Ya no es de viejos andar buscando o intercambiando vinilos con tus amigos, todo lo contrario, es algo que desde hace unos años atrás se ha convertido en un “nuevo” modo de atesorar la música. Antes de continuar, es bueno tener en cuenta que existe una gran diferencia entre nuestros abuelos y nosotros: ellos no tenían opción a otro medio de reproducción, en cambio hoy en día, teniendo tantas alternativas a disposición, aun así es preferido.
Si estás aburrido de perder CD’s, de prestarlos y que desaparezcan en un hoyo negro o que algunos de ellos terminen siendo el posa vasos del copete de tu amigo, te invito a que te inicies e incursiones en este mundo del LP. A modo de advertencia, deberás asumir que no es algo barato, pero cada vez hay más tiendas que buscan competir con mejores precios y mayor repertorio. Obviamente no faltan lo que abusan y cobran un excesivo precio, por lo mismo te recomendamos que realices tus propias importaciones o busques en las ferias libres y persas.
No faltará la pregunta inquisidora del ¿por qué pagar por un vinilo si puedes escuchar esa misma música online? A preguntas válidas, respuestas igualmente válidas. Sin dar tanto titubeo, lo más probable es que respondas con el corazón y no con la cabeza, diciendo algo sentimental y menospreciando la calidad del streaming. La verdad es que esto no se trata de derechos de autor ni nada de eso, se trata de querer palpar el arte de la música. Suena cursi, pero a algunos no les basta con ir a un concierto o tener la polera groupie, necesitan calmar sus pasiones con un objeto de colección.
Un hecho innegable es que el cuidado que tienes con tus CD’s lo debes multiplicar por 5 cuando se trata del disco de vinilo. Lo positivo de esto es que al ser un objeto que por su carga histórica, por parecer una reliquia ya impone respeto y se te hará más fácil guardarlo para poder tenerlo a posteridad… es de esas cosas que uno piensa melancólicamente querer dejar en herencia.
Si hablamos de calidad del sonido, sin duda el vinilo te entrega cada uno de los detalles que la sala de grabación captó, junto con ese gusto rasposo y sucio que a algunos les incomoda porque prefieren lo limpio y perfecto que nos entrega el formato digital. La verdad es que no hay gran diferencia entre uno y otro, para nuestro precario oído ambas tecnologías son similares en calidad. A pesar de esto, hay algo en esas pelusas pegadas y en la textura del acetato que te sensibiliza y conmueve hasta el último pelo… es lo que popularmente se llama “sonido cálido”. Recuerda que el vinilo es uno de los medios más fidedignos y puros inventados por el hombre en cuanto a reproducción del sonido se trata.
La durabilidad del vinilo dependerá de cuántas veces lo reproduzcas, sí, suena catastrófico, pero lamentablemente se desgasta el material; de la calidad de tu aguja, procura que sea de buen material para que no arruine la superficie y no genere ruidos innecesarios; del cuidado que le entregues y de cómo los almacenes (humedad, luz, no superponerlos). Si tienes buenos hábitos y eres un nazi del cuidado, ten por seguro que durarán más de 200 años.
Estamos siendo testigos de este romántico retorno al pasado donde la música en grandes formatos volvió, donde tienes que sentarte y tomarte el tiempo de escuchar música, de dar vuelta el vinilo, de coleccionar música y el arte del disco. Ahora la pregunta es: ¿esto es un retorno o no es más que un fetiche de pocos?
Gustavo Guzano Mejías
04/08/2014 at 12:51
El clásico y poco aceptado “sonido de fritura” unido a la vez con la impresión de las ondas sonoras en la placa de acetato, son sin duda la reproducción más fiel y cercana de cualquier instrumento musical existente. Con unos audífonos de rango aceptable y quizás, apreciando el incómodo silencio, dentro de una cámara anecóica acompañado de un brebaje a elección; o en fina compañía de pares que sepan apreciar la calidez de un buen vinilo (artista a elección del público), es uno de los momentos más gratos en esta efímera vida; revivir los grandes conciertos de la burguesía de las Europas, el dinamismo de los autores antiguos, la vanguardia de los más osados, los pródigos y los mejores conciertos a elección del oyente…es revivir cada vello erizado en los minutos exactos de aquél concierto memorable de X artista.
Muy buena columna de opinión y con conocimiento de causa. En una próxima entrega podrías complementar con tips de tiendas, o al menos citar las más conocidas para que los neófitos en el tema se vayan curtiendo.
Saludos 🙂
Felipe Lopez Æ
04/08/2014 at 15:02
Hola, desde mi perspectiva los vinilos son el pináculo dentro de la música materializada, donde son inalcanzables para un humilde cassette y un manoseado cd. Apunto también el palmario artístico derivado del lugar espacio/fisico que ocupará al lado de su dueño, como una mascota embalsamada que nunca murió y que estará siempre ahí para que la comentes, juegues y compartas.
Pablo Raising Jofrè
04/08/2014 at 21:51
Notable artículo!!