos y bajos, hasta llegar a la actualidad en que pueden celebrar el cumpleaños N° 10 de ‘Black & Cold’, no sin unos inconvenientes previos que darían lo mismo al final de la jornada: Recordemos que hubo un primer intento fallido para realizar este evento, originalmente en la Sala SCD del Mall Plaza Vespucio y, acercándonos a la fecha, nos enteramos del alejamiento de Caroline Nickels por razones personales.
Pero bueno, llegado el día, obviando absolutamente las dificultades y celebrando también el cumpleaños del guitarrista Benjamín Lechuga, la banda se plantó en el escenario con una confianza única frente a un puñado de seguidores que participaron en el evento con gritos, cabeceos y mucha energía, en respuesta al agradable fiato y sonido que entregaba Delta en el escenario de Bellavista.
Paulo Domic fue el encargado de las voces en la mayor parte del show, cuando se replicó el sonido original de ‘Black & Cold’ y su aporte se hizo notar de gran manera: Domic ya tiene historia ayudando a Delta en tiempos difíciles y lo hizo saber con un humor que perfectamente entiende la agrupación nacional y sus fanáticos, apoderándose prácticamente del micrófono en la mayor parte del show, todo dentro del entendido de que esta placa es su favorita de la banda nacional.
Como lo dijeron en su comunicado, Delta tomó ya la decisión de seguir en el futuro en busca de una voz femenina ante la salida de Caroline Nickels, y para no dejar pasar la oportunidad de mantener esa promesa, Simone fue la vocalista principal en la segunda parte del show, quien se lució particularmente en “Alone”, “God or Science”, y “Who I Am”, en esta última con toda la carne a la parrilla y acompañada por Paulo Domic, en una versión que da más que buenas vibras para el futuro próximo, demostrando que una mujer a cargo de las voces es una muy buena decisión.
‘Black & Cold’ es una placa que ha envejecido bien y los integrantes de la banda se sienten más que cómodos volviendo a etapas más cercanas de su origen, algo que siempre será agradecido por aquella fanaticada que ha crecido con la banda y que ha estado a su lado en todos los pasos de una agrupación que se prepara para cumplir 15 años.
Benjamín Lechuga es quien se roba gran parte del show, algo esperable en un espectáculo donde la guitarra tiene mucho protagonismo, pero no por esto el resto de los integrantes pasan desapercibidos: Marcos Sánchez es uno de los que muestra más energía con sus movimientos y poderoso bajo que siempre está presente al frente del escenario. Por otra parte, un poco en la penumbra, Nicolás Quinteros se muestra calmado mientras en los teclados sus dedos se mueven a una frecuencia totalmente distinta para entregar la atmósfera necesaria para hacer crecer el sonido de Delta y, por último pero no menos importante, Andrés Rojas, también al fondo y más alejado de las luces en el pequeño escenario, expresa su calidad con fuerza e ímpetu, marcando el complejo paso de un grupo en que el virtuosismo está más que la vista.
Si hay algo que le podemos reconocer a Delta es la capacidad de aprovechar las dificultades y convertirlas en oportunidades, las cuales hacen madurar a la banda y también a cada uno de sus integrantes, quienes por separado también han preparado discos solistas de una calidad indiscutible, sin olvidar por supuesto sus orígenes, lo que en el camino se va transformando en nuevos sonidos e innovaciones en una banda que tiene mucho futuro por delante.
Delta (2018)