Dream Theater, aquella banda que causa revuelo cada vez que aparece por estos lados, tiene un nuevo disco; disco homónimo y el primer trabajo de la banda con Mike Mangini completamente incorporado en el proceso de composición, datos que sin duda generan expectativas en muchos seguidores de la banda. El trabajo lanzado oficialmente el día de hoy, ya tiene su detallado CLSK Review, canción por canción, el que les invitamos a leer con calma y altura de miras, ya que, como cada nuevo disco de Dream Theater, genera admiración y rechazo por igual. Pero la discusión se la dejaremos a ustedes al final.
Todo comienza con “False Awakening Suite”: No es un buen indicio que un disco comience con el peor corte del trabajo completo. Quienes escuchen esta “obertura”, y terminen de escuchar la placa, entenderán que esta es una pieza que poco, por no decir nada, dialoga con el resto de este álbum homónimo. Si bien mucho puede recordarnos al inicio de “Six Degrees of Inner Turbulence”, el sonido “midi” de la “orquesta y coro”, generan un instantáneo rechazo, bloqueando posiblemente la recepción del resto que queda por escuchar. Pero es mejor no quedarse con primeras impresiones.
Seguidamente tenemos “The Enemy Inside”, una vieja conocida; fue el primer apronte de este nuevo disco que, con las salvedades que muchos puedan hacer, es un hit que se quedará inmediatamente en la memoria de todos aquellos que la escuchen más de dos veces; recordando en algunos momentos instrumentales los sonidos que caracterizan a Metropolis Pt. II: Scenes From a Memory (1999) y en especial “The Dance Of Eternity”, la canción tiene interesantes pasajes y solos de guitarra que pondrán en evidencia la capacidad técnica de los músicos, algo que, dependiendo de tu enfoque, te gustará o rechazarás. Les guste o no, será completamente “vacilable” en vivo.
La tercera pieza de esta placa,“Looking Glass”, recuerda inmediatamente al trabajo de Paul Gilbert en “Hurry Up”, en especial por el sonido juvenil de los tramos más energéticos. Pero eso es un detalle frente al resto, que sin duda hacia el final muestra un cuidado y pausado extracto que pone en evidencia que los sonidos más melódicos siguen vivos en Dream Theater, todo esto acompañado de un sonido del bajo impecable y un técnico solo de John Petrucci, que, a modo personal, hubiera preferido fuera un poco más emotivo. De todas maneras, todo esto termina con un inesperado corte forzado, desligado del buen corte que disfrutamos previamente.
No podía faltar un instrumental y “Enigma Machine” dispara un cañonazo pesado, versátil, veloz, que rápidamente muestra la influencia de composiciones previas como “Erotomanía” (Awake, 1994), “A Change Of Seasons” (1995) y “The Dance Of Eternity” nuevamente, en su sonido y estructura, pero en un contexto mucho más vertiginoso, claramente más duro y mucho más acotado que aquellos pasajes de antaño que posicionaron a Dream Theater en el panorama musical.
Por su parte, con un inicio épico y sorpresivo, “The Bigger Picture” se convierte en una balada de mesurada potencia, algo que hasta este momento no habíamos escuchado en el disco; las emociones hacen mucho más sentido, pero sin lograr una conexión completa con quien escuche un tema de estas características. Sin embargo, poseeese sonido esperanzador hacia el final que sin duda convierte al tema en uno de los buenos logros de Dream Theater en esta nueva etapa, y que recuerda los emocionantes pasajes de “Losing Time / Grand Finale”, remate del valorado Six Degrees Of Inner Turbulence (2002).
“Behind the Veil”, que inicia con sonidos ambientales, es un tema que está en el limbo entre un tema potente y una balada, a la que se suman intrincados pasajes a cargo de los teclados de Jordan Rudess y guitarras de John Petrucci. Si bien el resultado no es completamente olvidable, la incertidumbre dada por los cambios anímicos de la propuesta impide apreciar y valorar favorablemente con el corte completo.
Ya acercándonos de a poco al final del disco, “Surrender To Reason” aparece para rememorar sin mucho temor a los que fueran los padres de esta banda formada en el Berklee College of Music: si, a un grupito llamado Rush. Con un inicio épico, y rápidamente ganándose el sitial de primer y real punto alto del disco, Dream Theater lanza un tema cargado de bellos sonidos y muchos matices que estaban algo olvidados en la banda formada inicialmente por Petrucci, Myung y el exiliado Portnoy.
En esta oportunidad no hay derroche excesivo de técnica y si bien hay coros sintéticos, la medida es justa para no generar incomodidad, mezclando todo en una entretenida y emocionante pieza cargada de cambios rítmicos que sin duda regresan a Dream Theater a sus inicios, resultando además como un buen tributo a una de las grandes influencias de esta banda.
Esto nos lleva a “Along For The Ride”, el segundo single del disco, sobre el cual ustedes ya han discutido bastante, y que si bien tiene unos cortos pero llamativos pasajes en lo que a ritmo se refiere, todo queda manchado por el sonido de aquella “flauta/zampoña” que emerge del sintetizador de Jordan Rudess. Sin duda una decisión equivocada para un tema que podría haber pasado desapercibido en el disco, ya que hay poco que rescatar. Hágase la pregunta de cómo hubiera sido esta canción si en vez de ese injerto, sonara un simple piano con las notas precisas. Pero eso es especulación.
