De primeras, podemos decir que de vez en cuando uno se encuentra con esos álbumes que no puedes parar de escuchar una vez lo pones en tu reproductor de música, eso es parte de lo que pasa al momento en que empieza a sonar Sporelights.
Bauda convoca esencias a veces muy extrañas, que en ocasiones huelen a Sigur Rós o Mogwai y que de un momento a otro recuerdan a Pink Floyd. Debemos reconocer que el Post-Rock no es un género con tantos adherentes y que tampoco es suficientemente difundido en el país, pero el año recién pasado, Sporelights provocó sin duda alguna un pequeño pero significativo cambio en esta tendencia.
Con excelentes críticas a nivel mundial, Sporelights consigue cautivar a los críticos y hace a Bauda una banda a considerar seriamente, por su original propuesta a nivel nacional y por no seguir los estándares musicales corrientes. Sólo con la idea de hacer un gran álbum, logran alejarse del underground para hacerse de un nombre del cual muchos de nosotros estaremos pendientes en sus próximas producciones.
“Aurora” empieza con un gran desplante: sintetizadores y batería marcan la pauta de un gran comienzo que se ve interrumpido por una secuencia muy al estilo de “On the Run” de Pink Floyd. Tras la gran introducción continúa “Vigil”, donde nuevamente los teclados sintetizados destacan proporcionando las puntadas necesarias para que César Márquez, sin tener una voz tan vistosa, se acople a la perfección a la idea musical; cuenta con pasajes de tranquilidad y de energía, pasando por secciones corales de manera magistral. Sin duda alguna uno de los puntos más altos del álbum.
Dando nombre al álbum, aparece “Sporelights”, la cual comparte plenamente una gran característica que hace falta en el Rock de hoy, la capacidad de ser potentes musicalmente sin dejar la melodía de lado, muy similar a varias entregas de Mogwai pero con carácter propio.
El disco da un pequeño respiro con “War”, que parte en plena tranquilidad para ir subiendo en intensidad lentamente, muy al estilo de “Shine On You Crazy Diamond”, guardando las proporciones. Se hacen presentes armonías vocales aplicadas de gran manera, para luego dar paso a un estribillo más pujante que nuevamente baja en ímpetu al terminar, lo que culmina con un tramo cercano a trabajos de Sigur Rós pero emplazada más a territorios Doom.
Sin voces, “Tectonic Cells” llega con una gran labor en las guitarras que le dan el argumento al tema, en donde la experimentación se basa en los conceptos primordiales del Post Rock, el cual utiliza instrumentalización propia del género para propósitos opuestos a éste. Una gran obra que transita por diversas secciones apoyadas por un gran acompañamiento de batería y bajos. El broche de oro lo pone su final abrupto, otro de los puntos altos de Sporelights.
“Asleep in Layers” presenta recursos aún no vistos en el álbum, destacando la batería de Nikolas Recabarren. Un tema preciso, sin descanso alguno y con un desplante vocal notable. Para cerrar “Dawn of Ages” muestra claramente las influencias de Sigur Rós, un tanto más minimalista que el resto del álbum; sin grandes sobresaltos consiguen una vez más llenar de atmosferas bastante elaboradas aquella conclusión simple y bien finiquitada.
Sporelights cautiva al oyente de principio a fin con una propuesta no tan explotada en Chile, eso lo hace un trabajo excepcional, no sólo por ser cercano al Post Rock, sino por ser simplemente un muy buen álbum. Bauda alcanza con esta producción uno de los objetivos principales a los que puede aspirar una banda: la necesidad imperiosa de lograr que el humano común y corriente tenga deseos de esperar por un nuevo disco, y por supuesto, disfrutar de un buen espectáculo en vivo.
Tracklist:
- “Aurora”
- “Vigil”
- “Sporelights”
- “War”
- “Tectonic Cells”
- “Asleep in Layers”
- “Dawn of Ages”
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