La noche del pasado jueves, el recinto de calle San Diego fue testigo de la segunda presentación en Chile del quinteto oriundo de Suecia, esta vez en un formato mucho más familiar para la fanaticada nacional y que, por supuesto, se preocupó de repletar nuevamente, demostrando la cercanía que esta banda causa en nuestro país.
Sin muchas variaciones a la presentación del pasado miércoles en el Teatro Nescafé de las Artes, nuevamente el motivo fue la promoción de su más reciente producción, Sorceress (2016), del cual lamentablemente pudimos apreciar sólo dos muestras. Esto sin embargo no fue impedimento para disfrutar un espectáculo impecable, y que el público asistente disfrutó enormemente. Es así como el mismo Åkerfeldt, culminando el concierto, recalcó que es muy difícil disfrutar un show después de venir a Chile.
A las 21:00 hrs. en punto, “Sorceress” fue el plato de entrada de un recorrido que abarcó la mayoría de sus álbumes y que continuó con uno de los temas que estuvo ausente en varias presentaciones previas de los suecos; los primeros acordes de “Ghost of Perdition” fueron el ingrediente necesario para sacar a relucir los elementos más duros de la banda, dejando en claro que Opeth es una entidad con múltiples facetas, las cuales se combinan en su porción justa para satisfacer a todos los presentes.
Para los seguidores de su material más clásico, “Demon of the Fall” fue la excusa para provocar los primeros mosh-pit, los cuales rápidamente se dispersaban debido a los constantes cambios de ritmo, propio del material de los suecos. “The Wilde Flowers”, “Face of Melinda”, y un tema no interpretado la noche anterior, “In My Time of Need”, mostraron el lado más rock y melódico de la agrupación. A estas alturas el público vitoreaba a cada integrante de la banda: “Légolas”, “DiCaprio”, “Miguelito”, “Peluca” y “El Capitán” eran amos y señores del Caupolicán, y más de 4.000 personas estaban ahí rendidas a sus pies.
“The Devil’s Orchard”, “Cusp of Eternity” y otra de las ausentes del día anterior, “Heir Apparent” extasiaron a una exigente concurrencia, que pese a tener preferencias por una u otra época de la banda, no discrimina al verlos en vivo debido al desplante e interpretación de cada uno de los músicos, recalcando que no sólo suenan bien en estudio, sino que en vivo son un espectáculo de calidad y en condiciones de convencer al fan menos identificado con algún periodo en particular.
Este fue el momento en que por segunda vez el Caupolicán cantó a coro “Feliz Cumpleaños” a Martín Méndez, quien tuvo que apagar las velas de una torta obsequiada por la producción y el bajista se mostró tremendamente agradecido por el cariño entregado. Después de estos instantes de interacción con el público se acercaba el final del concierto: “The Drapery Falls” y tras un breve break, “Deliverance”, fueron la coronación de una noche impecable, llena de un recorrido por la carrera de Opeth, siempre con la simpatía de un Åkerfeldt que claramente se siente en casa y con un escenario más acorde al estilo musical del quinteto.
La producción del concierto montado en el Teatro Caupolicán fue más notoria que en el día anterior, marcado por los destacados juegos de luces que no lucieron tanto en el Teatro Nescafé. Un público más adepto al Metal tuvo el espacio necesario para desenvolverse al no estar confinado a un asiento, la cancha fue el patio de recreo del fan más inquieto, con ganas de cabecear a destajo y de demostrar en carne propia los matices y sonidos de una de las bandas actuales de Rock y Metal más queridas en Chile.
Opeth es una entidad en constante movimiento, la cual aún tiene cosas que decir para el futuro en sus próximas placas. No sabemos si será en la línea de sus 3 últimos, o si volverá más a sus raíces, lo que sí estamos seguros es que Chile acogerá con los brazos abiertos a una de las principales figuras del mundo del Metal y el movimiento progresivo.
Setlist, Opeth en Teatro Caupolicán, Santiago, Chile, jueves 6 de abril de 2017:
Créditos: Fotografías de producción por Miguel Fuentes
Jorge Andres Fernandez Tapia
08/04/2017 at 11:32
Yo voy en el 4to concierto. Lejos la banda de la vida.
Felipe Farias Villalobos
08/04/2017 at 12:33
A Opeth no me lo he perdido nunca, y en el futuro tampoco lo haré, me quedo con el Nescafé…
Mauricio Castro
08/04/2017 at 13:53
Viviana Cuvertino Calderòn