La Doncella de Hierro está de regreso para presentarnos su nuevo álbum, del cual podemos decir a primeras que es un trabajo redondo con algunas falencias en su estructura rítmica, lo cual no pasa desapercibido, pero sí a segundo plano al entender las ideas y la frescura controlada que la banda entrega dentro de sus márgenes de siempre, y que no molestan de sobremanera en este The Book of Souls.
Un disco ambicioso, con varios cortes de largo desarrollo que a algunos podrán hacer sentir que estamos dentro de los excesos de Maiden, pero que con el correr de los minutos, y las sucesivas escuchas, se hace cada vez más llevadero, al nivel de signarlo como uno de los puntos altos de la discografía de la doncella, al menos desde el año 2000 en adelante.
Todo comienza con “If Eternity Should Fail”, con intro en suspenso mostrando lo épico que será el tema, para dar paso a un heavy metal intenso, con una especie de nostalgia mesurada en el coro y correctas colaboraciones en las guitarras dobladas que recuerdan profundamente a los grandes de Queensryche en la estructura general de la canción.
El álbum avanza con fuerza y al estilo más setentero. “Speed Of Light” nos sorprende por un momento, pero tiene fragmentos repetitivos con el fin de llenar espacios, es decir, convertirlo en un single. Algo parecido sucede en “The Great Unknow” que aburre por su extensión y falta de creatividad, simple y muy alejado de la razonable complejidad que entrega el disco en su totalidad.
Vamos al primer corte de larga duración del álbum con más de trece minutos, “The Red and the Black” dueño de un comienzo correcto e intensidad en su riff principal; melodías cargadas a lo oscuro y una voz de Bruce Dickinson que destaca por sus cambios de tonalidades constantes. Sin duda se transformara en un tema estadio que todos corearan al instante de ser interpretado en vivo.
“When The River Runs Deep” nos recuerda al Iron Maiden que todos esperábamos, genial en su estructura, activo, preciso y de riffs característicos que quedan en la memoria al instante, revolucionando nuestros oídos mientras más escuchas sume.
Al final del lado A, está aquel que le da el nombre al disco: “The Book of Souls”. Un tema épico, con profunda oscuridad en su ejecución, del cual quisiéramos ver mayor nivel creativo en la batería de Nicko McBrain, lo que al parecer de este oyente le pone el punto débil pero que de igual manera resultará un clásico instantáneo.
La segunda parte de la placa en general no tiene un mayor desarrollo que lo ya mostrado, salvo por algunas cosas que vale la pena destacar y que cargan la balanza hacia lo positivo.
“Death Or Glory” suena fuerte y preciso, sin embargo deja un gusto amargo al oír la fórmula clásica, proyectando un deje a desgasto y relleno, sin aportar ni quitar, solo se cuenta como uno más.
Ejemplos de todo lo contrario son “Shadows of the Valley” y “Tears of Clown”, donde queda en evidencia la entrega y dedicación que la banda puso a este disco. Composiciones de mediana duración que incorporan un buen temple e innovación al momento de disfrutarlos, resultando muy balanceados, sonando al clásico Maiden, y notablemente bien ejecutados.
“The Man of Sorrows” en realidad una de las caídas de la doncella en el álbum, que no deja mucho a los oídos por ser plano, con excesos de solos que poco aportan, el cual quedará en el olvido con la canción que continúa y remata todo.
Llegamos a un épico final con el destacado y, sin duda el punto más alto del disco, que por lo cierto, es el más extenso bordeando los dieciocho minutos, algo inédito en Iron Maiden: “Empire Of The Clouds”. Va relatando de manera acertada cada frase que nos presenta la canción, acompañada de una especie de banda sonora cinematográfica que resalta por su gran estructura y calma que asombra y deslumbra. Un in crescendo notable que alcanza niveles que sorprenden por su complejidad, recordándonos lo técnico y progresivo que esta emblemática agrupación puede llegar a ser, lo que termina dejándonos más que satisfechos.
Si decimos que The Book of Souls es redondo es porque más allá de las falencias menores, logra equilibrarse con cortes de alta calidad y que se sobrepasan con creces aquellos aspectos negativos. Por lo mismo, podemos decir que este trabajo es una buena placa de Iron Maiden y tal como el cariño que les tenemos, tan solo quisiéramos que la sorpresa de las nuevas creaciones fuera más directa y menos discutible.
Si esta placa se queda en los discos del año, está por verse. Necesitamos tu opinión para evaluarlo.
Coke Andres Olivares Acevedo
23/11/2015 at 19:48
Jajaja q sii q t lo llevo jajaja
Rodrigo Olivares Acevedo
23/11/2015 at 19:52
Ya weno la discografia mejor
Gonzalo Morgan
23/11/2015 at 20:54
Es un disco aburrido..mediocre, ya lo he escuchado varias veces y no me convence..Brave new world es mucho mejor
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