Les voy a contar una historia que a muchos de ustedes puede que les suene parecida. Hace casi un año atrás tuvimos una horda de conciertos bastante notables y, por lo tanto, la efervescencia del público fue intensa. Tuvimos un show de Rage Against The Machine con desmanes fuera del Estadio Bicentenario de la Florida y una de las primeras muestras fuertes de que la división Cancha Vip / Cancha General estaba siendo superada fácilmente por los asistentes.
Luego de ese precedente, para el llamado “concierto de despedida” de Faith No More, nos encontramos, en el mismo recinto, y con una cantidad similar de personas. Como era de esperarse, y dada la importancia del evento, fueron muchos quienes quisieron pasar de Cancha General a la odiada Cancha Vip.
Pudimos ver a Fulano, Monotonix y se iniciaba el momento de ver la despedida (si oh) de Mike Patton y compañía. El show no empezaba y la impaciencia empezó a reinar, especialmente en aquellos que no tuvieron las lucas (algo que pasa normalmente en espectáculos chilenos) y que no dejarían pasar esta última oportunidad para ver a Faith No More desde un poco más cerca, aunque costara.
En un chispazo de genialidad, alguien dejó entrar a carabineros y, para contener a la imparable cancha general, vino otro momento inolvidable: el lanzamiento de lacrimógenas al interior del recinto. Así todas las condiciones cambian y se dejó en vista todos los problemas de organización posibles y la nula seguridad adoptada. Es ahí donde yo grité a la masa “¡mañana todos al SERNAC!”.
Ojo, el descargo no es con que la seguridad se vulnere, de hecho eso es bueno para demostrar la dudosa calidad del plan y de quienes están velando porque el evento se lleve a cabo sin problemas. Además matar la Cancha Vip es una cruzada que todos debemos llevar adelante.
Volviendo a la historia, dicha esa frase y después de amplios llanos y estornudos forzados por un agente químico, me dirigí (vía web) al Servicio Nacional del Consumidor (SERNAC): convencido en que muchos se molestaron por lo sucedido; envié el caso pidiendo compensación (derechamente la devolución completa o en parte de la entrada), expuse las fallas de seguridad, el descontento por el no poder disfrutar un show como corresponde, les envié escaneada mi entrada, que es mi respaldo y listo.
Pasado el tiempo, el SERNAC me dice “la empresa no responde, le recomendamos tomar acciones legales”. En ese momento la frustración es inmediata puesto que uno espera que dicho servicio logre conseguirte algo. No fue así y ni tiempo ni plata tengo para ir a enredarme a tribunales.
Luego de esa amplia introducción, acá es cuando aparece el descontento al que va esta humilde opinión: a prácticamente un año del show y del reclamo, un mail llega a mi inbox bandeja de entrada. Una simpática abogada me habla y me pide disculpas por el retraso. Sobre la misma idea, me dice que me ofrece un 20% de descuento en cualquiera de los shows venideros de la productora (incluido Maquinaria Festival, así que ya saben de quien hablo), válido hasta julio del 2012.
¿Cuál creen que fue mi reacción? Obviamente no acepté y le respondí derechamente que “si me van a ofrecer algo, por lo menos que sea una entrada gratis a una galería, en algún show que elija”, aludiendo además que es lo mínimo que merezco por el mal rato vivido.
Y, afírmense, que acá viene la frase que más me sorprende (y no es con la abogada, sino con lo que implica): ella me responde “entiendo tu solicitud, pero es lo que te puedo ofrecer, además que sólo fueron 4 PERSONAS quienes se vieron afectadas”. Desde ese momento estoy con la boca abierta y no he parado de putear por lo mismo (en silencio sí). CUATRO PERSONAS, de un total de 20.000 asistentes como mínimo: ¿indignante no?
Cuando usted, señor consumidor, compra una entrada a un concierto, aun cuando no firma papel alguno, tiene un contrato con la empresa que hizo posible el concierto; es la productora la que le está dando un servicio, por el que usted ha pagado una “no menor” suma de dinero.
¿Acaso usted no reclama porque la súper tele de 86 pulgadas muestra todo en blanco y negro? ¿Se queda de brazos cruzados cuando el disco que se compró nuevo viene con rallas que impiden que el equipo lo lea? ¿Tiene ahí instalados esos parlantes que no funcionaron cuando los enchufó? No sea gil.
Como todo contrato, cada vez que hay modificaciones al show, o situaciones que no fueron advertidas o contempladas en un espectáculo al momento de adquirir la entrada y que afectan sus posibilidades de disfrutar el concierto, usted está en todo su derecho de reclamar y exigir compensaciones.
No puedo decirle a usted señor de baja altura que reclame porque compró cancha general y no pudo ver el show, eso lo sabe de antes porque los recintos no están pensados para ustedes. En ese caso el error es suyo y nada puede hacer la productora. Pero si por alguna razón la ubicación que usted compró no era en el lugar que le indicaron, o si una bomba lacrimógena cae en el lugar que está, y no le avisaron que eso pasaría (bueno, eso no pasa ni por efectos especiales) no sé cómo fue tan gil para no reclamar.
Si hubiéramos sido masa, habríamos aparecido en las noticias y lo más seguro es que lográramos una demanda colectiva y cada uno de quienes se vieron afectados (especialmente en las canchas) habríamos visto, a la larga, gratis a Faith No More. Pero no, solo 4 de nosotros tenemos que conformarnos con un 20%.
¿En que estaba pensando cuando sucedió la situación? ¿Se quedó en la tontera de que esto “es represión, me tengo que revelar contra el sistema y solo con echarle un par de puteadas al guardia cercano basta”? Si usted logró saltar la reja, lo felicito, no es fácil al principio, pero detener a una turba de gente es prácticamente imposible cuando somos mayoría. Pero ni usted que se pasó a otra ubicación merece que le contaminen el evento.
Esto debió ser uno de los génesis de la muerte de Cancha Vip, pero no, como usted, señor rockero que le gusta ir a la cancha porque las galerías y palcos son “para delicaditos”, pecó de ignorante y al asumir que le tiraran lacrimógenas aprobó nuevamente ese robo del cuando tanto hemos hablado acá en CLSK.
Claro no faltó el que dijo o pensó “ni con lacrimógenas pudieron detenernos, ganamos y el concierto estuvo insuperable”, pero el punto es que al aguantar esta situación, a usted le metieron más que cierta parte inferior del cuerpo en su globo ocular. Y lo peor, se quedó callado. ¿Le gustó ese momento acaso?
Si usted no ve un concierto como un, por así decirlo, “bien de consumo” para entretenimiento, donde adquieres un compromiso con una productora por el simple hecho de comprar tu ticket, está validando prácticas que a ninguna parte van a llevar el mundo de los espectáculos en Chile porque, quieran o no, las productoras hacen lo que quieren y usted las está dejando.
Y por último si usted no conoce sus derechos, no alegue cuando encuentre cara una entrada, porque todo esto es parte del mismo negocio.
Francisco Gallardo
10/11/2011 at 12:15
Buenisimo el artículo. Grande Jim!
nezah
10/11/2011 at 16:06
AMEN!!!
Odracir
10/11/2011 at 16:16
Que más agregar si está todo dicho. Excelente artículo y esto pasa por el escaso o nulo apoyo del rockero para entablar algún tipo de demanda colectiva. A él igual se le vulnera el derecho de disfrutar un espectáculo. Si está pagando por un servicio.