Y para terminar, nos encontramos con la pieza más extensa de este trabajo: “Illumination Theory”, una sorpresa de 22 minutos que claramente generará amplia satisfacción en todos los fanáticos de Dream Theater. Son tantos sonidos mezclados, pasando por tenemos elementos progresivos, rock clásico, sonidos de la naturaleza y sinfonías, que es difícil pronunciarse. Hasta pasada la mitad de la composición el resultado es más que agradable, invitando a sentarse tranquilamente a saborear cada uno de esos intensos matices. Un excelente trabajo que recuerda mucho a los orígenes y eso se agradece, compartiendo mucho con Six Degrees of Inner Turbulence (2002), un trabajo que muchos califican como el último trabajo indiscutiblemente bueno de Dream Theater.
Especial mención para el aquella bella sinfonía central, que si bien posee un sonido sintético, está bien cuidado, logrando bellas notas, que sin duda ponen en evidencia que las capacidades de estos 5 personajes, que muchas veces se ven envueltos en una competencia de notas y velocidad, están ahí presentes, lo que se refuerza con aquel potente pasaje de bajo y batería, que será seguido por un final esperanzador y lleno de sentimientos.
Sin embargo, debo poner en duda el posible desempeño en vivo de James Labrie al final de esta pieza, quien se nota esforzado en la grabación, lo que posiblemente se traduzca en aquellas alargadas notas altas con la lengua afuera, algo que muy pocos deben apreciar, por no decir nadie.
No podemos hablar de que este es el mejor disco de Dream Theater, pero tampoco podemos decir que es un trabajo deficiente, eso sería una ofensa. El vuelco de la historia de esta agrupación con la salida de Mike Portnoy, ya tiene un disco en que todos los integrantes están compenetrados en la composición, y los resultados están a la vista.
El “reinicio” de la historia de Dream Theater parte en buen pie, dejando de lado el tibio acercamiento de A Dramatic Turn Of Events (2011). Se agradecen las nuevas melodías, las referencias a sus antiguos discos y la baja de las revoluciones en muchos pasajes, pero de igual manera queda trabajo por delante para reencantar a una fanaticada dividida. Por lo menos, nos encontramos con un disco que se acerca mucho más a Six Degrees of Inner Turbulence (2002) y se aleja fuertemente de Systematic Chaos (2007), un disco olvidable para muchos.
Ahora es momento de sus opiniones, descargos, o lo que quieran decir, pero con altura de miras, espero.
nopes
24/09/2013 at 21:44
wn, es el peor disco de dt , asi de simple, una verguenza, solos repetidos,estructuras predecibles,mas sonido de bateria,temas olvidables, todo mal
Emilio
24/09/2013 at 22:11
Muy de acuerdo.
nicoburch
26/09/2013 at 12:38
ídem
Emilio
24/09/2013 at 22:10
[VUELA ALTO DT]
Excelente review: estoy de acuerdo con la mayoría de las apreciaciones, aunque mi opinión es un tanto más radical; no es el mejor disco, y está lejos de serlo. Creo que es lo peorcito que he escuchado de DT, y duele decirlo cuando uno ha sido fan de esta agrupación hace mucho tiempo. Hay ciertos elementos que son imperdonables a estas alturas como por ejemplo el sonido HORRIBLE de la caja de Mangini, los gritos forzados de Labrie al final del último tema (que por lo demás, siento que podría haber sido más corto, pero también se “forzó” a alargarlo, con un final que deja bastante que desear). La obertura está lejos de lo que podría considerarse una obertura nivel DT, el solo de flauta de Rudes es PÉSIMO, de lo más malo que le he escuchado, parece casi una broma de mal gusto.
En fin, se nota el peso de la partida de Portnoy.
pancho
25/09/2013 at 15:52
terrible comentario. Seria una estupidez que Mangini tratara de sonar idéntico a Portnoy, el sonido por lejos trata de diferenciarse de discos previos (Train of thought, Systematic chaos, Black clouds..), la ejecución como siempre increíble. Si bien no es el Metropolis, es mejor que varios discos previos de DT… respecto a los gritos de La Brie…. peor, en octavarium grito mucho mas, y cuando todos lo vimos en vivo quedamos impresionados como grito el gueon. El solo de flauta te lo concedo, también pensé “que chucha”, pero en definitiva sin Portnoy esto ES un buen disco de DT, tanto en composición como ejecución, pensé que le faltaría corazón a este disco y no, estos guevones siguen haciendo un increible trabajo. El gran perdedor es Portnoy quien perdió el gran sonido que le daban sus partners, si hay alguna duda solo escuchen winery dogs, flying colours….. eso es portnoy con transatlantic, no el portnoy de metrópolis.
mankeke
07/10/2013 at 13:15
totalmente de acuerdo en especial lo de mangini, esta bien que aya querido diferenciarse del sonido de portnoy pero suena muy mal
luchopayrico
24/09/2013 at 22:50
un cancer de disco, estamos hablando de dt y este disco parece trabajo mal mesclado, la instrumental fue puro doble pedal sin matices interesantes, las baladas o temas suaves fueron pendejisimas en estructura y de solos repetidos, los aportes de rudess ya me tienen chato con sus solos asquerosos,la CAJA WN LA CAJA QUE XUXA FUE ESO,el ultimo tema si bien no fue malo podria haber durado 12 min o menos y muy predesible y olvidable, el disco el peor trabajo de la banda, no lo recomiendo