Hace unas semanas recomendamos 3 discos de Gazpacho anteponiéndonos al eventual lanzamiento de su nuevo disco ‘Soyuz’ que finalmente fue liberado a mediados de mayo. Y como obviamente ya nos dimos el tiempo de escucharlo corresponde la respectiva revisión de lo que la agrupación noruega tiene para nosotros en su placa número once.
Las sensaciones generales de ‘Soyuz’ son cercanas a ‘Molok’ (2015), ahora su penúltimo trabajo, en cuanto al protagonismo de las ambientaciones, los riff pesados en pocas cantidades pero letales en sus apariciones y en las estructuras inusuales de sus canciones (una que por ejemplo ni siquiera tiene coro) donde se privilegia el contar una historia aunque eso implique ir en contra de la forma habitual de componer.
Desde un principio con la monumental entrada del tridente formado por “Soyuz One”, “Hypomania” y “Exit Suite” se respira la atmósfera densa y electrónica, casi un tributo a otra de sus joyas titulada ‘Missa Atropos’ (2010) pero multiplicado por diez: esa placa tenía elementos electrónicos pero nunca a este nivel y lo mejor de todo es que sorprendentemente funciona a la perfección, los samples, el bajo y la guitarra tejen un manto envolvente casi pantanoso siempre detrás de la protagonista voz de Jan-Henrik Ohme cargada de letargo pero sin miedo a acelerar cuando la situación lo amerita.
El sello está más presente que nunca, la forma casi bohemia que tienen las composiciones de Gazpacho no se ha ido: Mandolinas, pianos y violines te trasladan a otras épocas y otros lugares del mundo, el mejor ejemplo de esto es lo realizado en los primeros minutos de “Emperor Bespoke” y “Sky Burial”, la cual donde las percusiones a cargo de Robert Johansen, hasta ahora con sabor electrónico, se mezclan con baterías típicas del Jazz en la forma de ejecución que al unísono puede sonar un poco confuso o exagerado, pero créannos, funciona.
“Soyuz Out”, por lógica la extensión de la canción que abre el disco, es también la pieza más extensa con trece minutos y medio de ambientaciones espaciales, bajos estridentes de Kristian Torp y oleadas de riff por parte de Jon-Arne Vilbo que matizan la tranquilidad que nos rodea y a ratos hacen de una canción lenta mucho más entretenida para el oyente; buenos audífonos y mucho volumen pueden complementar la experiencia sobre todo para detectar con mayor facilidad los samples que adornan de manera perfecta el paso del tiempo.
Gazpacho y un regreso magistral con ‘Soyuz’
Una vez más Gazpacho trae un disco clave y postulante directo a disco del año; ocho canciones que presentan la mixtura entre ambientación y rasgueos poderosos parecen ser la zona de confort de este sexteto, que ahora potenciado por los sonidos electrónicos parece haber encontrado la pieza faltante en su búsqueda de identidad musical que los ha tenido años explorando y diversificando su sonido, finalmente han hecho propio un estilo que tal parece no quieren dejar en el corto plazo, pero con resultados como ‘Soyuz’ no debería importar que se queden en ese lugar por un tiempo.