CLSK Review (del Lector): Joe Satriani – Unstoppable Momentum (2013)

A veces hay muchos nuevos trabajos que revisar y siempre hay alguien que quiere aportar un grano de arena a esta humilde página. En esta oportunidad, uno de nuestros lectores nos envió espontáneamente su apreciación del disco mencionado en el titular. Les dejamos a continuación el CLSK Review de nuestro amigo Gonzalo Vidal, a quien agradecemos su sentida y detallada opinión.

A lo largo de su carrera, Joe Satriani se ha convertido en unos de los guitarristas solistas pioneros en el movimiento conocido como “Shred”. Como bien se sabe, ha compartido escenarios con pares guitarristas de la talla de Robert Fripp, Paul Gilbert, Brian May, John Petrucci y Steve Vai, destacando como siempre y brillando con su estilo propio, manteniendo vigente a una verdadera leyenda.

Su último trabajo lleva por nombre Unstoppable Momentum, decimocuarto álbum dentro de su arsenal de placas y que fue lanzado el pasado 6 de Mayo por Epic Records.

Quienes conforman este disco junto a Satriani son el versátil tecladista y guitarrista Mike Kenneally (quien ha trabajado con Steve Vai, Dweezil Zappa, Marco Minnemann, James LaBrie), el trabajólico baterista Vinnie Colaiuta (compañero de Jeff Beck, Herbie Hancock, Sting y entre varios otros artistas destacados) el habilidoso bajista Chris Chaney (nombre que suena junto a Slash, Jane’s Adicction, Alanis Morissette y Methods of Mayhem, Mötley Crüe) y, por último pero no menos importante, como ingeniero y productor está Mike Fraser, quien ha colaborado con grupos de la calidad de AC/DC, Metallica, Aerosmith, además de haber sido parte de los anteriores trabajos del calvo guitarrista, tales como Crystal Planet (1998), Engines of Creation (2000) y Super Colossal (2006).

“Unstoppable Momentum”, corta el aire con tintes progresivos y armonías de varias guitarras; un juego elaborado de “Whammy” y acordes, seguido de la línea solista que tiene todo el sello que Satriani ha sabido cultivar durante su carrera. Un sonido fresco que hace recordar los tiempos ricos en melodías que conllevan una propuesta dirigida a un público no tan especifico como The Extremist (1992) pero sin perder el virtuosismo de Surfing With The Alien (1987).

Este álbum también tiene elementos más cercanos al pop, como “Can’t Go Back”, canción que, con una línea que permanece desde principio a fin, usa los famosos “feedbacks” en la guitarra del calvo, dando un toque lúdico al tema más radial del disco. Por su parte, “Lies And Truths” aparece con elementos jazzeros en la batería de parte de Colaiuta que progresan a un ritmo más rockero, con intermedios  a cargo de las teclas de Kenneally, quien aporta un carácter progresivo al trabajo.

“Three Sheets To The Wind”, es el cuarto tema de la placa, una canción de carácter alegre o amigable, dependiendo del oído, que invita a escuchar los teclados de Kenneally pero no pierde la cuota de rock y blues que ha influenciado a Satriani a través de los años. Con una introducción muy orquestada y una pista de guitarra de tonalidad mayor, aparece “I’ll Put A Stone On Your Cairn” que parece un himno compuesto por Satriani, una suerte de obertura a “A Door Into Summer”, corte que el mismo Joe Satriani ha descrito como: “Una canción acerca de mis recuerdos de la escuela y que aún me da ese buen presentimiento cuando se acerca el verano”.

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“Shine On American Dream”, evoca ese aroma a los primeros trabajos de Satriani: baterías muy bien complementadas con riffs de acompañamientos y el bajo reforzando frases, dejando la sensación de que ser el elemento más que marca pauta en el ritmo y no el típico instrumento que pasa desapercibido; guitarras octavadas y las típicas secciones donde da rienda suelta a los ligados y a los modos melódicos ya conocidos. Una canción muy rockera y que recuerda la línea rítmica constante de temas como “Flying in a Blue Dream” o “House of The Bullets”.

“Jumpin’ In” y “Jumpin’ Out”, Joe implementa la unión en estas canciones, trazando elementos comunes entre ellas. A pesar de que ambas tienen pasajes distintos en los efectos, líneas melódicas o la armonía general, conforman un todo y se sienten como un complemento muy dinámico. En lo rítmico, hay frases muy accesibles para quien nunca ha escuchado a un guitarrista solista, manteniendo pasajes constantes que le dan una línea clara, pero sin perder el elemento virtuoso, con agregados de corte progresivo por parte de Keneally. El resultado es una clara muestra que este disco no deja de lado los elementos de esenciales de blues y rock, para acompañarlos con aderezos de técnica pulcra, sin abusos.

“The Weight Of The World”, comienza con sintetizadores, una suave percusión y un línea de la guitarra que contiene esa fuerza que después brindara la batería. Mucha rítmica progresiva y varias pistas de guitarra que entran en una armonía interesante y que dan énfasis necesario para después tirar toda la carne a la parrilla. Técnicamente es una canción completa que consta de modulaciones que articulan muy bien el desempeño y la canción evolución de la misma.

“A Celebration”, recuerda mucho a “Ceremony” del disco Cristal Planet (1998) en lo rítmico y en la disposición de la guitarra: el uso de la multi-lineas de guitarras en los fraseos le da un sello distintivo al disco y a esta canción en particular, lo que conforma un cierre perfecto a una carrera maratónica de guitarras y rock lleno de talento.

Como conclusión, podemos definir este disco como una exploración a lo progresivo, con muchos tintes de los primeros discos de Satriani pero conformando una evolución natural a lo ya mostrado en anteriores trabajos. Es la estampa que hoy por hoy define a don Joe Satriani como un guitarrista maduro, que sostiene esa marca instaurada de no caer en la monotonía de las 10000 RPM, manteniendo su técnica y virtuosismo sin perder la cuota de Rock y Blues que a lo largo de todos sus discos ha sabido implantar.

Escrito por Gonzalo Vidal – Twitter: @Gonsatch